Oí un ruido que provenía de mi móvil. Miré mi reloj y eran las tres de la mañana. ¿Quién en su sano juicio me mandaría un mensaje en plena noche? Esa madrugada no podía dormir, así que, cogí mi teléfono y miré el mensaje. Era de William
- ¿Contestas?
Vi que seguía en línea y rápidamente me desconecté. William era un chico al que no conocía, y, no me sonaba de nada. Igual es nuevo aquí. Dejé mi móvil en la mesilla de noche, me arropé con las sábanas de nuevo y me dormí.
Pasó la noche y la aurora atravesaba las ventanas, iluminando gran parte de mi habitación. Desperté y tenía más y más mensajes. La mayoría venían del grupo de las chicas y por otra parte, de William y de Jack. Vi los de ellos primero; en el de Jack ponía que por qué había salido corriendo; en el de William decía de nuevo que le contestase y que donde quedábamos para que me la diese.
En ambos mensajes decían prácticamente lo mismo que lo del otr0 día. Me quedé tumbada sin saber qué hacer. Me sentía mal, por el hecho de que no contestaba a ninguno de los dos. Los ignoré y me uní a la conversación del grupo de las chicas:
- ¿Quedamos hoy? - dijo Jane - Han abierto la piscina y con ello, van a poner castillos flotantes en el agua. Va a estar genial. ¿Qué decís?
- Es lo mismo que todos los años seguro: estará lleno de gente y no cabrá apenas pieza de hilo - respondió Hannah.
- No lo sé, debería preguntárselo a mi madre - contestó Kate
- Yo también.
- ¡Yo ya le he preguntado! - dijo Danielle - ¡Qué no me quiero quedar aquí encerrada, hombre!
- Ni yo - seguí diciendo - Voy a preguntarle a mi madre. Hasta luego.
- ¡Adiós! - una gran masa de mensajes se apoderó del grupo, es decir, que contestaron todas al unísono.
Fui a decírselo a mi madre. Me dijo que tuviese cuidado si me caía, pero le dije que no importaba porque todavía no era una Sangre Azul madura.
- ¿Y si te enfadas por lo que sea, y luego poco rato después te haces una herida?
- Procuraré no enfadarme y no caerme.
- Vale, bueno, no pasa nada. ¿A qué hora has quedado?
- No lo sé. Ahora te lo digo.
Desbloqueé mi móvil y abrí las notificaciones. Parecían una tonelada, por lo menos, de mensajes. Quedamos a las cuatro menos veinte delante de una tienda.
- Vale, allí estaré. - contesté.
Le dije a mi madre la hora a la que habíamos quedado.
- La verdad, no es mal hora. Es más, quiero que te diviertas porque es el último año en el que has estado en la escuela y el primero en el que entras al instituto. - dijo mi madre
- Vale. Voy a prepararme, que si no, luego después de comer no me da tiempo.
Preparé la bolsa. Eché la merienda, una toalla grande, otra de baño, agua oxigenada y vendas, mis gafas de buceo y ropa limpia. Me puse el bikini y ropa fresca de verano.
Me senté a la mesa, y comía mientras veía el telediario. Salí de mi casa a las tres y veinte. Me daba tiempo de sobra.
Me fui acercando a la tienda. Eran las cuatro menos veinticinco. Llegué la primera de todas. Vi, a lo lejos, una silueta, que se acercaba a la tienda. Parecían ser Kate y Danielle. Más tarde, observamos a Jane, Helena y Hannah que venían a paso lento.
- Hola - saludé yo.
- ¡Hola, Ally! - me saludó Jane.
Nos dirigimos hacia la piscina. Todo estaba vacío, y no había castillos hinchables. Pagué mi entrada y pasé. Cogí la sombrilla más grande de la piscina, porque hacía mucho calor. Me tumbé, y casi me dormí. Pero, pasó más gente y una de las personas a la que no quería ver, pasaba por la puerta: Jack. Seguido de él, iban pasando los demás, y entre ellos, vi a William. Fui a esconderme al baño rápidamente cuando alguien me agarró del brazo y dijo ...
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Sangre Azul
FantasyEs una historia de fantasía que se centra en Allyson, una niña de 12 años que sabe todo lo que está pasando, pero, conforme se va desarrollando, se va enterando de cosas que ella nunca supo