★Illuminated Shadows

Final- Después del pasado...

En un instante, la Reina se sorprendió, para luego sonreír mientras su mirada se oscurecía, las cadenas de su espalda sacudieron la sangre fresca mientras se preparaban para atacar.

-¿Qué te puedo decir Hikari? Estás en lo correcto, yo soy Hirari- confirmo con voz fría.- Sin embargo, no soy la dulce Hirari, no soy la idiota a la cual todos molestaban, no soy aquella chica estúpida que se preocupada por sus seres queridos... Esa Hirari es la que está muerta, yo soy su otra personalidad... Bueno, su verdadera naturaleza- la Reina concluyó con una pequeña sonrisa, sin gracia.

Hikari empuño su espada, dispuesta a atacar, la Reina presentía aquel espíritu de batalla y se armó con su arma; una espada de ónix.

La primera en atacar fue Hikari, corrió tan rápido que Caroline no pudo distinguir su silueta, la Reina la esquivó mientras las cadenas trataban de atrapar a la veloz contrincante, pero todo fue en vano, la espada de plata hizo un corte profundo en el brazo izquierdo de la Reina mientras Hikari decía <<El dolor de ser despreciada, de ser excluida>>  La Reina se percató de que ella era su debilidad, ella era la única que la podía derrotar, sin embargo, una cadena atravesó la pierna derecha de la pequeña, esta simplemente sonrió y con una fuerza sobrehumana tomó la cadena y la haló tan fuerte que el arma salió desgarrada de la espalda de la Reina, esta chilló mientras sentía como le arrancaban una parte de ella, luego, Hikari enterró la cadena en el final de su espalda, y con solo hacer eso, ya la cadena hacía parte de su cuerpo, su columna había acogido aquella arma que minutos antes, era de la Reina. La enemiga de Hikari tenía un gran agujero en su espalda, el cual no sanaba, de ahí salía sangre sin control y se podía notar como la Reina sufría.

-¿Te rindes Hirari? No he terminado contigo- provocó Hikari mientras sonreía sádicamente.

-Esto apenas empieza- susurro la Reina. En poco tiempo, ya volvían a correr, esta vez, la Reina clavo su espada en el cuello de la joven, ella cayó al suelo mientras las cadenas se enterraban en su cuerpo, Hikari gritó cuando una cadena se clavó en su "ojo izquierdo" es decir, donde yacía la rosa.

La cadena que Hikari tenía le sirvió para defenderse unos pocos segundos, antes de que la Reina la tomara de su cabello y la levantara, el cuello de Hikari no iba a soportar tanta presión, ya se estaba desgarrando.

-Hikari... ¿De verdad creíste que me ganarías?- dijo la Reina levantándola más.

-Hi-Hirari...tengo algo q-que decirte...-balbuceó la joven.

En un instante, todo el paisaje se cubrió de oscuridad y Hikari, la Reina y las cuatro guardianas fueron trasladadas a un lugar sombrío y horroroso; El verdadero pasado de Hirari.

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Cuando Hirari apenas estaba en el vientre de su madre, fue el ser más odiado por todos los que la conocían, ni siquiera había nacido y ya era despreciada.

Por culpa de ella, su madre tuvo que pasar muchas necesidades y su vida personal fue un auténtico desastre.

Cuando nació, nada mejoró. Sus padres se habían separado cuando solo tenía cuatro meses, su única familia era su madre, aquella mujer que lo había sacrificado todo por ella.

La pequeña Hirari pasaba sus primeros años sola, únicamente rodeada por una empleada en la mañana y en la tarde, en la noche, su cansada madre llegaba de trabajar todo el día, para tener que atender a su hija de pocos años.

Cuando Hirari entró a pre-jardín, era una chica alegre y algo tonta, se reía por todo aunque tenía pocos amigos.

En aquel jardín conoció a una pequeña llamada Caroline, ella y Hirari se volvieron muy amigas, jugaban casi todo el día y eran inseparables.