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Chris Redfield caminaba apresuradamente hacia su oficina del departamento de STARS como cualquier viernes de reunión con sus superiores. Desgraciadamente, el hombre había olvidado los informes que presentaría en la junta debido a la urgencia que tuvo en escaparse para comprar un desayuno ligero después de haber ayunado 24 horas por una jornada que no concluía al tener una alta demanda por la inseguridad en las calles demostrada en las últimas semanas.

El haber aceptado su nuevo puesto como Capitán de la unidad Alpha requería un aumento de responsabilidad y disponibilidad de horario para atender a todas las quejas de los ciudadanos por lo que, decidió abandonar su vida personal a una temprana edad a fin de conseguir una posición elevada en la estación de policía.

Ingresó al departamento de su unidad donde pudo observar a varios de sus colegas mirando y platicando acerca de la nueva serie inspirada en los libros de Jade Lambert, los cuales relataban situaciones que ocurren en el mundo que la sociedad ha decidido ignorar.

Le frustraba en lo absoluto ver a jóvenes desperdiciar su valioso tiempo en las últimas novedades. Hoy en día, se ha abandonado la eficiencia y productividad de los trabajadores por la incentivos y falta de oportunidad en sus empleados provocando una alta desmotivación en el cumplimiento de sus tareas diarias.

—Cuando dejen de comentar el último capítulo, quiero ver sus reportes sobre mi escritorio —replicó Chris—, recuerden que es el último día del mes y hay una salida.

Los primeros días cuando le asignaron su nuevo puesto fue una tarea difícil ser el líder de una unidad con agentes jóvenes porque solían distraerse por cualquier pequeñez desde el uso del celular hasta consolas portátil de videojuegos usaban para matar el tiempo muerto en las diferentes tareas a cumplir, sin embargo Chris halló una solución al problema dado.

La solución consistía en ofrecer una salida a sus agentes a cargo en un lugar adecuado a su rango de edad y gustos dando un resultado de visitar un antro a final del mes cuando se hacia un control de los gastos generados con la idea de que la estación de policía tuviera una responsabilidad en hacerse cargo de un incentivo, pero se negó aquella idea.

Nadie iba a detener a Chris en su meta para mejorar la actitud de sus agente decidió por cuenta propia reservar parte de su sueldo en una salida que puede ser un elemento de mejora en la eficiencia, lo cual dieron buenos resultados en los siguientes seis meses.

Los muchachos dejaron el chisme para otra ocasión y se concentraron en sus actividades para disfrutar de una noche relajada bailando sobre una pista de baile y bebiendo sus tragos favoritos.

Entró a su oficina buscando el fólder amarillo con las estadísticas de los últimos delitos cometidos en el año, revisó en cada cajón y no había señales del informe hasta que abrió su maletín donde se hallaba el expediente.

Nuevamente salió a toda prisa de la oficina para estar en la sala de juntas. Todos sus días se han vuelto agotadores por la falta de descanso y vacaciones causando en que tuviera pensamientos en solicitar un asistente que lo ayudará a cumplir con sus responsabilidades.

Con la respiración agitada cogió asiento y contempló el sermón de Wesker, quien continuaba relatando el reporte mensual de las llamadas recibidas, un poco aburrido y tedioso pueden resultar las reuniones que terminan durmiendo a Chris.

—¿Christopher Redfield? —argumentó Wesker, molestamente

Chris dio un sobresalto de susto emitiendo un ronquido fuerte; sus colegas soltaron una carcajada porque se había quedado dormido por tercera ocasión en la semana siendo una sanción al no cumplir con el reglamento establecido.

BittersweetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora