Tres

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Tras la puerta de cristal, en la pulcra estancia, espero de pie a que su amigo apareciera.

Con su cabello bien peinado y la perfecta bata de color blanco, llegó, resaltando un poco entre todos los demás.

—Lamento la demora, Yoon. Llegó un paciente de urgencias. ¿Cómo rayos pueden terminar con un lápiz encajado en la cabeza? A veces creo que trabajo con un montón de locos.

—Un gusto verte de nuevo, Jin. Veo que estas algo ocupado, así que no te quitare mucho tiempo.

—El viaje ha de haber sido largo, ¿por qué no te quedas por esta tarde? Sabes que a ella le gusta tu compañía.

YoonGi sonrió con melancolía.

—Lo sé, pero por su seguridad y la tuya, debo volver.

El mayor hizo una pequeña mueca de disgusto. Conocía la situación de su amigo, Arriesgaba tanto por los demás, su vida era cansada y solitaria. Se alejaba por su cuenta para mantenerlos a salvo, aún si eso lo aislaba aún más y lo ponía a él mismo en peligro. .

—Me gustaría ayudarte más. —se lamentó un poco. —Por los viejos tiempos. —recordó con una sonrisa melancólica. —Aunque mi posición aquí no me es muy favorable.

—Haces lo que puedes, y lo agradezco. Si puedes conseguirme, aunque sea un par de días más, te estaré muy agradecido. Nunca ha sido mi intención aprovecharme de ti, eres mi amigo. —Palmeó su espalda cariñosamente.

—Aún así, a veces me gustaría poder hacer más por ti.

Unos cuantos minutos de plática y ambos tuvieron que volver a lo suyo.

Por su parte, debía volver a Seúl. Comenzaba a prepararse mentalmente para el largo viaje-

Salió del hospital, pasando por los verdes y cuidados pastos bañados por un leve rocío, cubriendo su rostro con la capucha de su suéter. Ese pago era el último que debía hacer, al menos por los próximos dos meses.

De la recompensa recibida, apenas le había quedado lo suficiente como para pagar la renta de su pequeño departamento y subsistir su día a día.

No amaba el negocio de "asesino a sueldo", pero bajo sus circunstancias era la opción más viable si quería sobrevivir.

Caminó por las oscuras y húmedas escaleras de su edificio, pasando por el solitario pasillo en el que vivía, deteniéndose frente a su puerta.

Estaba abierta.

Palpó con rapidez su ropa buscando un arma, una navaja pequeña fue lo que encontró en uno de los bolsillos de su suéter.

Era una mala idea, tenía un mal presentimiento, su lobo le advertía salir de ese lugar cuanto antes, pero tenía que entrar.

Empujó ligeramente la puerta escuchando el rechinido de las bisagras viejas.

Sin encender ni una luz, avanzó con sigilo entre la oscuridad, apuntando con la navaja frente a él. Si algo lo sorprendía no iba a dudar en atacar.

Todo parecía en perfecto orden, no entendía de qué se trataba.

La puerta se cerró a sus espaldas, alertándolo.

Completamente a ciegas, sintió un repentino golpe en su mano, haciéndolo soltar la navaja.

Alzó los puños preparado para luchar.

Otro golpe fue enviado a su dirección. Lo notó antes del impacto y lo detuvo, atrapando el brazo del desconocido tras de su espalda, dejándolo inmovilizado.

Louder Than Bombs ʸᵐ ᵈᵏᴵDonde viven las historias. Descúbrelo ahora