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Old Mrs. Im

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No fue su alarma ni la lluvia cayendo afuera lo que despertó a Taeyong esa mañana, sino la explosión de dolor en su pecho que atravesó su cuerpo cuando se dio la vuelta en la cama. Gritó cuando se despertó sobresaltado, lo que tan solo causó que estirara de nuevo su moretón, enviándole destellos de dolor todo el camino hacia sus dedos.

Sin siquiera molestar en contener sus gruñidos de dolor, Taeyong intentó moverse sin lastimarse de más, para poder agarrar los analgésicos que siempre guardaba en su mesita de noche. Maldijo a Youngbae y a su gancho izquierdo en cada idioma que conocía, los cuales no eran muchos, pero los suficientes como para no agotarse hasta que sus dedos finalmente se cerraron alrededor del pequeño frasco de píldoras que lo sacarían de su miseria.

Tan solo había un problema; nunca se había podido tragar las pastillas en seco y no tenía agua cerca, más cuando ni siquiera se podía levantar de la cama. Por un momento pensó en llamar a Ten, ya que sabía que el chico era de sueño ligero, pero rápidamente descartó la idea. No necesitaba su ayuda.

Reuniendo la poca fuerza que le quedaba, intentó sentarse, tan solo para sentir otra explosión de dolor, que le hizo soltar un fuerte gruñido mientras volvía a caer en la cama, con un resoplido de derrota. No recordaba la última vez que había estado tan adolorido. Y un moretón no parecía nada comparado con todo por lo que había pasado, así que estaba bastante molesto consigo mismo por ser tan cobarde. Sin duda, él era más fuerte que eso.

Aparentemente, alguien escuchó sus silenciosas plegarias porque tan solo segundos después, se escuchó un suave golpe en la puerta y un pequeño y adormilado Ten asomó la cabeza.

¿Taeyong? murmuró suavemente, en la oscura habitación.— ¿Estás bien?

Taeyong pensó en decirle que se fuera, pero el dolor en su pecho rápidamente descartó cualquier pensamiento de alejar a Ten.

¿Podrías... podrías traerme agua? —gruñó al final.— Mi pecho me duele muchísimo.

Incluso en la oscuridad, Taeyong pudo ver los ojos de Ten agrandarse y asintió antes de salir rápidamente de la habitación. Hubieron unos cuantos murmullos de lo que parecía ser la cocina —por suerte no eran vasos quebrándose— y no mucho después, Ten regresó a la habitación.

Ayudó a Taeyong a sentarse para que pudiera tragarse las patillas sin atragantarse y, con cuidado, colocó su cabeza de vuelta en la almohada cuando terminó. Tardaría un momento para que Taeyong pudiera sentir los efectos, pero era como si tan solo pensar en haberse tomado las píldoras, le diera algo de alivio.

¿Necesitas algo más? —Ten preguntó, moviéndose incómodamente junto a la cama.

¿Qué hora es? —Taeyong gruñó, sin poder ver el reloj desde donde estaba.

Un poco pasadas las cinco. —Ten respondió.— ¿Crees que puedes volverte a dormir?

Taeyong solo asintió, queriendo darse vuelta y volverse a dormir. Ten pareció entender y murmuró un silencioso "Buenas noches" antes de regresar a la sala de estar, donde Taeyong lo pudo escuchar moverse en el sillón por unos segundos antes de acomodarse.

Acomodándose lo mejor que pudo también, Taeyong cerró los ojos y, después de solo unos dolorosos minutos, se durmió.

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fight for me│𝘁𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora