Eran las 5 de la mañana y mi hermana seguía muerta, a pesar de que estuve mas de dos horas intentando reanimarla. Aun asi no me iba a rendir.
Por mucho que quería, no lo iba a conseguir, pero en cuanto llegasen mis padres de las vacaciones me echarían una buena bronca. No solo por eso, sino porque la vida de mi hermana estaba en juego.
No podía continuar, pero debía. Decidí entrar en el desván, el lugar más oscuro de la casa, en el cual no he estado nunca debido a que mi padre no nos dejaba de entrar, ni a mí ni a mi hermana. Nunca nos dijo el por qué.
Cuando entré, mis ojos empezaron a iluminar como linternas el desván, lo que solo a mí me permitió ver perfectamente. En ese momento, me di cuenta de que solo era una habitación cubierta parcialmente por madera, de la que colgaban enormes telarañas. Solo había viejos muebles, pero lo que más me llamó la atención fue una estantería que era vieja, pero apestaba a barniz, como si la hubiesen pintado recientemente.
En ella, divisé unos cuantos libros, que sin pensármelo dos veces, los cogí de inmediato y salí del desván. Notaba que algo iba mal, pero lo primero era salvar a Jenette.
Ninguno de esos libros me servían, excepto uno: un libro azul verdoso sin título con unas viejas hojas que se pegaban entre sí. Al parecer, una de ellas estaba marcada con el número de la página 456, mientras que la "siguiente" evidentemente estaba marcada con el número 457. Lo que me sorprendió fue, que al pasar a la página 457, esta se despegó de las 456, dando lugar a dos caras de las dos páginas.
Ambas páginas no estaban marcadas por un cierto número, pero eso no era lo que importaba. Esas páginas eran unas páginas ocultas, que como una vez mi padre me contó de pequeña, en determinados libros antiguos, de leyendas y demás, había páginas ocultas, las cuales contenían textos interminables, es decir, que podrías estar toda una vida leyendo una página oculta.
Sin importarme eso, yo empecé a leer, y cuando terminé, ya sabía lo que tenía que hacer.
Seguí las instrucciones que venían, memorizándolas una a una hasta que conseguí lo que quería: una cápsula inmaterial que mantenía en equilibrio los requisitos vitales de mi hermana, lo cual, en un momento determinado, la haría despertar.
Empecé a realizarlo, y poco a poco una capa azul celeste que permitía ver a Jenette con una especie de imágenes borrosas en lugares aleatorios en la cápsula inmaterial. Llegó el amanecer, y ya era hora de dejar los libros que tanto me habían ayudado en el desván. Pero cuando subí no vi la estantería y los libros que tenía aferrados a mí desaparecieron.
Entonces pensé que la cápsula inmaterial había desaparecido, pero lo único que cambió fue el color. Ahora era un verde hierba que mostraba las mismas imágenes de antes pero menos borrosas.
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Sangre Azul
FantasyEs una historia de fantasía que se centra en Allyson, una niña de 12 años que sabe todo lo que está pasando, pero, conforme se va desarrollando, se va enterando de cosas que ella nunca supo