Eleanor se vio en la disyuntiva de involucrarse o no con la trama principal. Está es la historia de una persona que un día despertó en el cuerpo de Petunia Evans, debiendo enfrentar el desconocimiento y las consecuencias del accionar de "Petunia". ¿...
El perro no quiso separarse tanto de su dueño. Fang en algún momento los dejó, corriendo de vuelta en dirección a Hagrid tan rápido que no les dio oportunidad de seguirlo. Los niños avanzaban a paso lento, recolectando unas setas de un árbol y unas hierbas, alejándose de los rastros plateados antes vistos. Tal cuál suricatas humanas, se turnaron por instinto para vigilar a su alrededor, en los pocos minutos que se distrajeron recolectando. La cantidad era inferior a la que debieron reunir los gemelos, pues siendo 2 se esperaba que la "cosecha" valiera la pena para al menos llenar un envase. Harry avaló la distracción desviando a su grupo del "sendero" que los llevaría a metros del peligroso "pseudo vampiro" de sangre mágica equina. En eso, se toparon con unas marcas de garras en un tronco. - ¿Podría ser un hombre lobo quién las hizo? - preguntó inquieto Draco. - No parecen recientes - comentó Chris observando de cerca.
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A unos metros Néfele se ocupaba de restaurar "la salud" de un viejo árbol, entre su gente ella era una dotada pues pocos centauros nacían con facilidad para utilizar magia natural, y de hecho esta capacidad era un secreto para el resto de sus "vecinos mágicos". Unos ruidos alertaron a Néfele sobre la proximidad de extraños, quedó escuchando y supo que las pisadas eran humanas, curiosa se cuestionó si retirarse en silencio alejándose como era la regla o investigar la identidad de los intrusos.
En el bosque el único permitido (bajo condiciones establecidas) para transitar era Hagrid, el guardabosques de Hogwarts con sangre de gigantes, cualquier otro era detenido por quienes patrullaban y escoltado fuera del territorio de los centauros, eso sí no lo expulsaban flechazos de por medio. Además, su maestra informó a todas que un nuevo depredador invadió el bosque, uno que estaba amenazando a los unicornios, razón por la que reglas de seguridad más estrictas fueron dadas. Fue triste y horrible cuándo el primer unicornio fue descubierto muerto, un adulto que subestimo el peligro. A partir de ese horrible incidente se desplegó un grupo para colaborar en la protección de los ejemplares en peligro, un grupo más experto de su clan fue designado para curar a los heridos y llevarlos bajo su amparo, y por lo menos ningún otro unicornio había perecido.
Inquieta al oir las voces de niños, dejó las reticencia y fue en dirección a ellos. - Los potrillos no deberían deambular solos a esta hora. Una musical voz de una centáuride los sorprendió. Un sonido de asombro y posterior miedo brotó de sus gargantas. - Tranquilos - dijo alzando despacio las manos - No voy a lastimarlos. Me llamo Néfele, ¿ustedes? Los niños se miraron unos a otros de soslayo, asombrados por ver un centauro femenino. - Chris. Mi nombre es Chris, encantado señorita Néfele. La centáuride sonrió suave ante la imagen de valentía del joven, que protegía a su igual. - Me llamo Harry, un gusto conocerla. - Mi nombre es Draco - dijo simple el rubio sin protocolo, estaba incómodo por ser sorprendido y no sabía cómo tratarla, dada la enseñanza recibida por su familia respecto a criaturas. El gemelo que faltaba presentarse miraba en silencio apoyado en su hermano. Los gemelos pueden ofrecerse el uno al otro apoyo mutuo, compañerismo y cariño, y se ha sugerido que es la relación más estrecha posible entre dos personas, está era el tipo de relación entre Chris y Liam. - Me llamo Liam... encantado señorita Néfele - se presentó con voz tímida, sujetando el brazo de su hermano que lo afirmaba.