🌹║Prólogo

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Taeyong suspiró y bebió el resto de su cerveza mientras miraba alrededor del club. Solo llevaba allí una hora y ya lamentaba su decisión de haber ido. La única razón por la que decidió ir en primer lugar fue para no tener que sentarse solo en su departamento. Él no se sentía solo, para nada. Sólo necesitaba un cambio de ambiente. Pero después de una hora en el club lleno de humo, estaba bastante claro que no era lo que él necesitaba después de todo. En realidad, preferiría estar acostado en su, de repente mucho más tentador, sofá viendo algún estúpido reality show.

Otra mirada alrededor del club solo confirmó sus pensamientos. Había gente ruidosa, borracha y sudorosa en todas partes. Desde menores de edad, adolescentes ingenuos, que esperaban poder emborracharse lo suficiente como para sentir la resaca durante una semana antes de ser expulsados por los de seguridad, a hombres desagradables, de mediana edad y muy probable infelizmente casados, que estaban mirando a las mujeres jóvenes como halcones, solo esperando el momento adecuado para atacar. Taeyong se encogió, estremeciéndose involuntariamente, cuando sus ojos se posaron en uno de esos hombres, quien se lamió los labios y se secó un poco el sudor de la frente cuando vio la presa adecuada. Asqueroso.

Una mano corriendo por su brazo lo sacó de sus pensamientos y bajó la vista para encontrarse una pequeña y delicada mano con uñas pintadas de rojo. Él gruñó para sus adentros y dejó que su mirada recorriera la cara de la chica. En realidad era bastante bonita, especialmente en comparación con otras chicas en la sala, pero Taeyong no estaba de humor esta noche.

Ella sonrió con coquetería, o al menos lo intentó, su sonrisa se convirtió en una mueca porque estaba demasiado borracha para controlar sus músculos faciales. Una copa más y Taeyong estaba seguro de que ella comenzaría a babear. O se desmayaría. Probablemente ambos.

Oh, Dios mío. ¡Eres, como, Lee Taeyong! —ella arrastró las palabras con entusiasmo mientras se inclinaba sobre él para no caerse, su penetrante voz se sentía como una daga en los tímpanos de Taeyong.

Ese soy yo. —respondió, tratando de alejar la mano de su brazo sin hacerla caer.

¡Eres, como, tan genial! Te he visto pelear una vez y eras, como, tan fuerte. —seguía arrastrando oraciones incoherentes, pero todo lo que Taeyong podía oír era la palabra 'como', la cual usaba mucho en su opinión.

Su voz bajó unas octavas, intentando, y fallando, sonar sexy y seductora.

He oído hablar de ti, Taeyong, y no te preocupes. —ella movió sus labios hacia su oído.— Me gusta duro.

Todo lo que Taeyong quería hacer era empujarla, pero sabía que probablemente se rompería a la mitad si lo hacía, siendo tan flaca como ella, así que se conformó con apartar nuevamente las manos de su brazo y cortésmente se excusó, dejándola boquiabierta detrás de él como un pececito.

Empujó a través de los borrachos que bailaban y finalmente escapó, tomando una bocanada de aire fresco antes de dirigirse hacia su apartamento. Normalmente, llevaría su motocicleta, la única posesión que realmente le importaba, pero el club no estaba tan lejos del apartamento, por lo que había decidido caminar. Aire fresco y ejercicio y todo eso. No es que lo necesitara, sin embargo, siendo uno de los mejores boxeadores clandestinos del país.

Comparado con la cantidad de gente y el ruido en el bar, las calles estaban bastante tranquilas. Probablemente tenía algo que ver con el hecho de que era miércoles, a mitad de la noche y la gente tenía que levantarse mañana temprano para ir a trabajar. Sin embargo, Taeyong disfrutó el silencio, le ayudaba con el dolor de cabeza que había tenido al sentarse en el club y por la voz de esa pegajosa chica.

Sin embargo, el cómodo silencio fue interrumpido por el estridente tono de llamada del teléfono de Taeyong. Gruñó y lo sacó de su bolsillo, revisando el identificador antes de llevárselo a la oreja. Realmente tenía que cambiar ese tono de llamada.

fight for me│𝘁𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora