Ya estábamos en Londres. Estuvimos por la mañana recorriendo los sitios, que aunque ya habíamos estado, nos encantaban. No íbamos a salir con mucho tiempo de antelación, ya que de nuevo las entradas eran en primera fila. Nos habíamos acabado de vestir y estábamos a punto de salir cuando llamaron a la puerta de la habitación que habíamos alquilado. Pensamos que sería el casero o algo así asique me decidí por abrir inmediatamente. Ojalá hubiera sido el casero. Era Alejandro.
- ¿QUÉ HACES AQUÍ?- Entró directamente gritando y empujándome para pasar.
- No no no, ¿QUÉ HACES TÚ AQUÍ?- Grité yo todavía más enfadada mirándole y viendo la cara de sorpresa de Paula que estaba a mi lado.
- ¡Te vas a Londres sin avisarme y me tengo que enterar porque no estabas en tu casa cuando he ido! ¡Ni un mensaje!- Gritaba por todo el salón de la habitación.
- ¿Ahora ya sabes lo que se siente no?- Le pregunté muy enfadada.- Ya te estas yendo, tenemos cosas que hacer.
- ¿Qué tienes que hacer más importante que disculparte con tu novio?- Dijo encarándome.
- ¿Disculparse ella?- Paula le preguntó.
- Tú te callas, que no se que haces metiendo a Carla en esto ¿Qué querías, alejarla de mí?- Se empezó a acercar muy violento a ella asique decidí meterme en medio.
- Alejandro haz el favor de irte ahora mismo.- Dije en un tono tranquilizador para que me hiciera caso.
-Discúlpate.
-No tengo porqué.
-Hazlo.
-Ni se te ocurra- intervino Paula, pero no volvió a hablar debido a la mirada que le soltó Alejandro.
-Alejandro vete ya.
- No me voy a ir hasta que te disculpes. Además no creo que tengas que ir a ningún sitio importante. Tu vida no es tan interesante sin mí.
- Tenemos un concierto y no vamos a llegar tarde.
- No me digas que el concierto es del imbécil ese de la otra vez, con el que parece que hiciste muy buenas migas y te fuiste a su hotel. Ya veo que te dolió que me fuera.
¿Cómo sabía él lo que había pasado? Supongo que se lo habría contado Sebas.
- Pues sí, es de Niall, y no lo conoces asique no lo insultes.
- Ahora lo defiendes a él antes que a mí. La cosa mejora por momentos.- Soltó con un tono de ironía.
- Al menos él no me dejó tirada en una fiesta, fuera de casa, en un pueblo que no conocía, por la noche.
- Quieres dejar de hablar de eso, ya te dije que lo sentía.
- Pero no te creo. Quiero que te vayas ahora.
- ¿Qué no entiendes de que no me voy a ir? Y menos sabiendo que vas a ver a tu noviecito cantante.- Subió demasiado la voz diciendo eso último y se acercó mucho a mí. Le miré a los ojos y me di cuenta de lo rojos que los tenía. Ya le había visto así antes. Se había drogado.
- Alejandro dime que no has vuelto a hacerlo.- Supo perfectamente a lo que me refería.
- Te importa mucho lo que haga yo.
- Ahora si que sí, vete de aquí.
- Ya sabía yo que no te debí llevar al concierto del chico por el que babeabas. No vais a salir de esta habitación.
- Vete.
- ¿Sabes? Me voy. Pero vosotras no.- Agarró las únicas llaves que teníamos del apartamento y se fue. Cerrando por fuera y dejándonos encerradas.
Pasó todo tan rápido que ni nos dimos cuenta. Mi novio, mi propio novio me había hecho eso.
Paula y yo estuvimos llamando al casero durante media hora. El concierto había empezado hace unos 45 minutos, y suelen durar una hora y media, ósea que nos quedaban otros 45 minutos antes de que acabase, sin contar lo que tardaríamos en llegar allí. No íbamos a llegar.
El casero llegó y nos abrió. Le contamos todo y a parte de denunciar a la policía teníamos que cambiar la cerradura. No nos quedamos a ver cómo la cambiaban pero habíamos perdido otros 15 minutos en eso.
Nunca había visto a Paula correr tanto. Estábamos en la puerta. Después de otros 10 minutos pidiéndole a la chica de seguridad que nos dejara entrar, accedió. Nos peleamos con varias niñas gritonas que habían ocupado nuestro sitio y le vi. Estaba igual de guapo que siempre. Con su camisa y su guitarra. Al principió él no me vio y empezó a contar una historia de la siguiente canción que iba a cantar.
- Pude escuchar a una chica decirle a su acompañante, que espero que no fuera su novio porque me pondría celoso- Dijo mientras soltaba una risita y el público enloquecía- Le decía que le hubiera gustado que la cantara, y lo hice, sin pensarlo. Luego la conocí por la noche y me pareció genial. Algún día la volveré a ver. Si no escribiré miles de canciones sobre ella.
Se enrojeció demasiado cuando se dio cuenta de que estaba allí, y yo no lo entendí muy bien, hasta que empezó a sonar Black and White.
Que poco le estaba odiando ahora mismo.