Nueva realidad - Lumity AU

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» Refuerzos o traición «

Estaban recogiendo sus cosas para montar sus caballos y continuar su camino, Lilith discutía como todos los días con su hermana sobre varios hechos mientras que la azabache ayudaba a su amigo con el mapa.

No fue hasta que el relincho de varios caballos los hicieron estar alerta ¿eran bandidos? No lo sabían, pero los trotes se escuchaban cada vez más cerca, el sonido de las ramas romperse y las hojas siendo removidas, a penas era de mañana podría ser un comerciante que se iba al reino vecino pero de todas maneras estaban a la defensiva.

—Sigan adelante...woah - el caballo se había alterado al ver el filo de la espada frente a él - tranquilo amigo, que- ou...

—¿King?

—¡Chicas! - exclamó feliz. — que bueno que las alcancé - bajó del caballo. — tenía miedo de que Eda utilizara la puerta tridimensional.

—Ojalá, pero como sabrás, tengo poco poder mágico que me sirve de vida.

Detrás del chico aparecieron varios soldados del rey montando sus caballos, eran refuerzos, pero aún así les impresionaba el poco tiempo que se habían tomado para alcanzarlas; el pelinegro montó su caballo, el grupo de la morena realizó lo mismo y prosiguieron su camino fuera del sendero.

—Así que el viejo te mandó...

—Sigo preguntándome como es que no te han encerrado por tanta insolencia, mujer - suspiró -

—¡Ja! Me necesitan, como ahora

—Pierdete bruja - respondió el chico -

—Mocoso te di alojamiento ¡¿y así me lo agradeces?! - dijo tomándolo del cuello-

—Sueltame, ¡me caeré, bruta!

King, el marqués que pertenecía al círculo del rey por ser uno de sus más valiosos generales a pesar de sus veinte años de edad, había sido entrenado en el castillo y a su vez por Edalyn en sus tiempos de gloria, el pelinegro no podía usar magia del todo por ello los encantamientos los utilizaba en su espada al momento de combatir. Luz conocía poco de la historia de su amigo pero hasta donde sabía, el era huérfano, ¿acaso todos allí vivían miles de años y no parecían envejecer? Si que tenía parecido a un videojuego.

—¿Siempre discuten así? - preguntó el moreno -

—Sep.

El pelinegro adelantó el paso para dar camino entre los arbustos que se encontraban por allí, un aroma putrefacto detuvo el andar de todos, cubrieron de inmediato sus fosas nasales, un pequeño grupo de soldados bajaron de los caballos desenvainando sus espadas para ponerse en frente, estaban cerca de un acantilado, si hubieran seguido sin cuidado, tal vez habrían caído.

—Solo son animales muertos, marqués.

—Agh pero que edor. - se quejó -

—Demonios - habló -

—¿Niña?

—Eda, hay como veinte demonios adelante.

—Magia de búsqueda...

Luz asiente.

Baja del caballo tratando de tranquilizarlo, toma su espada de su asiento y camina hacia los soldados con una mirada serena.

—Que hará señorita Luz.

—Hay unas montañas mucho más adelante ¿cierto?

—Si - respondieron -