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Han sido días difíciles para Piers Nivans, su primera terapia resultó un desastre tras estar veinte minutos escuchando la misma pregunta de su terapeuta "¿Qué te hizo sentir John aquel día?"; no tenía sentido seguir reviviendo una situación del pasado cuando se han hecho las paces.

Eso le frustraba, seguir escuchando la misma letanía que lo agotaba. En una terapia al tener la plática de iniciación se levantó del sofá y salió corriendo, no estaba preparado emocionalmente para enfrentar su dolor, deseaba seguir cargando con esas memorias tormentosas para mitigar la pérdida de Matt.

Cada día era un intentó fallido. Esto desató un nuevo caos en su vida.

—Vamos, tú puedes —dijo Piers, al mirar su reflejo

Terminó encerrado en un cubículo de limpieza, no soportaba la presión de estar frente a un terapeuta contando sus historias deprimentes, además ¿cómo puede tener confianza? Su experiencia en desahogado puede ser un potencial a un bestseller y pueden usar su mirecia para enterramiento cuando solo él deseaba paz en su interior.

Esta teoría cruzó a su mente al recordar que Paige escribió una novela corta de su primera ruptura gay en un blog de literatura.

—¿Nivans? —preguntó Chris

No tuvo el cuidado de percatarse de que la puerta se abrió dejando un destello de luz. Se cubrió rápido el rostro, era imposible que el Capitán Redfield lo viera sollozando en horas de trabajo sabiendo que debía estar en su sesión de terapia.

—No, soy... Park —balbuceo nerviosamente—. Agente, Park.

—Vale, Agente Park —comentó Chris—. Tengo un seguimiento a un robo en joyería, esperaba que fueras conmigo.

—¿En serio?

Chris asintió y extendió su mano para ayudarlo a levantar del piso donde yacía en posición fetal.

Inocentemente, aceptó salir de la estación de policía.

—Bien, iré —dijo Piers

—Te veo en el estacionamiento —comentó Chris

Miró cómo se alejaba de su vista. Todavía sentía un rencor hacia Chris después del reporte en asuntos internos, el jefe Wesker tomó la decisión de aprobar la petición enviada y le frustraba demasiado que no tendría uso de su arma reglamentaria hasta nuevo aviso.

Salió del armario de limpieza dónde pasó toda la mañana escondiéndose de su terapeuta, una pésima decisión tomada después de entrar en pánico todavía no sentía la suficiente confianza para dar ese paso hacia una sanación.

Cada paso que daba por la comisaría tenía cuidado a fin de no ser encontrado por Wesker. Evitaba ser sancionado con una suspensión y no deseaba añadir un punto negro en su expediente.

Corrió hacia la puerta de salida cercana al área de la perrera, su corazón latía de manera rápida por la adrenalina sentida; le recordaba su etapa de juventud en secundaria cuando solía saltarse las clases con Jamie. Logró llegar al estacionamiento subterráneo solamente faltaba encontrar a Chris.

—¿A qué estamos jugando? —preguntó una voz femenina

Piers dió un sobresalto de susto al escuchar una voz a sus espaldas. Esconderse detrás de un coche patrulla no fue una buena solución, su plan terminó en la basura y tendrá que lidiar con una suspensión.

—No fue mi intención asustarte —comentó la mujer

Sintió un alivió por un momento creyó que se trataba de Paige, quien solía perseguirlo para averiguar qué plan pensaba aplicar.

BittersweetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora