- ¿En qué estabas pensando? – regañó, colocándose de cuclillas frente a él – tu entrenador va a matarme –
- Quería ver películas – lloriqueó.
- Ten – dijo extendiéndole una barra de chocolate – con suerte el azúcar te despierta –
- ¿Estás seguro de que puedes jugar? – preguntó Jaehyun con evidente preocupación.
- Tiene que hacerlo – respondió Jungwoo – así aprenderá lo que ocasiona su irresponsabilidad –
- ¿Podemos hablar un momento? – pidió el mayor con voz severa.
El empleado lo miró molesto y se levantó para caminar junto a él.
- ¿Qué? –
- Estás siendo demasiado duro – recriminó – si mi hijo va y juega así, puede caerse y lastimarse –
- Él sabía que tenía un partido, simplemente decidió que no le importaba – se cruzó de brazos.
- No puedes hacerle esto –
- Puedo y lo haré – bufó – tienes que entender que no puede hacer lo que quiera sin esperar las consecuencias de ello –
- Pero puede pasarle algo – susurró, comenzando a morder sus uñas.
- No va a pasarle nada – palmeó su mano lejos de su boca – ha jugado en peores condiciones, solamente está haciendo un drama –
- ¿Tú crees? –
- La mejor goleada de la temporada pasada fue con su jugador estrella en estado de ebriedad –
- ¿Quién es su jugador estrella? –
- ¡Jisung! – chasqueó los dedos frente a él – concéntrate –
- Está bien – suspiró – pero si le pasa algo a mi bebé... –
- Despídeme – se encogió de hombros – sirve que descubres como lidiar con las manipulaciones de tu hijo – dijo alejándose de él para volver donde el menor.
- ¿Va a jugar? – preguntó Jeno a su cuidador.
- Sí – palmeó levemente el rostro de Jisung - ¿estás listo? –
- Sí – sacudió su cabeza.
- Recuerda lo que dijimos... -
- Debo ir sobre la contención para poder pasar a su línea de defensa – asintió – hecho –
- Bien – se levantó – ve –
El menor se levantó estirando su cuello y entró a la cancha.
Jaehyun miró impresionado como todos aplaudían y coreaban su nombre.
Quería llorar de orgullo.
El partido comenzó con normalidad.
Durante los primeros minutos del primer tiempo, pudo notarse como la energía y resistencia del menor se incrementaba.
No había nadie que pudiera rebasarlo, acercarse o, simplemente, quitarle el balón.
Era magnífico.
Jaehyun estaba tan inmerso en el partido, que casi pasa desapercibidos los murmullos emocionados de los asistentes.
Giró a ver a Jungwoo quien, a su vez, veía un par de gradas arriba.
- ¿Qué sucede? –
- Es sólo un jugador de primera división – respondió, volviendo los ojos a la cancha.
- Tu enamorado – se burló Jeno.
- ¿Qué hace aquí? – preguntó el mayor frunciendo el ceño, extrañado.
- A veces vienen para motivar a los muchachos – se encogió de hombros.
Jaehyun asintió y se volvió hacia su hijo.
No se perdió cuando Jisung miró al hombre en cuestión, sonriendo brillante y negando antes de volver al partido.
Entonces él lo miró.
No, no, no, y no.
No podían culparlo.
Había estudiado la fotografía de su hijo tanto, que podía reconocer esa cabellera de vagabundo en cualquier lugar donde lo viera.
Incluso había planeado que hacer cuando sucediera.
Iba a matarlo.
- Perdón – codeó a Jungwoo – pero ¿quién se cree? –
- No te pongas celoso – rió – los chicos se emocionarían igual contigo si estuvieras en uno de los partidos de Jeno –
- Parece malviviente –
- Eso dices de mí –
- Es diferente – volvió a mirarlo - ¿cómo se llama? –
- Yuta – respondió Jeno – Yuta Algojaponés –
- Nakamoto – completó Jungwoo, batiendo sus pestañas – es mi esposo, pero no lo sabe –
- Yuta Nakamoto – repitió con mueca de asco.
- No lo arruines – regañó su empleado – Jisung se ve emocionado. Contrólate por una vez –
Por supuesto que Jungwoo no lo había reconocido de la noticia.
Quería vomitar.
Entonces Jisung anotó gol.
Los espectadores se volvieron locos y comenzaron a animar más a su pequeño campeón, quien señalaba en su dirección.
- ¡Te dedicó su gol! – gritó Jungwoo, agitándolo de un lado a otro.
Jaehyun alzó las manos orgulloso y comenzó a aplaudir.
- ¡Vamos, Jisungie! ¡Ese es mi hijo! –
Bien, no haría un gran drama sobre esto.
Incluso si el maldito monstruo come niños le aplaudía también.
Por esta vez, lo dejaría pasar.
Bueno, pues ahora lo saben. El maldito monstruo come niños es el mismísimo Yuta Nakamoto.
Y las sorpresas aún no terminan.
ESTÁS LEYENDO
The trainer
FanfictionJung Jaehyun era el reconocido entrenador para un equipo de baloncesto de primera división. Todos lo amaban. Excepto en el único lugar en que debían amarlo. Ahora, había vuelto, y lo hacía para quedarse. El problema era que había otro hombre int...