Capítulo 2: A solas y sin palabras

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- Yo ... - continuó diciendo. Noté en él un gesto de vergüenza, tal vez fuese el rubor de sus mejillas - Yo, ... - siguió repitiendo

- ¿El qué? - ya empecé a enfurecerme, por el hecho de que yo era muy impaciente.

- Yo, te quiero, Allyson - dijo al final, al notar el tono de mi voz bastante alto.

No sabía que decir, la verdad es que no me lo esperaba. Aún quedaba un largo camino hasta mi casa, en el cual, nadie, ninguno de los dos pronunció palabra. Yo desde luego, me quedé bastante callada, y él mismo, al ver mi reacción, solo iba mirando hacia el suelo, con sus ojos ya humedecidos al separarnos en la esquina. Humedecidos simplemente porque no le dije nada, y pensó tal vez que no sentía lo mismo por él. Bien, eso no era cierto. Al volver a mi casa, me pasé dentro a ducharme, necesitaba relajarme. Nadie me dijo nada, era todo de lo más normal. Me limité a leer mi libro que me habían regalado por mi cumpleaños, que todavía no he empezado a leerlo por la escuela y de más.

Llegó la noche. Era la una y media de la madrugada y mi teléfono sonó dos veces. La primera vez era un E-mail de publicidad de Movistar. La segunda vez, era un mensaje largo de Jack, y pensé que era una cadena de las que suelen mandar. Pero, en realidad, era un mensaje "especial" según ponía. Me detuve a leerlo y ponía:

<<Esto es un mensaje especial. Lo que te he dicho esta tarde en el camino a tu casa no es verdad, solo era cual era tu reacción y ya la he visto. Cuando un chico te dice que te quiere, y tu sientes exactamente lo mismo, no dices nada y esperas a que la otra persona conteste. Pero eso no ha funcionado conmig0. Es evidente que habrás notado mis ojos mojados, pero no lloraba por eso; era por el orgullo que tenemos los dos, es decir, nosotros. Si te hubiese pedido salir, esto no hubiese funcionado. Bueno, tal vez sí, pero no permanecería mucho tiempo, así que es mejor que no nos hagamos ilusiones por nada porque de todos modos esto acabaría mal. Un saludo, Jack>>

Ese mensaje era justo lo que no me esperaba, es decir, creía que no pondría nada de eso, sino que, diría algo como te echo de menos, intentemos solucionarlo o algo así, pero no ese mensaje en el cual empleé un tiempo valioso pero que no mereció la pena a pesar de haberme hecho ilusiones. A pesar de haberme hecho ilusiones desde el principio. Aun así, no me pienso quedar en casa, llorando o estando deprimida, solo por un amor que no iba a funcionar, tal y como Jack ha dicho en el mensaje. Es el verano en el que, tras él, se encuentra el instituto y no quiero pasarlo tumbada bajo una sábana.

Solo disfrutar y olvidar todo esto. Y al parecer, es la única manera que permite que todos estemos medianamente bien. Que ambos estemos bien. Que Jack y yo estemos medianamente bien y poder pasar este mal trago. El mal trago que hundió nuestras vidas. El mal trago que nos dejó a los dos sin palabras.

Absolutamente, sin palabras.

Tras mi graduación, el cumpleaños de Danielle y el mensaje de Jack, estaba completamente destrozada y cansada. Necesitaba dormir y estar a solas. La escuela había acabado, y tampoco dije que iba a estar hiperactiva, pero tampoco dije que iba a estar tumbada bajo una sábana. No obstante, aquí estoy, sin querer salir, sin querer despertar, porque solo en mis sueños soy feliz. Pero, ya llegó la hora de despertar, improvisar y disfrutar a pesar de todo lo malo, lo cual cualquier persona optimista puede evitar.

Me levanto, veo a mi hermana con el móvil, tumbada sobre la cama. Suena el mío, lo abro y veo un mensaje de Jack. No me voy a molestar en leerlo. No merece emplear mi tiempo en él. Sin embargo, abro el Whatsapp, veo el mensaje de Jack y no lo miro; me dirijo directamente al grupo, para decirle a las chicas que si podemos quedar hoy

La conversación no duró mucho, pues nadie contestó a pesar de que la mayoría de ellos habían visto el mensaje. No me importaba. Además, debo mantenerme a raya, por eso de lo de los Sangres Azules. Como no tenía nada que hacer, me limité a leer el mensaje de Jack, que al parecer me mandó otro diciéndome : <<Contesta>>. Eso no tardé en verlo, pero empecé a leer el otro. Esta vez no era tan largo. Decía así:

<<Hola Allyson. Necesito hablar. ¿Puedes quedar hoy a las 5 en la plaza? Pero, ve solo tú, quiero estar a solas y hablar sobre lo que pasó el otro día.>>

No sabía que contestar. Le pregunté a mi madre y me dio permiso. Así que, le contesté:

<<Vale. Allí te veré, a las 5.>>. Mi teléfono empezó a sonar, cada vez más y más. Pude suponer que me habían contestado, justo en el momento inoportuno.

- Bueno, no sé si puedo hoy, se lo preguntaré a mi madre - dijo Hannah

- Yo creo que sí. ¿A qué hora? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Qué hay que llevar? - dijo Helena, tan dudosa como siempre

- A las 5, yo creo que es la mejor hora - dijo Jane

- Hoy - prosiguió Danielle-. En la tienda de chuches y, con que vayas informal, basta.

La tienda de chuches se encontraba justamente delante de la plaza, y sospecharían si me viesen con él. No me preocupaba, y les dije que no podía quedar:

- Chicas, no puedo quedar hoy. Tengo que acompañar a mi madre a comprar porque necesitamos muchas cosas y debo ayudarla.

- Vale, no pasa nada. Quedamos nosotras y ya está - dijo Jane, siempre con respuesta a todo. Era demasiado lista.

Traté de convencer a Jack de quedar más temprano o más tarde. Pero al final yo quedé con él a las cinco, pero en el parque, que era como las antípodas de la plaza.

Me iba a quedar a solas con el chico que me gustaba y que me quería. Pero, debido a mi poder, esta relación, si se merece llamar "relación", nos iba a dejar en pedazos a los dos. Tal vez salga mal, tal vez salga bien; nadie predice el futuro, pero si yo pudiese, no me molestaría.

Sangre AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora