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La fiesta en casa de Jamie fue una experiencia sensacional para el joven Nivans permitiéndole olvidarse por horas de los problemas que lo rodeaban a su corta edad. Se sentía frustrado y agotado mentalmente de pensar una manera de tener una cordura al encontrarse atrapado en una marea que no cesaba en todos meses.

¿Cómo pudo pasar demasiado tiempo viviendo una pesadilla? Aún despertaba por las mañanas cuestionado el por qué continúa hacia adelante dejando atrás cualquier oscuridad para despertarse sintiendo un sentimiento de nostalgia conforme avanzaba el día al recordar cada caída en el recorrido.

El sonido del celular provocó que Piers cayera de aquel sofá, mientras escuchaba el latido de su corazón en su tímpano tras despertar repentinamente. A ciegas busco entre las envolturas de papas y latas de cerveza para atender la llamada correspondiente, sintió un terrible dolor de cabeza conforme pasaban los segundos a consecuencias del alcohol que recorría por su sangre.

Desconocía el cómo se levantó de aquella alfombra maloliente caminando sin problema, se dirigió hacia la cocina deteniéndose cercas del refrigerador dónde provenía fuerte el sonido, ¿Cómo terminó su celular ahí? Eso era lo de menos, lo importante fue encontrarlo helado y sin ninguna falla.

—Hola —saludó Piers

—Buenas tardes, me comunico de la estación de policía en Raccoon City —dijo una voz femenina en un tono amable—, ¿habló con Piers Nivans?

Trago saliva. Estaba recibiendo una llamada de la vacante que había solicitado a petición de Chris, y se encontraba tan nervioso que olvidó por completo toda la información sobre la empresa que le habían brindando.

—Eh sí —respondió tímidamente

—Hablo para informar que ha sido seleccionado cómo parte de nuestro de equipo, por lo que, se le requiere estar en nuestras oficina mañana en un horario de 9.30 de la mañana —comentó la chica

Se quedó congelado al escuchar que pasó el proceso de selección a base de mentiras frente a un reclutador, nunca pensó que ese incidente fuera abrirle las puertas para tapar otra mentira en casa, pero se sentía contento y emocionado en obtener una respuesta positiva después de haber quedado en la calle.

—¿Me está escuchando? —preguntó la chica

Volvió a poner el celular en su oído para dar una respuesta. Una emoción sintió al saber que podrá cubrir sus gastos y poder ser aquel joven independiente que dejó de ser después de lo sucedido.

—La escuchó perfectamente —dijo Piers—. Estoy disponible mañana.

—Nos vemos mañana, Piers —dijo la chica

La llamada terminó dejando a Piers sin palabras al ser aceptado, aunque solo tenía un inconveniente: estaba atrapado en Chicago con media cruda después de haber celebrado melancólicamente el éxito conseguido de su amigo, no pensaba regresar pronto sino se tomaría unos días para tener el coraje suficiente de superar a Matt y olvidarse del dolor sentido.

El destino le dio un giro inesperado que se cuestionaba aún. Le sorprendía bastante cómo las cosas iban mejorando provocando un sentimiento de nostalgia tras sentir que cada problema tendría una solución rápida.

—¿Piers? —preguntó Jamie adormilado.

El joven policía elevó su mirada para encontrarse con su amigo luciendo un pantalón de pijama y una camisa blanca dejando que lo que llamará toda su atención fuera su rostro cansado a consecuencia de la fiesta.

—Jamie, no esperaba verte despierto —respondió nerviosamente—, ¿te encuentras bien?

El chico asiatico bostezo y estiró los brazos mostrando una flojera, tomó asiento frente a Piers y bebió un poco de agua de una botella que había sobre la mesa.

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