México × Salta

1.3K 62 19
                                    

Pedido de: @ininglishplease12345

Papi no está en casa.

- ¿neta me debo quedar? - pregunto nervioso.

- ya te dije, tenes que quedarte a cuidar a Salta que está enfermo mientras llevo a los otros a sus actividades. - dijo el argentino, mientras veía como los demás estados y provincias salían de la casa.

Tenían una gran furgoneta, bueno 3, una era conducido por Argentina y otra manejado por CDMX y BsAs, porque en ahora no tenía a su pareja como compañía con eso.

- uhg.. - miro a su esposo. - si necesitas ayuda-

- no, ya tengo a los mayores que me ayudan perfectamente. - le dio un corto beso en los labios. - no te preocupes, procura que el mío no se muera ¿ok?

- si, lo haré por ti bebé.

Luego de eso, Argentina, se fue a llevar a todos los niños, dejando a su esposo con su hijo.

México suspiro, yendo a la cocina, nunca le gustó quedarse a cuidar a los enfermos mientras su pareja hacía todo fuera.

Empezó a cocinar sopa de pollo, mientras antes se mejore el salteño, más antes podría ayudar a su pareja.

Salta se levantó de la cama, nunca se había enfermado, solo quería faltar a guitarra, y quizás tener su pene dentro del tracero de su "nueva mami".

Salió de la habitación y bajo para ir directo a la cocina donde suponía que estaba en la cocina.

Al llegar allí, se mordió el labio, su mami estaba agachada buscando, verduras al parecer, en la parte del refrigerador, dejando su trasero expuesto.

Se acercó, haciendo el menor ruído posible, y al acercarse, el argentino le tomó de la cintura.

México dio un respingo, haciendo que se de un pequeño golpe en la cabeza, causando que se queje.

- ¡¿qué chingados?!¡bebé! Te eh dicho que no me agarres así de la nada que me espanto. - dijo creyendo que el que tenía detrás era Argentina causandole gracia al menor.

Le levanto un poco la remera que tenía, para luego besar esa zona causándole escalosfrios al mayor. Luego de eso, le bajo un poco el pantalón dejándose ver así las nalgas.

- bebé, aquí no. - se quejó avergonzado. - si Salta nos ve... quizás se trauma el chamaco. - un dedo en su interior le hizo cambiar de opinión casi al instante. - b-b-bueno, pero que no se escuche mucho, ¿ok?

Salta sonrió, su "mami" era tan inocente, le encantaba, empezó a morder y besar las regordetas nalgas del tricolor.

"Se ve tan sexy, con razón el viejo lo quiere tanto.." pensó, mientras introducía dos dedos más, escuchando como el mexicano gemía dentro del refrigerador.

Llego un momento en que pensó mejor en la salud del más bajo, se podría enfermar si seguía así. Saco los dedos de su interior, para tomarle nuevamente de las caderas y llevarlo así a la mesada, no sin antes cerrar la heladera con el pié.

Lo dejo con puso con fuerza en la mesada boca abajo, dejando aún así todo el trasero expuesto. Oh, Dios, se sentía tan bien tenerlo así.

Volvió a poner los 3 dedos en la entrada, haciendo que el contrario gimiera. En lo que lo hacía bajo sus pantalones, la verdad que su miembro necesitaba un poco de atención.

Saco sus dedos con tranquilidad y acercó su pene a la entrada del más bajo, introduciendo lo lento dentro de su "mami" el cual jadeo.

- s-se siente más grande. - susurró en un jadeo, buscando algún lugar del cual sostenerse.

El salteño sonrió arrogante, ¿así que la tenía más grande que su viejo~? Oh, eso no lo sabía.

Las embestidas empezaron lentas y profundas causando gemidos del mayor.

- mmh, Argen~! - gimio.

El argentino jadeaba ronco mientras que las embestidas eran más rápidas buscando complacerse a sí mismo, mientras los gemidos y jadeos eran más fuertes, deleitando sus oídos.

Se sentía un jodido chaja, si, pero mierda, parecía que el mexicano se lo pedía de más, la forma en que caminaba delante de él, las caricias que le daba cuando miraban pelis cuando estaban con insomnio el, su viejo, y el norteamericano.

Mierda, quisiera que gimiera su nombre que el de su padre, pero bueno, era lo que podía tener por ahora, por lo menos podías tener pene.

Se terminó corriendo en el interior de su mayor, gimiendo ronco, le dio un par de nalgadas con algo de fuerza.

- ¿¡que carajo!? - pregunto Argentina mirando la horrorosa escena.

- ¡¿Argentina!? - dijo alterado el mexicano, enseguida se levantó y miró detrás de si. - ¡¿S-Salta...?! - pregunto avergonzado sorprendido y casi petrificado en el lugar.

- ah... ¿sorpresa..? - dijo, mientras ambos mayores le miraban sin creer que había dicho eso.

Las Provincias Están En Celo (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora