Treinta

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—Mierda —susurró MinSeok empuñando las manos, ignorando el ceño fruncido de SeHun y las pataletas que comenzaba a dar JongIn; simplemente concentrándose en la voz al otro lado de la línea telefónica.

—¿Me crees?

—Sí, LuHan; lo hago —dijo cerrando los ojos antes de respirar profundamente y golpearse la pierna con el puño.

—Sálvalo, por favor. —El número Siete colgó dejando un mal sabor de boca en el Noventa y nueve, quien volvió a guardar su teléfono en el bolsillo y volteó hacia los menores.

—Los Mortífagos tienen a KyungSoo, lo han sacado de la escuela.

El pelirrosa se quedó sin aliento; con lágrimas rodando por sus mejillas y su pecho estrechándose dolorosamente por la falta de aire.

—Nini, calma; respira por favor —pidió el mayor ayudando a su amigo a sentarse, mientras SeHun tomaba su celular y llamaba al resto del equipo, avisándoles para que se apresuraran a reunirse con él.

—¿Te dijo dónde está? —Preguntó el Noventa y cuatro al castaño.

—Al lado de la escuela, en el callejón que sale hacia la entrada del Metro.

El pelinegro gruñó y asintió compartiendo el mensaje con los demás para finalmente tomar del brazo al Ochenta y ocho y obligarlo a ponerse de pie.

—¿Querías ayudarlo? Bien, este es el momento —espetó con dureza—. No tenemos tiempo, debemos alcanzarlo, ¡ya!

Kai asintió, tragó el nudo que estaba atorado en su garganta y se obligó a respirar profundamente antes de apoyarse en el hombro de su amigo y comenzar a andar, saliendo del bosque en dirección a la puerta secreta donde se encontraron con el resto del equipo.

—¿Qué pasó? ¿LuHan te llamó? ¿Por qué? ¿Qué te dijo? ¿Está aquí? ¿Está herido? —Preguntó BaekHyun sin detenerse a respirar.

MinSeok asintió y cruzó la puerta emprendiendo una carrera hacia la derecha, por el perímetro de la escuela.

—¡Contéstame! —Exigió el rubio manteniendo su paso. El mayor rodó los ojos queriendo ignorarlo; pero al notar que varios de sus compañeros se encontraban tan curiosos como el número Cuatro, decidió responder.

—Dijo que marcó al teléfono del que le hablaron la última vez, que fue el mío —empezó con un suspiro—, porque sabía que se habían llevado a KyungSoo y quería que fuéramos a buscarlo.

—Pero, ¿él no está con ellos? ¿Cómo sabe dónde lo tienen? —Indagó JunMyeon con el semblante profundamente preocupado.

—Alguien les avisó a los Grullas del ataque que tenían planeado contra el Doce, así que ellos afrontaron a uno de los Mortífagos y lo golpearon para sacarle lo que sabía...

Bufó con una sonrisa y pasó las manos por su cabello.

—Como dijo Kyung, no todos son malos —les recordó—. Ellos querían venir a su rescate apenas se enteraron, pero tardarían demasiado en llegar; por eso llamó, para pedirme que lo salváramos.

—¿Dijo algo más, como cuántos eran o algo así? —Preguntó JongDae ubicándose a su lado.

El Noventa y nueve negó con la cabeza.

—Colgó antes de que pudiera preguntárselo.

—¿Hablaste con el entrenador? —Cuestionó SeHun hacia su novio, quien asintió con los ojos inundados de lágrimas.

—Lo dejé marcándole a la policía —contestó con voz rota.

El menor quiso detenerse para abrazar y consolar a su pareja, pero el pensamiento de su amigo siendo golpeado con el paso de cada segundo le impidió detenerse.

Jugada perfecta || KaiSoo Fest 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora