Vida en caleidoscopio.

Capítulo 5

Vivir la "buena vida" no era tan fácil cómo parecía, al menos en el aspecto económico reflejado en sus cuentas. Eleanor se descuidó con sus gastos confiada en su "pequeña fortuna", no podía seguir dependiendo de los intereses de su cuenta bancaria e inversión, los cuáles no eran los esperados, descuidar su estabilidad económica futura era malo. Se acostumbró a no tener que cuidar cuánto gastaba, comprar despreocupadamente era un sueño. Había estado realizando cursos para no aburrirse (todos interesantes para ella), pero también compras para darse gustos, cocinar en la casa es más ahorrativo que comer fuera, sin embargo pasó por un momento de paladar gourmet yendo a restaurantes y salones de té. Entonces, aunque fuese paranoica respecto a quedarse sin dinero, debía asegurar al menos su vivienda, había estado posponiendo adquirir una para el momento de su graduación, porque planeaba vivir en el alojamiento universitario.
Al menos había reservado su parte de la venta de la casa de los Evans, eso sería de ayuda para la compra.

Demoró un mes en conseguir un lugar que le gustará y con cuyo precio estuviera de acuerdo. Obtuvo un piso atípico con 3 habitaciones y una terraza en el último piso de una propiedad reciclada de 4 pisos cerca del centro de Londres. Fue inesperado descubrir esa joya arquitectónica, cada apartamento contaba con un balcón a contrafrente, excepto el último que tenía la terraza exclusiva. La fachada era elegante, con vecinos al parecer amistosos y nada chismosos, la propiedad permitía animales, niños y plantas. La primera vez que fue a ver la propiedad se enamoró del lugar y sus habitaciones amplias, además, en el baño tenía enchufes, algo que antes no había visto en ninguna de las propiedades visitadas y según uno de los asesores inmobiliarios no era costumbre en las viviendas inglesas, fuera verdad o no, hasta ese momento parecía ser tal cual.
Se mudó enseguida luego de pintar y llevar los muebles básicos, se tomó su tiempo para decorar y hacer suyo ese lugar.

Trabajó para Severus un tiempo, el mago inauguró un negocio dónde vendía ingredientes para pociones y preparaciones a pedido, la Botica se encontraba a distancia de sus competidores pero cerca del banco Gringotts. Para evitar suspicacias y facilitar su desempeño adquirió una varita de manzano con núcleo de fibra de corazón de dragón, 27 cm hecha por Garrick Ollivander, también un estuche para portarla, cosa que sorprendió al fabricante cuándo preguntó su precio y calidad.
Dejó su puesto cuándo ingresó a la universidad pública ubicada en el pequeño pueblo de St Andrews, en el condado de Fife, Escocia. Era la universidad más antigua de Escocia y una de las más antiguas del Reino Unido, quedaba a más de 8 horas de Londres, pero Eleanor podía llegar en menos tiempo utilizando el vehículo que transportaba a magos y brujas, cuya velocidad era sorprendente. Esté vehículo contaba con 3 plantas, era de color morado y tenía escrito "Autobús Noctámbulo" con letras visibles.

Los amigos o conocidos de Eleanor eran pocos, su nivel de sociabilidad estaba volviendo a ser el original, conforme se adaptaba a su nueva vida dejó de pretender ser otra. Ella extrañaba a sus seres queridos, sentía nostalgia y se apartaba del mundo para desahogarse, también pasó por momentos complejos frente a su imagen reflejada, acostumbrarse a un nuevo rostro, otro cuerpo, fue sinceramente un reto superado con esfuerzo mental.
Una preocupación que tenía era que sus recuerdos se estaban apagando, y eso posiblemente fuese lo que la estaba ayudando a adaptarse. No los estaba perdiendo, sino que se estaban convirtiendo en "fotogramas de una película", por no encontrar mejor definición. Podía recordar si pensaba en eso, caso contrario no formaba parte de su cotidianidad.

Debido a qué Severus no se convirtió en mortífago, Eleanor supuso que Voldemort no sabría de la profecía. Fue una tontería pensar que la trama no seguiría su curso solo porque todo parecía diferente. Escupió el té cuándo leyó el aviso en el periódico, teóricamente se debería buscar personal antes de iniciar las clases . Tristemente todo se desarrollo cómo estaba escrito pero un año antes del canon, ella llegó tarde para impedir que Sybill Trelawney logrará transmitir su profecía. Eleanor no pudo encontrar a la bruja antes de su entrevista. En un impulso, tal vez un "mágico presentimiento", ella fue hasta el pub del hermano del director Dumbledore, a falta de una mejor idea, el plan era noquear a la bruja, colocarla en una bolsa de papas encantada y llevarla lejos hasta que terminara su visión o lo que fuese que ocasionará las profecías, ya luego la dejaría libre para que siguiera su camino. Pero se quedó con la bolsa en la mano viendo cómo la bruja parecía atontada y un hombre de capa negra con capucha huía seguido por los hermanos Dumbledore.