Todo había salido mal desde el inicio.
Apenas terminaron de desayunar, los dos menores corrieron a encerrarse en sus habitaciones.
Está bien, no los presionaría.
Buscando algo que lo ayudara a matar el tiempo, recordó que por algún lugar de la casa tenía una podadora descompuesta y se dispuso a repararla.
Resultó que la podadora ya había sido reemplazada, pero él no lo supo hasta que descompuso la nueva, entonces tuvo que repararla y falló miserablemente en su intento.
Después de comprar una podadora en línea, se dirigió a las habitaciones de sus hijos para encontrarlas vacías.
Pensó en preguntarle al malviviente pero, ¿para qué? Él podía hacerlo.
Él era un buen padre.
Los encontró jugando videojuegos luego de una exhaustiva hora.
¿Por qué no se le ocurrió? No lo sabía.
Decidió que, por el bien de su relación con ellos, pasaría por alto todas las palabras altisonantes con las que se referían al otro.
Sólo por esta vez.
- Hola – saludó entrando en la habitación.
Ninguno respondió.
- ¿Quieren salir a dar una vuelta? –
- Mátalo, idiota. Está disparándome –
- ¿Por qué no lo matas tú? –
- Porque está frente a ti –
- Tu puto problema – disparos – listo –
- Justo cuando casi acaba conmigo –
- No es mi culpa que seas un pésimo jugador –
- Imbécil –
- Imbécil –
Ambos gritaron molestos cuando la pantalla frente a ellos se apagó de la nada.
- Muy bien – dijo el mayor, sosteniendo el enchufe – vamos a salir a comer algo, y vamos a divertirnos los tres juntos –
- ¿Eso es una orden? –
- No me retes, Jeno –
- ¿Al menos podemos elegir el lugar? – preguntó su hijo menor.
- No veo por qué no – se encogió de hombros.
- Genial, hay un bar... -
- Suficiente – negó – tienen 10 minutos para salir de la casa. No me hagan ir por ustedes –
Ambos chicos se levantaron refunfuñando y se dirigieron a sus habitaciones.
Ellos pasarían tiempo juntos. Les gustase o no.
- El lugar está bonito ¿no? – preguntó sonriente.
Jisung hizo una mueca y Jeno se encogió de hombros.
- La comida se ve bien –
El menor tomó el menú y lo leyó superficialmente.
- Quiero una pizza de salmón –
- No puedes – dijo su hermano.
- Puedo y lo haré –
- No seas infantil –
- Jeno – llamó su padre – deja que Jisung elija lo que va a comer –
El mencionado alzó una ceja y asintió.
- Oh por Dios – exclamó el mesero que les iba a atender, llamando la atención de la terna – es Jung J... -
- No lo digas – pidió en voz baja – no dejes que nadie note que estoy aquí –
- Claro, lo siento – sonrió tímido – pero ¿puedo pedirle un autógrafo? –
- Por supuesto que sí – rió tomando la pluma de su mandil y una servilleta.
- ¿Sus amigos, señor? – preguntó, señalando al par frente a él.
- Son mis muchachos – lo miró orgulloso – mis hijos –
- Vaya, no sabía que tenía familia –
- Nadie lo sabe – murmuró Jeno, incorporándose en su lugar - ¿te puedo ordenar ahora? –
- Claro que sí –
- Bien – empujó el menú – tráeme por favor 100 gramos de pasta integral al natural, 150 gramos de pollo hervido, y una pieza de pan sin mantequilla y sin tostar, ¿tienes bebidas sin endulzante? –
- ¿Té de frambuesa? –
- Claro – asintió.
- ¿Para usted? – señaló al otro chico.
- Yo quiero una pizza de salmón individual, media orden de dedos de queso, y una copa de vino blanco –
- ¿Alguna uva en especial? –
- Si encuentras chardonnay sería fantástico –
- Bien, ¿señor? –
- Quiero cenar algo ligero, ¿alguna recomendación? –
- Crema y ensalada del día –
- Eso funciona – le entregó el menú – gracias –
- No es nada – canturreó el joven antes de retirarse.
- ¿Hay algún motivo en especial por el que estés cuidando tu dieta? – preguntó a su hijo.
- Hago ejercicio – se limitó a responder
- Pa – llamó Jisung - ¿podemos pedir postre? –
- ¿No crees que es algo pesado? –
- Tienes razón – hizo un puchero – de todos modos no lo quería tanto, sólo debo tener hambre –
- Está bien – suspiró – puedes ordenar lo que sea, pero espera a que termines de comer –
- Claro –
Jeno apretó los labios y negó divertido.
Su hermano era un completo manipulador.
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The trainer
FanfictionJung Jaehyun era el reconocido entrenador para un equipo de baloncesto de primera división. Todos lo amaban. Excepto en el único lugar en que debían amarlo. Ahora, había vuelto, y lo hacía para quedarse. El problema era que había otro hombre int...