Capítulo 17

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Aleyah Pemberton 

Hoy era a charla de Oriel, según su celular. Me he puesto un poco ansiosa y no sé el porqué.

Él no había dicho absolutamente nada, por lo cual no sé como ayudar, que inútil que soy en estos casos.

Debo admitir que una parte de mí estaba más preocupada de lo normal. Y yo quería que me lo contara, quería que confiara en mí, pero eso no sirve si lo presiono.

Bueno, aunque eso solo era una parte, porque la otra está sobre explotada de tanto pensar en John, su teatro del padre perfecto sigue en emisión, para mi desgraciada suerte y existencia. No puede ser mas idiota en pensar que arreglaría varios años en días.

Mi madre siempre ha tenido actitudes que no me han alterado, hasta la mas reciente, pero no es su culpa.

Tenía tantas cosas en mente, que tranquilamente podría explotar en cualquier momento.

<<Lo harás>>

John no ha querido hablar sobre lo sucedido del otro día, no le conviene de todas formas.

¿Se supone que tengo que esperar a que lo dañe todo de nuevo?

No quería hacer eso, y menos por lo que casi logro anteriormente, tampoco sé si debería llamarlo logro.

Había invitado a Oriel a almorzar, calculé la hora y según eso terminaremos justo a tiempo para que acuda a la charla, solo espero que sirva de algo y que no le toque una persona idiota en la charla.

Es algo raro que yo lo haya invitado, per él se ha ofrecido a llevarme.

—¿Puedo saber a qué se debe la invitación? —indagó Oriel con los ojos puestos en la carretera.

—Creo haber oído que había un restaurante donde servían carne humana, y me he propuesto encontrarlo.

—Tal vez ya has estado en el restaurante y no te has dado cuenta —señaló.

—Esta vez tengo el paladar mas preparado —bromeé.

Negó con la cabeza algo divertido.

—En todo caso, también tengo que preparar el mío.

El carro se detuvo en una luz roja y él giró la cabeza hacía mí.

—Justo ahora —añadió.

Fue cuestión de segundos que acortara la distancia para unir nuestros labios. Ha apoyado una mano sobre mi pierna y eso ha hecho que mi cuerpo me transmita una reacción bastante extraña. Y lo mas extraño que ya he experimentado esa sensación extraña con él. Su pulgar acarició mi mejilla y nuestros labios se encontraban en la misma sincronización, se despegó por un momento y volvió a besarme, esta vez me ha mordido el labio inferior que no me ha disgustado y antes de volver a su lugar me dio un ligero apretón en la pierna.

—Creo que ya está —dijo volviendo al volante.

Yo solo suspiré un poco. ¿Por qué siento algo de calor de repente? Que raro.

—Que buena noticia que ya lo estés —lo miré con el rabillo del ojo.

No dijo nada, el semáforo cambió a verde y el carro continuó la marcha.

Normalmente me gusta estar en silencio con él, y no me sentía incomoda, pero la preocupación por algo que no me correspondía tenía mi mente inquieta.

—Va a haber un desfile de moda dentro de mes y medio —abrí paso a un tema de conversación.

—Lo sé.

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