XIV

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13 de abril,1914
Ensal:

No quise entrar, me negué rotundamente a presenciar algún acto de satanismo, más por miedo que por otra cosa, pero de todas formas mi abuela Mae me había bautizado al nacer en una iglesia, esto sería una burla hacia al Alabado, profanar la palabra de la abuela cuando me imponía que jamás tuviera contacto con algún espíritu del más allá y menos si pertenecía al infierno. Luego de unas horas, mi madre salió satisfecha y mi padre con cara de espanto. Al llegar a casa me comentaron que la anciana les había indicado cómo realizar el ritual y era por ello el susto que tenía encima papá.
Mamá apagó todas las luces de nuestro hogar, encendió unas cuantas velas e hizo con ellas una extraña estrella que me había parecido verla en los libros paranormales que leía mi mejor amiga Lana, creo que estaban relacionadas con la brujería, rituales y cosas así. Ya estaba más que cagado en los pantalones, cuando unas gotas de sangre se deslizaron de los delgados brazos de mi madre dejándome completamente paralizado. Murmuró algunas palabras de las que sólo entendí: "vene de a mi une to vide ou demonius an vitrie oh to vida, onmiselae trigosty, oh demonius, oh diblaou, oh satenes, une pacto , une pacto".Las luces comenzaron a resplandecer de forma cegadora hasta que los bombillos explotaron, el ventilador de paredes se encendió repentinamente a una velocidad sorprendentemente rápida, luego se apagó. Las ventanas se abrieron y entró por ella un viento tan frío que me caló hasta los huesos. En la pared de enfrente a nosotros comenzaron a escribirse unas letras con la sangre de mi madre:
                 Una vida te daré y a tu vientre llevaré. Une pacto, une pacto. Si alguien quieres que nazca, alguien tendrá que morir. Una vida por otra, así de fácil es. La vida de un adolescente por la de un bebé, la vida de tu hijo por la vida de tu verdadera y nueva hija. Une pacto así se hará, porque me has de invocar y ya no hay vuelta atrás.....

Lloré, lloré hasta que no tenía más lágrimas, todo se quedó a oscuras mientras mi madre y padre me abrazaban y lloraban sin cesar, mamá fue la primera en interrumpir el momento:

-Lo hemos conseguido. Tendremos una nueva integrante en la familia. Pero el no se llevará a mi hijo, no, no lo hará.

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