Capítulo 20

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- ¿Color favorito? – preguntó Jungwoo, alcanzándole una gomita.

- Azul – tomó el dulce con sus labios – y el de Jisung es el negro. ¿Película favorita? –

- Iron Man – rodó los ojos – de los dos –

- Bien – felicitó, besando sus labios – eres muy listo –

- ¿Verdad que sí? –

- ¡Déjame en paz! – se escuchó desde la estancia.

Ambos se miraron extrañados y se levantaron rápidamente.

- ¡Jisung, vuelve aquí! –

- ¿Jeno? – llamó Jungwoo - ¿qué sucedió? –

- Jisung sucede –

- Vete a la mierda – espetó el mencionado, colocándose detrás de su cuidador para colgarse de su brazo.

- ¿Por qué están peleando? –

- Pregúntale a tu hijito –

- ¡Deja de meterte en mis asuntos! –

- Empiecen a hablar, ahora – ordenó su padre con voz dura.

- Jisung se estaba besuqueando con un hombre mayor en el bar –

Jaehyun suspiró rendido, sujetando el puente de su nariz entre sus dedos.

- ¿Jisung? –

- Sólo salimos – se defendió – y luego Jeno llegó e hizo un drama –

- Te dije que no podías verlo –

- Ese no es tu problema. Ni siquiera sabes nada –

- Jeno – llamó su padre – no puedes decirle a tu hermano con quién salir y con quién no. No es ni tu derecho, ni tu obligación –

- Ah, ¿en serio? – lo miró - ¿y tú qué puedes hacer? Te vas en unas semanas –

- Oh no, hijo, yo voy a quedarme – los miró a ambos – voy a quedarme les guste, o no -

- Vaya conmovedora escena – murmuró Jungwoo, girándose hacia Jisung – vamos a tu habitación –

- Jungwoo... -

- Yo me encargaré de éste – señaló al otro hermano con la mirada – ese es tu problema –

Ambos esperaron a quedar completamente solos.

- Sabes que sólo jugará con él –

- Jisung lo sabe también – suspiró – pero no podemos evitar que lo vea –

- Pa... - gruñó – no entiendes, mi hermano... -

- Lo entiendo, Jeno. Pero no podemos pedirle que deje de vivir solamente porque no podemos protegerlo –

El menor se cruzó de brazos.

- ¿Entonces qué? ¿Que sigan exhibiéndose en todos los bares de la ciudad? –

- Por favor – rió sin diversión – conozco a los de su clase. Nunca va a llamarlo de nuevo –

Jeno asintió y rascó su nuca.

- ¿Crees...? ¿Crees que sea por lo que hice? –

- ¿Ahora vas a sentirte culpable? – negó – no. Era cuestión de tiempo para que ese futbolista de cuarta abandonara a mi bebé sin ningún motivo –

- Viste la noticia ¿no? –

- No son tan listos como creen – palmeó su hombro – de todos modos, hiciste bien, hijo –

Claro que sí.

Había hecho bien.

Entonces ¿por qué se sentía tan mal?





- Voy a fingir que no rompiste mi corazón – bromeó el mayor, haciéndole reír por lo bajo.

Desde que llegaron a la habitación, Jisung se dejó caer en su cama y se cubrió completamente con las sábanas, haciéndose un pequeño bulto viviente.

Había intentado llamar a Yuta, pero no tuvo caso. El japonés simplemente no le respondió.

- Siento mucho haber besado a tu "esposo" – susurró arrepentido.

Siento mucho haber besado a tu papá.

- Ya no importa – rió – ya llegará alguien –

- ¿Jisung? – llamó su hermano desde la puerta.

- Los dejaré solos – anunció Jungwoo, levantándose con cuidado para acercarse al otro – escúchame bien... -

- Sí – rodó los ojos - ¿por favor? –

El cuidador asintió y salió de la habitación, cerrando tras de sí.

Jeno se acercó hacia la cama y empujó ligeramente el ovillo.

- Niño –

No contestó.

- Jisung – se sentó junto a él - de verdad siento lo que sucedió –

- No es cierto – respondió con voz congestionada.

- ¿Cómo se suponía que actuara? – bufó – tú no sentiste lo que yo sentí cuando los vi. Ese idiota... -

- Sólo estaba jugando conmigo – sollozó.

El mayor sintió su sangre hervir y suspiró.

- Hermano – lo abrazó – lo siento –

- Está bien – sorbió su nariz – sólo querías protegerme –

- Es que no puedo evitarlo. No está en mis manos –

- Yo también voy a cuidarte – prometió.

Jeno rió enternecido.

- ¿Entonces? – palmeó su trasero - ¿estamos bien? –

Jisung, en respuesta, sacó su mano de la sábana únicamente para entregarle la mitad restante de una barra de chocolate.

- Tiene baba –

- Es baba de bebé –

- Bebé – rió – yo soy un bebé –

- El bebé de papi – se burló.

- Huérfano –

- Pedante –

Silencio.

- Papá va a quedarse –

- Eso escuché –

- ¿Estás emocionado? –

- No –

- Claro que sí –

- No es cierto –

- ¿Vas a llorar porque papi estará en tus partidos? –

- Madura –

- Come tierra –

Silencio.

Podían seguir así toda la noche.

Querida escritora, si Yuta le rompe el corazón a mi bebé, voy a dejar de editar tus libros.

Atte: la editora ❤️

The trainerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora