🌹║Extra VII

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Winter Day

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Vamos, Taeyong. ¡Por favor! —Ten suplicó, tirando de la manga de Taeyong. Las mejillas del mayor estaban ligeramente rojas por el clima, y estaba de malhumor por el frío. Había protestado cuando Ten sugirió que fueran al parque después de que pasó nevando toda la noche, pero eventualmente había dejado que Ten lo sacara por la puerta.

Ten, no voy a hacer un ángel de nieve. —Taeyong gruñó, con los brazos cruzados sobre el pecho para intentar calentarse.— ¿Podemos irnos a casa? Hace mucho frío.

¡Pero ni siquiera hemos hecho un muñeco de nieve todavía! —Ten pisoteó, no era su momento de mayor orgullo, pero él quería jugar en la nieve un rato más y Taeyong se estaba poniendo difícil.

Rodeando los ojos, Taeyong bufó y empezó a caminar hacia su casa. Claramente iba a dejar a Ten atrás si no lo seguía.

Taeeyong. —con un lloriqueó, Ten tercamente se quedó firme. Había esperado a que nevara desde Noviembre y por fin estaba aquí. Quién sabe cuántos días más les quedaba para jugar con la nieve.— ¿Por favor? ¿Por mí?

Pero Taeyong siguió caminando. Ten logró quedarse parado por cinco segundos antes de salir corriendo detrás del mayor, y agarró su brazos cuando lo alcanzó. Como protesta por la decisión de Taeyong de irse a casa, Ten siguió haciendo pucheros en silencio todo el camino. Sabía que estaba siendo infantil, pero no le importaba.

Ambos estaban callados mientras se quitaban su pesada ropa de invierno, Ten intentaba con todas sus fuerzas seguir con el ceño fruncido. En realidad había empezado a sentir frío y lo caliente de su casa era agradable, pero no iba a dejar que Taeyong supiera eso.

Se arrastró hacia la sala de estar y Taeyong se fue a la cocina. Hubieron algunos ruidos y Ten imaginó que estaba haciendo té. Mientras tanto, Ten se acurrucó en el sofá debajo de una mullida manta junto a Leon que estaba dormido. Quizás Taeyong tenía razón, hacía demasiado frío para estar afuera. Esconderse debajo de una manta tibia era mucho más agradable.

No pasó mucho tiempo antes de que Taeyong regresara a la sala de estar con dos tazas humeantes en sus manos. Se acomodó en el sofá junto a Ten después de ahuyentar a un Leon muy descontento. Ten pudo oírlo colocar las tazas en la mesa de café, pero no asomó la cabeza. No importaba si Taeyong tenía razón, no iba a dejar que lo supiera.

Ni siquiera habían pasado dos minutos en silencio cuando Taeyong suspiró y levantó a Ten como si no pesara nada, y colocó al pequeño chico en su regazo. Ten protestó débilmente, intentando alejarse de las garras de Taeyong, pero era difícil cuando estaba completamente envuelto en una manta.

Estás siendo ridículo. —las palabras de Taeyong sonaban suaves por la obvia sonrisa en su voz.

No. —Ten murmuró petulante, casi fallando en contener una risita.

¿No vas a salir de ahí? —la voz burlona sonaba justo en la oreja de Ten y las manos de Taeyong se hundían en la manta inquisitivamente.

No, estoy enojado contigo. —esta vez Ten no pudo contener su risa.

Un chillido sobresaltado salió de su boca cuando dedos ágiles de repente se clavaron en sus costados, haciéndole cosquillas sin piedad. Ten aulló de risa, retorciéndose en el regazo de Taeyong para tratar de escapar, pero la manta lo mantenía atrapado sin remedio.

Taeyong se estaba riendo a carcajadas, lo que todavía era muy raro para él. Toda su cara se iluminaba y parecía mucho más joven. Este era el Taeyong favorito de Ten y, a pesar de no poder respirar, disfrutaba cada segundo de la tortura de las cosquillas. Si eso significaba que podía ver esa sonrisa en la cara de Taeyong, haría cualquier cosa.

La manta se desenvolvió de su alrededor en su lucha por alejarse y de repente expuso su estómago al ataque de Taeyong. Ambos se dieron cuenta al mismo tiempo, pero Taeyong fue más rápido. Sus dedos se hundieron en la suave barriga de Ten, y este ahora no podía hacer nada más que reír casi en silencio mientras luchaba por recuperar el aliento. Su rostro le dolía por sonreír tanto y su estómago le dolía de la risa.

N-no, por favor. No más. —dijo, tratando de agarrar las manos de Taeyong para que se detuviera.— Voy- voy a hacerme p-pipí encima tuyo, ¡L-lo juro!

Afortunadamente, Taeyong consideró la amenaza lo suficientemente real y sus manos se detuvieron, en su lugar, tiró a Ten y lo abrazó contra su pecho.

¿Todavía estás enojado conmigo? —Taeyong sonrió, acariciando con la nariz el cabello de Ten.

No... —Ten suspiró de mala gana, abrazándose contra el pecho de Taeyong con un tarareo de satisfacción.— Lamento comportarme como un bebé, he estado esperando la nieve por tanto tiempo. Pero sé que estaba cansado hoy, tendríamos que haber esperado.

Está bien, sigo pensando que eres lindo. —Taeyong dijo suavemente. Comenzó a inclinarse hacia un lado hasta que ambos se volcaron, y aterrizaron en el sofá.— Lamento ser gruñón. Iremos mañana, ¿De acuerdo?

De acuerdo. —a Ten ni siquiera le importaba si iban, estaba feliz de quedarse ahí acostado, acurrucado en los brazos de Taeyong.

fight for me│𝘁𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora