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El recorrido de Chicago a Raccoon fue un infierno para John Meyer al convertirse las siguientes horas un desastre La discusión generada entre Jamie y Piers no terminaba a pesar de las miles quejas proporcionadas por John, ninguno parecía escuchar al único hombre con cordura abordo del coche de tal modo, subió el volumen del radio dejando escuchar una melodía de heavy metal.

Jamie y Piers no fueron conscientes de sus palabras, cada insulto mencionado provocaba un daño emocional irreparable y una amistad debilitada. Ambos se desunieron después de que Piers decidió obsesionarse con la idea de buscar un sugar daddy creyendo que no tendría ninguna preocupación monetaria y viviría una vida similar a Kim Kardashian.

John sostenía fuerte el volante manteniendo una estabilidad emocional adecuada a la circunstancia presentada, él solía explotar en momentos difíciles, pero en esta ocasión resultó distinto, mostró empatía hacia una amistad deteriorada. Intentó conducir con el objetivo de llegar a salvo a la residencia Nivans creyendo que Meghan detendría la discusión, de acuerdo a una conversación dada en la caseta de cobró cuando Piers intentó golpear a Jamie usando un gato(1).

Dejó de respetar los señalamientos de tránsito y aumentó la velocidad. Se dió una vuelta rápida para conducir por una pequeña calle, miraba hacia ambos lados buscando el domicilio al no recordar su ubicación John no visitaba la ciudad tras quince años de ausentarse ninguno de sus padres comprendía el amor diferente optando por huir.

Frenó rápido deteniendo el coche frente a una casa color café. A sus espaldas escuchó a Piers soltar un quejido después de golpear su rostro sobre el asiento del copiloto y de reojo miró a Jamie sostenerse de una manija de seguridad.

—Continúen peleando par de imbéciles —se quejó John

—Lo dice el asesino de la carrera —argumentó Piers—. Pudiste habernos matado en plena carrera, ¿acaso no mirabas que manejas cómo un loco? Tienes fuertes problemas de control y...

John agarró un bote de aceite y lo arrojó hacia el rostro de Piers, se agotó de escuchar a una víbora en su auto, no pudo quedarse sentado permitiendo los insultos arrojados por su veneno hacia su marido, por lo tanto decidió actuar con su instinto evitando un aumento en los conflictos. Al contrario, Piers se sentía molesto y decepcionado al ser testigo de traición amistosa, su mejor amigo le demostró que no contaba con ningún apoyo emocional estando por cuenta propia en el camino hacia su destrucción.

Piers no dudó en responderle el golpe logrando sostener el gato y a ciegas lo lanzó hacia los asiento de frente provocando que el parabrisas se rompiera.

La atmósfera cambió a una vibra negativa percibiendo el odio mutuo, John furioso abrió la puerta y bajó reflejando enojo a través de su rostro sin pensarlo decidió bajar a Piers sosteniendo las piernas para dejarlo caer al pavimento gélido.

—¿Qué te pasa, cabrón? —soltó Piers

John soltó un puñetazo hacia el abdomen del joven Nivans.

—Puedo ser un hijo de perra, pero jamás seré una basura cómo tú —soltó John, sacudió su mano al sentir un dolor leve.

A Jamie no le disgustaba mirar a sus dos personas amadas pelear, aunque no puede intervenir porque Piers demostraba un comportamiento infantil e inmaduro, la relación con Matt transformó la vida del joven en un desastre impidiendo salir adelante y mirar la realidad, los días de viajes, compras y descansos finalizaron hace meses atrás.

Piers se levantó del pavimento tosiendo, mientras mantenía su mano sobre su abdomen, la sensación de sentir un dolor grave le recordó los viejos tiempos en la secundaria cuando era víctima de acoso sus compañeros conocían a detalle su historia personal (su sexualidad) acostumbran a golpearlo saliendo de clases intentando convertirlo en un hombre.

Apretó los dientes con la mirada fija hacia la espalda de John y corrió en cuestión de segundos a fin de tirarlo al pavimento logrando vengarse, no permitiría que un abusivo tuviera una victoria.

—Bastardo —escupió John

En el momento que John decidió levantarse la puerta de la casa Nivans se abrió por Paige sosteniendo la cámara de celular para documentar las escenas de pleito para añadirlas a su novela, a sus espaldas se hallaba Meghan cruzada de brazos y se limitó a mover la cabeza hacia ambos lados en negación.

—Piers Roger Nivans, ¿qué haces? —gritó Meghan

—Poco hombre —susurró John, mientras se recargaba en el coche después de haber caído del suelo—. No tienes vergüenza, tu mami tiene que regañar aún.

Piers no dudo ningún segundo en decir golpear la cabeza de John contra el coche provocando una hemorragia craneal, no pudo controlar las emociones que lo dominaban estaba hartó de escuchar y mirar las diferentes maneras de humillaciones usadas.

El sonido de un auto estacionado provocó que Piers se alejara de John e intentará esconderse en casa de su madre, pero la señora Nivans no actuaba cómo una tapadera hacia los actos cometidos por sus hijos prefería la responsabilidad, por lo tanto cerró la puerta de la casa impidiendo que Piers entrará a esconderse.

John poco a poco recuperó la cordura y no dudó en tomar una llave de cruz a fin de arrojarse a Piers causando que cayera al suelo soltando un quejido logrando una victoria para Meyer.

—¡Arriba las manos! —gritó Chris, sosteniendo su arma reglamentaria—. Tienen un minuto si no acatan la orden me veré en la necesidad de poner una detención.

Los dos jóvenes alzaron sus manos, Piers se veía aterrado porque su nuevo jefe fue testigo de un momento imprudente, mientras John deseaba ser detenido para probarle a Piers que su estupidez cometida tenía sus consecuencias.

—¿Pueden explicar que ocurre? —preguntó Chris

Chris guardó su arma limitando su imagen de autoridad y respeto proporcionada ante dos jóvenes inmaduros peleando en vía pública sin motivo. Le parecía curioso ser testigo de la discusión, Piers no aparentaba ser una persona problemática sino educada, por lo que su cambió de actitud demuestra un motivo oculto, el cual se quejaba la señora Nivans al mirar una personalidad diferente en el joven.

—Prefiero hablar en la estación —dijo John—, no quiero que el niño mimado saqué un cuchillo y me corte la garganta.

Sin otra alternativa Chris procedió a cumplir la petición respetando la libertad de expresión e igualdad de los ciudadanos; no puede permitirse una pequeña escapatoria al código de seguridad establecido en los años 90 posteriormente a un incidente durante un reporte policial incumpliendo los derechos humanos.

Piers no emitió ninguna queja ni opinión estaba conforme con la decisión elegida de John creyendo una disminución a sus problemas al sentir un apoyo externo. Él solo deseaba un final al dolor sentido en su corazón, se sentía agotado mentalmente debido a los pensamientos de culpa.

Regreso a la realidad para mirar a Chris sosteniendo un juego de esposas en sus manos; mordió su labio inferior impidiendo tener sus fantasías impuras pasar por su mente.

—Piers Nivans, queda bajo arresto por violencia física y disturbios en vía pública —dijo Chris

Colocó sus manos detrás de la espalda y recargo su frente sobre el auto, mientras escuchaba a John hablando con Jamie en ningún instante escuchó a su madre pidiendo misericordia por su hijo, debe estar decepcionada que ha decidido olvidarlo no puede quejarse él abandonó a su familia para convertirse en un desconocido deseoso de lujosos. Se giró al escuchar el seguro de las esposas, bajó la mirada y dejó que Chris lo guiará hacía un coche patrulla.

La irá lo cegó aferrándose a un estilo de vida obsoleto que debe abandonarlo a fin de adaptarse a lo nuevo sin provocar quejas debía ser consciente que Matt no regresaría, lo cual indicaba cerrar un ciclo importante por su bienestar emocional.

Al subir miró a sus vecinas chismosas observando a través de la ventana manteniéndose ocultas sin ser detectadas, Piers se quedó guardado el insulto que gritaría a su vecindario, le frustraba sus fans que miraban su espectáculo que pensó en cobrar la entrada para pagar sus facturas que Matt le heredero.

Esto no puede empeorar para Piers Nivans. 

BittersweetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora