10- Suspiro y Grito.

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-¡Caroline! ¡Scarlet me está molestando!- chillé mientras me sobaba las mejillas, Scarlet tenía una “obsesión” y mientras los apretujaba decía “Que lindo~” Sinceramente era peor que una abuela.

-No me jodas Hirari- respondió fríamente mi amiga, Scarlet y yo nos miramos, fuimos hasta donde estaba Caroline y nos sentamos al lado de ella.

-¿Qué pasó? ¿Por qué ese genio?- pregunté preocupada. Ella casi nunca se ponía así, y cuando lo estaba...Era porque estaba muy...MUY enojada.

-¡Te dije que no me jodieras!- Exclamó mientras se levantaba, llevó un cuaderno y un lápiz no tan nuevo, salió del aula con pasos firmes.

-Hirari...tengo que hacer el dibujo de artes... ¿Puedes preguntarle a Caroline que le sucede?- Scarlet estaba claramente preocupada; Por la tarea y por mi amiga.

-¿Es un trabajo o los nueve que llevamos desde hace tres meses?- pregunté sabiendo la respuesta; Mi amiga NUNCA hacía los trabajos de artes, le daba flojera, y para ser sincera a mi también. Ella sonrió y se levantó, yo hice lo mismo y salí del aula. Ahora me enfrentaba a un gran reto; Buscar a Caroline entre el instituto infinito, con miles de lugares que ni yo conocía, con millones de mitos...Mierda.

Aunque había tres lugares los cuales eran las primeras opciones para mí. El primero estaba al lado de las escaleras de emergencia, en donde misteriosamente existía un pequeño lugar en donde a veces nos reuníamos para hablar pendejadas.

El segundo era debajo de las escaleras de emergencia, un triángulo donde cuatro personas podían estar cómodamente...Excepto yo, porque me golpeaba la cabeza contra la pared.

El último era conocido como “el hueco” porque estaba al final de un pasillo, no tenía casi luz y era lúgubre, a mi me encantaba.

Decidí ir en orden, en el primero no estaba, en el segundo tampoco y en “el hueco” si estaba, caminé hasta una esquina, en donde la encontré con los audífonos puestos, tenía un trozo de papel entre sus manos y el cabello le caía sobre el rostro, respiraba con dificultad y aunque no estaba llorando, yo pensaba que lo estaba.

Me senté al lado de ella y me quedé en silencio, no quería decir nada. No me apetecía decirle cosas como “¿Estás bien?”, yo sabía perfectamente que no lo estaba. “¿Pasó algo?, le sucedía algo y grave. “¿Quieres hablar?”, Era claro que no quería. Solo me quedaba esperar a que ella dijera algo.

-¿Qué no te dije que no me jodieras?- preguntó luego de diez largos minutos.

-Sabes que adoro ir en contra de las normas- respondí con una sonrisa. Ella me observó debajo de esos enredados cabellos.

-¿Ya tocaron el timbre?- volvió a preguntar.

-No lo sé, creo que no- ella volteó el rostro, yo la observé tristemente mientras tomaba parte de su cabello, saqué un cepillo de su bolsillo y lo comencé a desenredar, aunque eso claramente era un desafío. Ella seguía sin decir nada, ni siquiera me miraba, yo solo trataba de que quedara algo “presentable”

Después de quince minutos había podido desenredar las puntas, seguía la mitad y luego la parte superior. Carajo.

Veinte minutos, media hora y Caroline seguía callada, al cabo de cuarenta minutos pude dejar su cabello sin nudos, le coloque un gancho y guarde el cepillo en su bolsillo.

-¿Por qué haces esto, Hirari?- preguntó sin mirarme, me sorprendí con su pregunta, apoyé mi cabeza en la pared y deje soltar un suspiro.

-¿Por qué la pregunta?-

-Solo responde, retrasada- Sonreí, ya estaba como siempre.

-No lo sé- dije sinceramente, la verdad era porque quería que alguien en mi vida hiciera lo mismo por mí pero esa respuesta solo iba a tener como resultado un golpe y regaño de parte de mi amiga.

★Illuminated ShadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora