Capítulo 7

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Eleanor mantuvo a los bebés con ellos en el dormitorio, Severus la ayudó para alimentarlos, cambiarlos y atender cualquier inconveniente, más de una túnica y camisa terminó con baba.
Severus era amable con los niños en privado, frente a otros mantenía una imagen "profesional". Eleanor sin querer suspiró un sentido "te amo" cuándo Severus terminaba de hacer dormir a los bebés de un mes.
Severus sin mediar palabras la besó con dulzura, atrayendo su cuerpo al suyo sin dejar de besarla. Al separarse ella mostró una expresión de sorpresa e intriga, porque todavía no habían revelado abiertamente lo que sentían y por conocimiento pasado, Severus Snape amó toda su vida a Lily incluso en la muerte.

Severus sonrió petulante y la alzó en brazos para cambiar de lugar y llevarla a la otra habitación libre. La dejó sobre la cama y la atrapó con un beso ardiente, haciéndola gemir involuntariamente. Ella trató de detenerlo y hablar.
- Sonidos, miradas, sonrisas, besos y abrazos. Así hablamos tú y yo. Cuando te conocí nunca puede imaginar lo que hoy por ti siento, nunca pude pensar que te querría tanto, como hoy te quiero.
- Pero... ¿qué hay de Lily? Tal vez sea tonta al preguntar, pero ella comparada conmigo es una princesa.
- No necesito a una príncesa teniéndote a ti a mi lado - respondió Severus con ella entre sus brazos.
Eleanor se conmovió y un peso desapareció de su interior.
- Soy tuyo y tú eres mía, porque solo a ti he permitido que me conozcas de verdad, lo bueno y lo malo que puedo ser.
- Severus - susurró ella, siendo silenciada por el mago.
- Respeto tus secretos, todos los tenemos. Tú y yo - decía besando sus dedos - somos una pareja que debería aprovechar que nuestros hijos están dormidos. No sabes cuánto he tenido que contenerme compartiendo la cama contigo.
El mago se mostró muy seductor besando su cuello, el punto vulnerable de ella, quién dejó de pensar siendo participe siguió el plan de su marido, quién quitó la prenda de arriba de ella y atacó literalmente sus senos con su boca. Para cuándo Severus quitó la prenda íntima de abajo, el llanto en estéreo se escuchó.
- Mis hijos van a ser mi muerte. Ve rápido, tengo algo de lo que ocuparme con urgencia. Iré ayudar en cuánto pueda.
Eleanor se sonrojó por la erección que Severus trataba de cubrir. Y vistiéndose rápido, se preguntó qué habrá sido lo que desencadenó la situación anterior, con las pociones su tiempo de recuperación fue muchísimo menos pero nunca pensó que el interés de Severus por su rápida recuperación del embarazo tuviera una segunda intención.

Si comparaba el concepto que tenía sobre Snape, el personaje que conoció en la saga, con la persona que conocía, a veces no encajaba. Pero debía considerar que Severus tenia 20 años, rechazó el camino que lo vinculaba a Voldemort, ese hecho impidió que aprendiera algunas cosas, experiencias que no vivió, personas con las que no interactuó, muertes que no presenció, culpas que no se originaron, entre otras cosas que moldearon al profesor de Pociones Severus Snape que Harry Potter conoció en Hogwarts, aquel que el público lector conoció.
Severus era una persona admirablemente fuerte, con un temperamento fuerte, lidiaba desde niño con algunos de los principales efectos negativos del bullying como ser la baja autoestima, trastornos emocionales, tristeza, sentimientos de culpabilidad, alteraciones de la conducta, problemas en las relaciones sociales y familiares, las manifestaciones neuróticas y de ira. En menor o mayor grado, los problemas de violencia en una familia y el acoso constante, dejan secuelas para toda la vida.

Eleanor podía notar el esfuerzo de Severus por controlarse a sí mismo, su pasión por las pociones y las artes oscuras de alguna manera fueron sus salvavidas, lo que lo ayudó a no sumergirse en una espiral sin retorno. La esperanza y el cariño que el mago reflejaba en su mirada al ver a sus hijos, indicaba su deseo de contar con una familia, todavía quedaba algo de esa inocencia propia de la niñez, una parte que tal vez se hubiera mancillado de haber sido mortífago, incluso pudo desaparecer.

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El mes de julio llegó y Lily estaba nerviosa oculta en su hogar, envío un mensaje a su hermana para asegurar que estaba bien y se comunicaría en cuánto su hijo naciera. El mes avanzaba y su hijo no nacía, tampoco el hijo de su amiga Alice, entonces, el 30 de julio supo del nacimiento de Neville Longbottom. Esperaba que su propio hijo se mantuviera un poco más en su interior, que terminara el séptimo mes y el logrará nacer a salvo, lo sentía por su amiga pero deseaba evitar que su hijo se convirtiera en un objetivo. Quizás al principio tuvo orgullo de la importancia que tendría su hijo, ser posiblemente la madre de un héroe que pasaría a la historia, un gran mago, pero a medida que fue enamorándose de su hijo, su instinto materno se superpuso, amaba a su hijo tanto como para dar su vida a cambio de la de él. Tarde aceptó que tal vez su hermana tuviera razón, pero la cegó su orgullo por luchar y no dejar que un asesino decidiera su destino, no dejar que Voldemort ganará, había perdido compañeros, amigas por culpa de los mortífagos, por ellos quería activamente luchar y la Orden del fénix fue el medio.

Vida en caleidoscopio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora