★Illuminated Shadows

5- Ajedrez de palabras.

*Narra Hirari*

Estaba desesperada. Esa era la palabra correcta para aquella situación, mientras corría con todas mis fuerzas, Sebastian trataba de hacer lo mismo pero yo ya me estaba agotando y eso se veía claramente en mis prendas, las cuales estaban cubiertas de sudor, me quite la chaqueta y la amarre a mi cintura, él hizo lo mismo mientras las personas se hacían cada vez más escazas. Ya casi llegábamos.

La dirección que nos dieron fue algo confusa pero yo la conocía, no sabía el por qué pero me era familiar.

-Sebastian, es mucho, no puedo correr más- dije mientras caía arrodillada, era demasiado. Mi corazón amenazaba con estallar, mis pulmones pedían oxigeno y mi cabeza estaba siendo brutalmente taladrada por un fuerte dolor, el cual me hacía marear.

-Hirari...ya casi llegamos, ¿quieres que te lleve cargada?- preguntó sentándose al lado mío, sus cabellos estaban empapados de sudor al igual que su cuello, su cara estaba algo roja y su respiración estaba exageradamente agitada. Yo tragué saliva y lo miré.

-No, soy muy pesada, no lo soportarás- dije sintiendo como Sally se acercaba.

-Deja de decir eso, ¿me estás diciendo que no puedo con alguien como tú? ¿Pesada? ¿Dónde?- El chico se levantó mientras con su mano izquierda tomaba mi espalda y con la derecha mis piernas, estaba muy cansada para protestar, así que solo salieron un par de palabras, de miles que quería decir.

-N-No...Sebas...tian...soy...-

Sally- Pobre Sebastian, sinceramente eres un asco Hirari, pesas 55 kilos y lo obligas a que te cargue...por la Joker...va a quedar sin brazos, todo tu peso, el de tus pecados se verá reflejado en...-

-Cállate Sally, ella no es para pesada, ¿Pecados? Como si tú fueras el Ángel Negro. Ella es mucho más que tú, ella vale más que todos los malditos Shadows- dijo Sebastian con seguridad. Sally frunció el ceño y desapareció dando saltos, alardeando que la Joker la llamaba.

-Sebastian...Por favor, bájame, ya estoy mejor- dije observando cómo su cansancio se hacía cada vez mayor.

-Sebas...-me interrumpió enojado.

-¡Ya cállate Hirari! ¡Por eso es que las Shadows te molestan! ¡Deja de menospreciarte! ¡¿Qué no te das cuenta?! ¡Eres maravillosa! Vas a cambiar tu vida por varias, eso no lo hace cualquier persona...persona- dijo remarcando la palabra, la dijo en el aire, como si le causara algún pensamiento.

Luego de unos minutos llegamos a la gran casa, esta estaba ubicada en una calle sin salida, los árboles sin hojas crujían al compás del viento frío y fuerte, hojas secas y viejas adornaban tenebrosamente la casa de madera, con tejas gastadas y cubiertas de una fina capa de polvo, las ventanas empañadas y sucias, la puerta contenía las siglas "H.L y S.I" escritas en hierro, las cuales no mostraban daño alguno.

-Sebastian...ya me puedes bajar- susurré incomoda.

-V-Vale, lo siento- dijo soltándome con delicadeza, observé la casa y fragmentos de recuerdo llegaban a mi mente pero no podía reconstruirlos.

-¿No se te hace conocida esta casa?- preguntó acercándose a la puerta.

-Me es muy conocida...pero no sé de dónde-

-Lo mismo digo-

En pocos segundos, la puerta se abrió, un hombre vestido de negro nos empujo adentro de la casa.

Cuando la puerta se cerró, pude finalmente detallar el interior, se veía con gruesas capas de polvo, muebles cubiertos de sábanas negras y al fondo había un pasillo, sentí en ese momento un miedo indescriptible, tenía ganas de salir corriendo y llorar hasta caer muerta, los pensamientos suicidas retumbaban en mi cabeza, las Shadows no demoraban en aparecer y la Joker estaba cada vez más cerca, mi vista se fue nublando...me ahogaba en el mar de polvo que me rodeaba, todo se volvía negro...como mi destino.