- Estoy seguro de que debe haber un error – se apoyó en el pódium – por favor revisa de nuevo. Membresía 4917 –
- Señor, lo siento – se disculpó sinceramente el empleado – usted no tiene acceso al club –
- ¿No está pagado? – tomó su billetera – no es problema, ¿efectivo o tarjeta? –
- Señor – bajó la voz – nosotros tenemos indicaciones de no dejarlo pasar –
- ¿Por quién? – se enderezó – esto es ridículo, ¿sabe cuánto pagamos por esto? –
- Soy consciente pero... -
- Por favor – unió sus manos – por favor, tiene que dejarme pasar. Le prometo que no voy a beber tanto esta vez –
- ¿Hay algún problema? – preguntaron tras él.
- Sí – respondió exasperado, aún mirando al cadenero – éste chico de aquí no me deja pasar sin ningún motivo –
- No lo entiende, señor. Su cuidador nos llamó y nos pidió... -
- Sí, mire. Ahí está el error – le apuntó – él me dio permiso de venir. Solamente quítenme las llaves si me ven muy ebrio –
- Señor... -
- Déjalo pasar – ordenó el hombre tras él.
El cadenero se giró a verlo de golpe.
- Pero... -
- El niño viene conmigo – tomó al aludido del brazo.
Primero, el chico cadenero no dijo nada. Luego de un rato y sin otra opción, asintió y abrió la puerta para ellos.
Entonces, Jisung lo miró.
No.
Uno simplemente no podía ser así ardiente y tener tanto poder al mismo tiempo.
Era injusto.
No podías andar así por el mundo.
Casi le reclama por eso pero, bueno, el tipo lo había ayudado a entrar.
Miró sobre su hombro solamente para percatarse que otro chico aún los veía, por lo que siguió al apuesto hombre hasta su área.
Había visto el lugar antes.
En algún momento, junto a sus amigos, intentó entrar. Fue cuando se dio cuenta de que era un área reservada y súper exclusiva.
Tal vez si le invitaba un trago, el desconocido lo dejaría estar ahí un rato.
Valía la pena el intento.
- Amigo, pensé que no llegarías – saludó un hombre un tanto más bajo que él y bastante extravagante parándose frente ambos.
- Había mucho tráfico – se limitó a responder antes de pasarlo de largo sin detenerse.
Caminó hasta el fondo del sitio, llegando a un amplio sillón que nadie estaba ocupando (probablemente porque estaba destinado para él) y tomó el lugar al centro, arrastrando al menor junto a él.
Jisung miró impresionado como algunos empleados se acercaron inmediatamente a atenderlos.
- Oye – llamó por lo bajo - ¿quieres alguna bebida? Creo que te lo debo –
El hombre se giró a mirarlo, genuinamente divertido, antes de acercarse a atraerlo en un hambriento beso.
Mierda.
Sintió como el calor se apoderó de su cuerpo. Desde sus mejillas hasta su entrepierna.
Se separó casi tan pronto como inició y limpió delicadamente la comisura de los labios de Jisung.
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The trainer
FanfictionJung Jaehyun era el reconocido entrenador para un equipo de baloncesto de primera división. Todos lo amaban. Excepto en el único lugar en que debían amarlo. Ahora, había vuelto, y lo hacía para quedarse. El problema era que había otro hombre int...