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» Cuento contigo «

El calor atormentaba su moreno cuerpo, a penas podía sentir sus piernas que hacían lo podían por seguir caminando, desde su llegada estuvo expuesta a un duro entrenamiento donde al final del día terminaba agotada, las clases de esgrima, las de magia, donde no pasaba a más solo por enseñarle aún a contenerse. Ahora estaba atada a una carreta donde su cuerpo hacía lo que podía por tirar de ella, pues no venía vacía.

—Vamos niña, este trigo y saco de papas no se entregan solas - dijo calmada con un vaso con hielo mano-

—E-Eres una bruja - dijo jadeante-

—Soy una maga del mas alto rango mocosa, esto es por tu bien, tienes un cuerpo débil y lento, arre - ordenó como si fuera un caballo-

—Ahora entiendo a los caballos, seré más amable con ellos - dijo cansada aún haciendo mejor esfuerzo por tirar de la carreta-

La velocidad con la que iban era lenta, había muchas cosas que hacían peso y eso le dificultaba a Luz quien tenía el rostro rojizo debido a la fuerza que estaba haciendo, fue duro pero al fin llegaron al mercado donde los recibió un comerciante, era de estura baja y regordeta, tenía una pequeña barba y veía como la mujer venía leyendo un papel mientras la menor jadeaba, sus piernas temblaban, su rostro empapado de sudor. Cuando llegaron, Luz no dudó en tirarse al suelo y respirar agitadamente.

—Dama Búho, ¿otra vez engañando niños para que te ayuden? -preguntó divertido-

—Max -sonrió y luego miró a su aprendiz- esta vez no, ella es Luz, mi aprendiz

—Vaya, debe valer la pena para que sea tu aprendiz, no por nada eres la Sabia de la Espada Dorada

—Cállate antes de que te oigan, he venido encubierto por algo, he traído nuestro acuerdo momento que me pagues -estiró la mano-

—Directa como siempre, no se porque sigues comerciándome productos, eres de la más alta nobleza después de todo.

—Titán apresúrate -pidió-

—Suerte niña, lo necesitaras -dijo después de darle unas monedas a la mayor, se despidió- 

Luz observó como el hombre se iba montado de un caballo que estaba atado a una carreta y no pudo evitar compararse con el animal.

—Es mi hermano -dijo sin pensar-

—Pff ¿qué? -dijo aguantando la risa, la mujer sabía a quien se refería-

—¿Eh? -pronto enrojeció y no exactamente por el sol- Ah n-no escuchaste nada -dijo con vergüenza-

—Jaja vamos niña, usaré la puerta 

—Gracias a los cielos -soltó con cansancio-

En un dos por tres ya se encontraban en la enorme mansión, donde como siempre la servidumbre les dieron la bienvenida junto con un par de refrescos con hielo. King bajaba de las escaleras con dos espadas de madera en mano, Luz sabía lo que significaba y tomó una gran bocanada de aire, en verdad sería un día largo para ella, pero estar en buenas condiciones físicas era una de las cosas que debería tener para ser una heroína.

—Soy malísima para esto, creí que no importaba si no sabías dominar la espada siempre y cuando tengas magia y que no importaba si no tenías magia siempre y cuando tengas un buen dominio con la espada

—Y tú no tienes ninguna de las dos -agregó Lilith cerrando de golpe el libro-

—Lo cierto es que los magos deberían aprender esgrima, no siempre pelearan a la lejanía o cuerpo a cuerpo solo con magia de fuego y hielo. Yo soy una maga pero a la vez tengo dominio con la espada  -dijo orgullosa-

Nueva realidad - Lumity AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora