Mi madre me llamó para ir a comer. Mi padre estaba trabajando. Miré mi móvil por última vez, y naturalmente, como siempre, sin mensajes, sin notificaciones. Fui hacia la cocina y mi hermana, Jenette me miró con sus ojos, que eran tan sumamente ocuros, que parecían negros, pero en realidad eran rojos granates. Nunca se le notaban porque se ponía lentillas para que no se diese cuenta nadie del color de sus ojos.
Pero, ¿por qué me miró? Su mirada estaba clavada en mis ojos, en general, en mi cara. No me perdía de vista. ¿Me estaba leyendo la mente? ¡Ahora me acuerdo de que es una Sangre Azul madura y de que puede leer la mente de las personas y desintegrar cosas! No le di importancia, solo me hice la loca y no ocurrió nada. Las conversaciones siempre eran las misma, y aún más aburridas cuando no había escuela. En cambio, el verano era divertido
- ¿Qué tal? - dijo mi madre
- Bien - contesté yo
- Pues eso, como siempre - siguió diciendo Jenette
Las conversaciones eran siempre así, normales y prácticamente en silencio. Cuando terminé, me fui a mi habitación y me tumbé un rato. Pensé en que iba a pasar esta tarde. No me iba a romper la cabeza pensando en cosas que iban a ser posiblemente maravillosas y por pensar en las cosas buenas y en las malas, no me iba a sorprender de aquellos momentos. Preferí dejar que el tiempo baile a su son y dejarme llevar en él. Cada segundo que pasaba era como una especie de golpes que me iba destruyendo lenta pero inexorablemente. No era una chica paciente, por lo que no podía esperar a que el tiempo terminase de recorrer su curso. Cuando dejé de pensar en eso, reparé en que eran las cinco menos cuarto y en que me tenía que arreglar. Y mi casa no es que se encuentre exactamente cerca del parque. Conseguí arreglarme y mientras me vestía, le envié un mensaje a Jack para decirle que me iba a retrasar. Salí de mi casa a las cinco en punto. De mi casa hasta el parque se tardaba 15 minutos andando si ibas deprisa. Y si yo iba deprisa, mi piel se volvería blanca y mi sangre, azul. Y no tenía ganas de ir transformada.
Eran las cinco y veinte y le vi, sentado en el banco. Me acerqué y me senté a su lado. Cuando levantó la cabeza me miró descaradamente como un cretino y al mismo tiempo como si me amase. Ese gesto acabó muy pronto, cuando solté estúpidamente:
- Bueno, y ¿de qué quieres hablar?
- De lo que te dije el otro día, eso de que te quiero y de más
- No sé qué decir. Me quedé sorprendida, cuando me lo dijiste
- Allyson, ¿tú sientes lo mismo por mí?
Me sonrojé. No sabía que responder. Yo era una Sangre Azul, y él, era una persona normal, sin este tipo de rasgos. Sí, sentía lo mismo por él; mi corazón me impulsaba a besarlo; mi cabeza me ordenaba a correr.
- Sí - dije al final. Decidí dejarme llevar por mi corazón. - Te quiero.
Cada vez mi rostro se acercaba más y más al suyo, y finalmente, nuestros labios se juntaron. Ese beso fue mágico, se intensificaba con el paso de los segundos. Cuando paramos, nuestras caras seguían unidas, nuestros ojos se encontraron en un punto realmente precioso, el cual, nos hizo seguir besándonos como si del fin del mundo se tratase.
Para el mío sí. A ambos nos iba a destrozar, moral y sentimentalmente. Nos dejaría sin alma. Cuando el beso acabó, me vi obligada a correr, pero me quedé allí.
- Allyson, te quiero. Quiero salir contigo - dijo Jack
- Yo también te quiero. Pero, no quiero salir contigo.
- Me besas, me dices que me quieres, ¿y dices que no quieres salir conmigo?
- Es así. Lo siento. - dije, con mis ojos empapados, y, eché a correr.
Quizá haya perdido a mi primer amor, que fue mi primer beso. Quizá haya hecho mal; quizá haya hecho bien. Pero de lo que si estoy segura, es que me siento mejor que nunca.
Nunca en mi vida me he sentido mejor. Le he besado. He besado a la persona que me gusta y estoy bien. Aun así, es posible que haya herido sus sentimientos al decirle que no quiero salir con él. Lo único que puedo sacar bueno de esto, es que he tenido mi primer beso, y posiblemente, el más bonito y verdadero de todos.
ESTÁS LEYENDO
Sangre Azul
FantasyEs una historia de fantasía que se centra en Allyson, una niña de 12 años que sabe todo lo que está pasando, pero, conforme se va desarrollando, se va enterando de cosas que ella nunca supo