Uno

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El sol brillaba en lo alto, animando el primer día del nuevo año escolar y provocando una amplia sonrisa en los estudiantes, quienes aprovechaban el camino de entrada para reunirse con su grupo de amigos y conversar sobre las aventuras vividas durante sus vacaciones, o los planes que tenían para celebrar su reencuentro.

La institución educativa Elyxion quedaba en lo alto de una colina, en un terreno amplio y verdoso, rodeado de árboles y arbustos, donde podías relajarte y descansar durante un largo receso o después de una cansada práctica deportiva. Sin mencionar que contaba con una zona de crianza de animales como conejos, pollos y uno que otro cerdito que solían recibir mucho amor de los estudiantes.

Aquello era lo que más le gustaba a JongIn sobre su escuela.

El complejo estudiantil era uno de los mejores del país, tenía laboratorios con equipos de tecnología avanzada, piscina recubierta y varios campos deportivos, además de una excelente infraestructura y profesores sumamente capacitados. Pero al muchacho de tes levemente bronceada, ojos almendrados, nariz pequeña y labios llenos, lo único que le importaba era la posibilidad de ir cada mañana a jugar con los conejos a los que había ayudado a criar desde que comenzó a estudiar ahí.

Por ello no notó el caos hasta que se reunió con su grupo en la puerta del aula de su primera clase.

—¡Por fin llegas! —Exclamó el más alto de sus amigos jalándolo por el brazo hacia donde los esperaban los demás.

—¡Suéltame! ¡Vas a arrugar mi uniforme! —Se quejó el moreno sacudiéndose el agarre de Park ChanYeol, un peligrís de piel vainilla, ojos grandes y orejas tan sobresalientes como su altura.

—¡Es importante! —Insistió apurando al menor hacia el resto de su grupo:  SeHun y MinSeok.

Oh SeHun, el menor del grupo, y el más consentido de todos, ocupaba el segundo puesto en cuestión de estatura, tenía la piel pálida, cabello negro, nariz recta, labios perfectamente definidos y una máscara de indiferencia que solía usar con desconocidos.

Kim MinSeok, el mayor de todos en edad, pero el más pequeño en talla, tenía el cabello castaño oscuro, ojos gatunos, sonrisa tierna que mostraba sus encías, y mejillas redondeadas que le daban un aspecto más infantil de lo que era.

—¡Nini! ¡Por fin llegas! —Dijo el mayor pronunciando el apodo cariñoso que usaba para referirse al moreno, y tomó su mano, acercándolo hacia ellos.

—¿Qué rayos te hiciste en el pelo? —Preguntó SeHun frunciendo el ceño.— ¿No necesitas ser más blanco para lucir bien el tinte rosado?

JongIn se lanzó automáticamente a golpear al menor, pero fue detenido por los mayores antes de siquiera tocarle un cabello.

—¡Basta! —Espetó entre dientes el más alto.— Tenemos un asunto más importante que tratar.

—Al receso —advirtió el moreno a SeHun, quien aceptó divertido.

—¡¿Pueden concentrarse?! ¡Esto es serio! —Explotó MinSeok, y entonces todos supieron que realmente estaban lidiando con algo complicado; el mayor no solía exasperarse tan fácilmente.

—¿Qué sucede? —Preguntó JongIn comenzando a preocuparse.

—¡Alumnos! ¡A sus salones! ¡Ya tocó el timbre! —Gritó un profesor llamándoles la atención.

—Maldición —jadeó el gigante.

—Dilo rápido, Hyung —instó el moreno.

—El número Doce está en la escuela.

MinSeok asintió al rostro perplejo de los menores antes de jalar el brazo de ChanYeol y correr a su aula, mientras SeHun y el pelirrosa eran tomados de las orejas por su profesor y llevados directamente hacia sus carpetas.

Jugada perfecta || KaiSoo Fest 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora