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Finding Leon

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La lluvia caía sobre Taeyong y Ten mientras caminaban rápidamente hacia el departamento. El clima había estado bien cuando salieron a hacer las compras en la pequeña tienda cerca del apartamento de Taeyong, pero cuando salieron para irse a casa, había comenzado a llover a cataratas.

Y para empeorar las cosas, hacía mucho frío, había un viento que soplaba a través de sus ropas.

Como el moretón de Taeyong todavía le dolía, Ten había insistido en cargar la bolsa más pesada a pesar de que Taeyong le había dicho que estaba bien, y ahora el chico se estaba quedando atrás mientras luchaba con la bolsa. Taeyong suspiró y bajó el ritmo, a pesar de su deseo por estar en el sofá.

Solo dámela, Ten, no llegaremos a ningún lugar así. —gruñó y se giró.— De verdad, nosotros... ¿Ten? —se detuvo cuando se da cuenta de que Ten ya no estaba detrás de él y sintió una punzada de pánico antes de notar un poco del abrigo de Ten —que en realidad era de Taeyong— asomándose de un pequeño callejón.— ¿Qué haces? —Taeyong espetó mientras se acercaba a él. Tan sólo quería irse a casa, ponerse ropa seca y esperar a no morir de una neumonía.

Ten estaba arrodillado mirando algo detrás de un contenedor de basura y Taeyong casi se estira para levantarlo de la chaqueta, pero se contuvo. Controlar su enojo e irritación se estaba volviendo fácil, pero habían momentos en los que todavía quería gritarle a Ten. O a cualquiera, en realidad. Pero de verdad, ¿Qué mierda estaba haciendo el niño?

Mira, Taeyong, ¡Es un gatito! —Ten dijo alegremente, ignorando por completo el obvio deseo de Taeyong de salir de la lluvia.— Oh, el pobrecito está completamente empapado. Ven aquí, gatito, vamos déjame verte.

Y detrás del contenedor de basura salió un pequeño gatito. Su nariz, orejas y patas eran marrón oscuro, pero por lo demás era de un marrón un poco más claro. Su pelaje estaba pegado a su cuerpo por la lluvia. Taeyong se burló, nunca le había visto la gracia a las mascotas.

Déjalo, Ten, tenemos que llevarnos esto. —Taeyong gruñó, señalando las compras. Y quería regresar al sofá.

¿Podemos llevarlo a él con nosotros? —Ten le suplicó, mientras lo miraba con sus felinos y almendrados ojos, y Taeyong tuvo que morderse la lengua para no decir nada cruel. Pero él no iba a llevarse a esa criatura a casa. De ninguna manera. ¿Y cómo mierda sabía Ten que era un él?

No. Ahora vamos o te dejaré aquí. —recogió las bolsas y empezó a caminar.

Pero... —Ten empezó a decir detrás de él, sonando desesperado.— ¡No podemos solo dejarlo aquí! ¡¿Y si se muere?!

Entonces el mundo tendrá a alguien menos a quien alimentar... —Taeyong gruñó para sí mismo, antes de levantar su voz para que Ten pudiera escucharlo otra vez.— Ellos están acostumbrados a estar afuera, ¡Estará bien!

Ignorando las protestas de Ten, siguió caminando hacia el apartamento, sabiendo que el chico lo seguiría en algún momento. Y si se traía al gato, Taeyong solo tendría que echarlo. No era cruel de ninguna manera. Como le dijo a Ten, ellos estaban hechos para vivir afuera así que estaría bien. Mejor que vivir con Taeyong.

Y Ten finalmente lo terminó siguiendo sin parecer muy feliz, e ignoró a Taeyong el resto del camino, yendo uno o dos pasos detrás de él.

Cuando estuvieron dentro del apartamento, Taeyong se apresuró hacia la cocina para ordenar lo que habían comprado antes de cambiarse de ropa, suspiró contento cuando finalmente se quitó la ropa incómoda y mojada. Cogió alguna ropa para Ten de la bolsa con la ropa de Mark y regresó a la sala de estar.

fight for me│𝘁𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora