—Vamos, tú puedes hacerlo, cariño. Eso está bien. —Taeyong elogió, aplaudiendo con sus manos acolchadas antes de levantarlas de nuevo.— Ahora haz lo mismo pero con un poco más de fuerza.
Ten resopló pero lanzó otro golpe, el cual apenas hizo que Taeyong moviera un músculo, pero este de cualquier manera le sonrió orgulloso.
Estaban usando un par de guantes de boxeo que Mark le había regalado a Ten ese día más temprano por su cumpleaños como una especie de broma. Sin embargo, Ten había estado ansioso por probarlos, y Taeyong se ofreció a ayudarlo. Era un poco divertido ver lo determinado que estaba. Y tal vez también era realmente adorable. Principalmente ahora que era evidente que se arrepentía de haberlo sugerido.
—Más fuerza. —ordenó, dándole un juguetón golpe a Ten, quien lloriqueó.
—No tengo más fuerza, Taeyong. —se quejó, pegándole al mayor.— Soy débil. Déjame en paz.
Mark soltó una carcajada desde donde estaba mirándolos, recostado en el sillón con sus pies en el regazo de Jaehyun, y Ten le sacó la lengua antes de girarse hacia Taeyong con su cara de perrito.
Taeyong cedió de inmediato, maldiciendo esos hermosos ojos almendrados.
Se sentaron en el sillón frente a Jaehyun y Mark, y se acurrucaron juntos. Afuera le nieve se había detenido ligeramente, los mullidos copos de nieve caían al suelo congelado donde se quedaban. La chimenea crepitaba tranquilizadoramente junto a la suave música navideña. Podían escuchar a Kun desde la cocina donde estaba ayudando a la mamá de Mark a preparar el almuerzo.
Decidiendo pasar la víspera de Navidad y el cumpleaños de Ten en la casa de Mark, todos se habían dirigido a Canadá el día antes, y habían llegado justo a tiempo para irse a dormir. Pero como la mayoría tenía otro planes para la mañana de Navidad, habían movido la cena para el almuerzo así podrían irse a casa antes de que fuera demasiado tarde.
Wendy había estado encantada de verlos a todos, especialmente a Ten, quien era bienvenido con los brazos abiertos. Incluso se había asegurado de que hubiera una silla especial para el cumpleañero, decoró con pequeños globos y serpentinas, y tenía la tarta favorita de Ten en el menú.
Para su cumpleaños, Ten había recibido un suave suéter de parte de Jaehyun, montones de películas y libros de parte de Kun, y junto a los guantes de boxeo, una gran caja de dulces de parte de Mark. Taeil le había regalado un celular -tuvieron que persuadir a Ten para que lo aceptara, puesto que él sentía que era demasiado- y Wendy le había tejido dos pares de calcetines calentitos.
Y de parte de Taeyong...
Taeyong miró al pequeño chico en su regazo, quien estaba jugueteando con el nuevo pendiente alrededor de su cuello, una sonrisa contenta adornaba su rostro.
Al principio, Taeyong no sabía qué comprarle a Ten, parado en medio del centro comercial teniendo una crisis interna mientras miraba a todos corriendo para comprar sus regalos. En realidad se había dado por vencido y estaba a punto de irse para la casa, cuando algo brillante llamó su atención en la ventana de una pequeña tienda.
Realmente era un diseño bastante simple; un colgante plateado de copo de nieve con una piedra azul claro en el medio, pero era perfecto. Taeyong no lo pensó dos veces antes de comprarlo.
Por suerte, Ten lo había amado, y Taeyong había tenido razón. Se veía precioso en Ten.
Desafortunadamente, todo lo que Taeyong recibió a cambio fue un gran abrazo. Porque Ten se negaba a besarlo, incluso a darle solo un besito, hasta que los labios de Taeyong estuvieran completamente sanos, puesto que temía lastimarlo.
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fight for me│𝘁𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻
Fanfiction─Entonces, ¿Somos amigos? ─Ten preguntó tímidamente, sus ojos almendrados miraban a Taeyong a través de sus pestañas, el pecho de Taeyong repentinamente se sentía extraño. A la mierda todo. Su vida realmente era un gran desastre en este momento, pe...