8- Muerte anhelada.

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La alegría y el dolor pronto pasarán, pronto todo terminará...junto con un viejo y despedazado ataúd.

“Hirari Lyell” Eso dirá la placa hecha en plata.

 

*Narra Hirari*

-¿Qué? ¿Por qué me respondes así?- preguntó.

-Deja de mentir Sally, sé que eres tú- dije mientras me levantaba, Sebastian me imitó mientras me miraba como si estuviera loca.

-Hirari, ven aquí un momento- me ordenó Sebastian, a su vez tomaba mi brazo y lo jalaba, guiándome lejos de Jamie y Lizzy.

-Ellas son tus amigas, no siento la presencia de Shadows- susurró nervioso.

-Fíjate en su aura, no es la de un humano, es la de una Shadow- murmure.

-Estas equivocada, es la de un humano- dijo más fuerte  esta vez, era como un regaño...y yo odiaba que me regañaran.

-¡Deja de ponerte en mi contra!- exclamé ofendida. No sabía porque había reaccionado así. Luego de mirarlo fijamente a los ojos noté que estaban perdidos, no me estaba mirando a mí.

 -¿Joker?- pregunté asustada.

-Vaya Vaya, tendré que ponerme un mejor disfraz- dijo con burla, su forma de Shadow no tardó en aparecer, retrocedí pero choque contra la baranda, un paso más y caería cinco pisos.

-¿Qué quieres? ¡¿Por qué hiciste esto Joker?! ¡Ya déjame en paz!- di un paso a la derecha y la Joker me imitó.

-¿Vas a huir toda la vida de mi? Sabes que aunque quieras no podrás escapar, y tu única salida en la muerte... ¡Y eso que no morirías con gracia!-

-No pienso huir más, voy a dejar que la muerte me atrape, después de todo hicimos una promesa-

-¿Promesa? ¿Quiénes? ¿Tú y la muerte? ¡JA! No me hagas reír Hirari-

-No...Sebastian me prometió que nunca me dejaría sola- confirme con seguridad, no sabía porque estaba diciendo aquello pero en esos momentos el ataque de ansiedad suicida estaba comenzando a dominar mi cuerpo, tenía dos opciones; o me cortaba o buscaba a una persona en la cual confiará. Scarlet y Caroline estaban en el patio, Lizzy y Jamie estaban en el salón de clases y Sebastian estaba en yo-no-se-donde.

-¿Y tú le creíste? ¡Pero si que eres tonta!-

-Eso no es cosa nueva- susurré.

-Si...eso es tema de hace tiempo, desde que cumpliste los siete años ¿no? Aunque desde antes tenías instintos de muerte, es sorprendente- añadió con una falsa sorpresa, hice una mueca y luego sonreí sin gracia.

-No necesitas recordarme que tú me has jodido la vida desde que tengo memoria-

-Vale, dejemos las ofensas por un rato ¿Qué tal si vamos al país de las Shadows? A mi país... y de paso te puedo ayudar para que te cortes y...-

-Cállate, tú “hospitalidad” me da náuseas- susurre amenazadora.

-Nunca aprendes...Pero bueno ¿y dónde está tu caballero de armadura de oro?- preguntó acercándose a mí, corrí a mi lado izquierdo y la observe con cautela.

-No lo sé... ¿me habrá mentido?-

Aquí venían las voces...las Shadows, el filo de la cuchilla...la sangre... ¡Qué ganas tenía de que las líneas carmín quedarán en mi piel!

-¿Sabes? A tu lado hay una puntilla, solo tómala y ya el resto sabes cómo hacerlo, después de todo, eras muy pequeña cuando aprendiste aquella solución-

★Illuminated ShadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora