Fuerza

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El rubio quedó viendo aquellos dominantes ojos que cada vez se clavaban más en sus orbes, cual lanza se tratase. Siguió viendo aquellos ojos hinchados por el llanto anterior. No dirigió ni una sola palabra durante esos segundos. Solo hubo silencio. Y tensión.

- Siéntate, cabo. Responderé a tu pregunta.- Dijo el rubio una vez habiendo separado su mirada de la de el pelo negro. Y como se veía venir, este emite un chasquido con la lengua, un chasquido de disgusto. Y se sentó inmediatamente en la silla que había frente al escritorio, frente a la del Comandante. Su rostro casi se miraba por debajo de la mesa, el Comandante es alto y necesita un escritorio totalmente nivelado a su estatura, al menos la silla ayudaba a que el Cabo no estuviera debajo de la mesa, una circunstancia un tanto graciosa.

- Dime que es lo que quieres de mí.- Dijo el de cabellos negros mientras se acariciaba el párpado de su ojo derecho, puesto a que sentía un ardor ligero.

- Olvidando la situación anterior. Quiero mencionarte sobre una iniciativa que estoy formando. Y quiero usarte a ti, como pieza clave.- Habló el Comandante un tanto aliviado de que esta conversación se pudiese iniciar, después de pensar tanto en este momento. Al fin estaba sucediendo.

- ¿Usarme?- Dijo el pequeño hombre mientras mostraba una cara irritada y de estrés, cosa que dejó bien en claro lo disgustado que estaba y por ello el comandante volvió a tomar el rumbo de la conversación.

- Como veras, elaboré aquel plan de Lobov para dos principales beneficios. Exponerlo a él y conseguirte a ti.- Sentenció él mientras miraba detenidamente cada expresión de Levi y saber si esto estaba siendo un momento adecuado para acelerar o atrasar un poco la conversación. Pero este solo se quedó viéndolo, ni muy serio ni muy atento, era intermedio. Lo cual indicó al de ojos azules a que continuará con su oración.

- Muchas cosas sucedieron a raíz de eso. Tampoco estoy declarando que fueron cosas buenas, ni necesarias. Simplemente tomó un destino adecuado. Estuve revisando mucho de ti, Levi. Quizás no lo sabes, pero llevo dos semanas pensándote e ideándote, dos semanas antes de sacarte del subterráneo. Cada noche desvelándome y corrigiendo cada cosa de la operación y de cómo lograr meterte a la Legión.- Dijo el Rubio totalmente dispuesto de contar la verdad. Pero se percató de algo. Notó pues que lo que había sentenciado había sonado un tanto personal y emotivo, en vez de algo que un Comandante diría, ni siquiera se reconoció a el mismo al decir esas palabras. No era propio de él revelar esa clase información innecesaria. Lo cual lo extrañó por un momento.

- Quiero decir, que quiero sacar provecho de tus habilidades en la Legión y seguir consiguiendo más miembros como tú para mejorar la calidad de soldados. Y poder tener asegurada la victoria de la humanidad.- Dijo de forma directa para que el cabo no se enredara más. Pero este se detuvo a verlo con aquella distintiva miradita de desprecio que ya le ponía desde un principio, una mirada un tanto incómoda, y no emitió ni un solo sonido hasta que habló

- ¿Acaso esto es un discurso de motivación? No sirve de nada que vengas a decirme esto. ¿Que consigues con decirme que quieres mas como yo? No creo que tengamos tecnología tan avanzada como para, yo que se, clonarme.

- Eres un tanto simpático.- Agregó el comandante tras escuchar las graciosas palabras que salían de la boca del cabo. Y soltó una pequeña risita. El Cabo simplemente lo volteó a ver extrañado de el por qué este se estaba burlando, y esperó a que el comandante le diera un poco más de explicación.

- No he terminado. Solo estaba empezando. Y viendo que ya estás al tanto de la situación, creo que es mejor que te lo diga de una forma más directa.- Sentenció el rubio quien tenía el rostro completamente serio observando los penetrantes ojos del Cabo frente suyo.

Our Ackerbond | Más de Cuatro Años de InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora