Capítulo 22

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Jisung miraba con recelo al mayor frente a él.

La improvisada reunión había terminado hacía un rato y todos se dispersaron por ahí.

Jeno y Taeyong habían salido, y Jungwoo y su papá estaban ahora en el jardín.

En busca de algo más privado, él optó por la terraza.

Así, si comenzaba a llorar, su papá no se volvería loco.

- Deja de hacer eso –

- ¿Por qué no viniste antes? – se cruzó de brazos.

- ¿Por qué siquiera te enojaste de repente? – rió – estabas bien –

- No, no lo estaba – se levantó – no quise pelear frente a mi papá, pero no estaba bien –

- Jisung... -

- ¿Por qué no viniste antes? – repitió – pasaron casi dos semanas, Yuta –

- No podía –

- ¿Por qué no? –

- ¿Importa? ya estoy aquí –

- ¿Y? – se apoyó en la barda – ¿eso se supone que me haga sentir mejor? –

- Traté de llamarte –

- No sé si lo recuerdas, pero soy un joven bajo tutela – entornó los ojos – obviamente iban a castigarme –

- No sabía – admitió – pero traté, y es lo que cuenta –

El menor lo miró incrédulo y asintió.

- Puedes irte – murmuró caminando hacia la puerta.

- ¿Qué? –

- Mira – se giró hacia él – no voy a hacerte perder tu tiempo ¿bien? No tienes intenciones de algo serio, lo acepto, pero entonces no llegues a mi casa como si las tuvieras –

- ¿Exactamente qué es lo que piensas que hice estas dos semanas? –

- No sé, tú dímelo –

- Entrenar – se levantó también – entrenar, entrenar y entrenar. No se supone que te explique que ya comenzó la temporada –

- Por favor – bufó – no soy estúpido, conozco tus horarios de entrenamiento, no estuviste todo el tiempo en el club –

- Lo que sea que estés insinuando... -

- Olvídalo – abrió la puerta – por favor vete –

El japonés suspiró pesado y asintió.

- Si te explico todo, ¿vas a sentirte más seguro? –

- Puedes intentarlo –

El mayor se acercó lentamente a él para tomar su mano con cuidado y arrastrarlo consigo nuevamente a la banca.

- Yo no miento cuando te digo que no hice más que entrenar – miró sus ojos – si no me crees, llama al club –

- ¿Y el resto del tiempo? –

- Me encerré en mi casa a jugar video juegos – rió – Jisung, yo quise venir antes –

- ¿Pero? –

Apretó los labios.

- Soy un deportista de primera división, al igual que tu papá – acarició su rodilla – estamos constantemente bajo el ojo público –

- ¿Te avergüenza? –

- No – lo miró – pero ¿a ti? –

- ¿Qué si me avergüenza salir contigo? –

- No tienes que seguir a mi equipo para escuchar lo que se dice de mí –

- Estuve contigo en la situación que más se prestaba a un mal entendido – rió – yo fui parte de ello, y no me molestó –

- ¿Y a tu papá? – negó – no sé mucho de él, pero estoy seguro de que ver esos putos encabezados cada domingo lo va a enfurecer –

- Yo puedo explicarle... -

- No te va a creer – suspiró – a como él lo entiende, es solamente un niño enamorado defendiendo a la escoria que tiene como pareja –

El menor parpadeó confundido.

- ¿Te da miedo mi papá? –

- No, y es exactamente por lo que vine – sonrió – después de pensarlo mucho, decidí que valía la pena –

- ¿Qué cosa? –

- Todo – señaló – enfrentarme a tu papá, a tu hermano, a la prensa, abandonar los bares... todo valía la pena si podía volver a estar contigo aunque fuera un par de horas bajo la supervisión de tu niñero –

- No tienes que hacerlo –

- Tengo que hacerlo y lo haré – dijo decidido – el bar ni siquiera es divertido si no vas conmigo. Además, quiero pensar que tu papá puede entender la situación –

- Que si puede – rió – una página de internet le tomó fotos con Jeno y escribieron que era su nueva pareja –

- Que asco –

- Él entenderá, pero necesitas ganarte su confianza –

- Quiere que me corte el cabello –

- No tienes que hacerlo si no quieres – se encogió de hombros – de hecho, comenzaría por ver uno que otro partido de su equipo –

- Ya me estoy arrepintiendo – bromeó.

- No está tan mal –

- Supongo que no – suspiró – en fin, es por eso que no me aparecí, pero si vemos el lado positivo, no he estado en los tabloides en un rato –

- Me di cuenta – admitió – pensé que estabas saliendo con alguien más –

- Estaba limpiando mi nombre para tener el honor de salir contigo – aclaró – es casi lo mismo –

El menor rió divertido antes de acercarse a besarlo dulcemente.

- ¿Quieres pasar a mi cuarto? – susurró sobre sus labios.

- Van a cortar mi cabeza –

- Te gustarán tus últimos minutos, lo prometo –

El mayor asintió y se dejó guiar por su noviecito.

Sí, sí valdría la pena.   

Te estoy vigilando, basura.

The trainerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora