Capítulo 14

3.1K 329 5
                                    

La familia Ollivander eran reconocidos como excelentes fabricantes de varitas, el cartel sobre su puerta decía que eran fabricantes desde el 382 a.C..
La compra de la primera varita es un suceso importante y muy personal para un mago o bruja, por este motivo cada niño fue con sus padres hacía Ollivander, es decir sin la compañía de sus amigos. Los Malfoy fueron primero. El resto esperó mirando los escaparates alrededor.
- Ya lo dije antes pero no entiendo por qué confías en ellos, sabes que Narcisa no es tu amiga ¿no?
Alice estaba molesta por lo "egoísta, soberbia y petulante" que en su opinión era Narcisa.
- Son tiempos de paz y son amigos de Severus. Estoy consiente que Narcisa o Lucius no me dirigiría ni el saludo de no estar casada con Severus. Sin embargo, las circunstancias permitieron que nos conozcamos y exista una pseudo amistad entre nosotros. Respeto su ideología aunque no la comparto, claro está que tengo esperanzas que haya habido un cambio de mentalidad durante el tiempo que nos hemos relacionado por los niños y Severus.
- Sin importar cuánto lo justifiques sigo creyendo que te equivocas - dijo Alice terminando el tema, no quería verse intolerante, entonces por su hijo aceptaba mantener sus dudas en silencio, salvó algunas veces cómo ahora que no podía contener expresar su pensar y advertir, en este caso, a la hermana de su difunta amiga Lily.

Draco salió del negocio con una sonrisa y estaba ansioso por practicar con ella, su varita era de espino, 25 cm., su núcleo era de pelo de unicornio y fue descrita por el fabricante como “bastante elástica”. Los chicos estaban entretenidos mirando como gatos a un vendedor ambulante preparando su puesto, el aroma a caramelo y chocolate los conquistaba, esperaban que hiciera la señal para ir a comprar, Draco los distrajo y comentó su proceso de elegir su varita.
El siguiente fue Neville, su madre se negó a qué utilizará alguna heredada. La adquisición fue breve, en la cuarta opción encontró la correcta, su varita era de madera de cerezo, 27 cm., cuyo núcleo era de pelo de unicornio. Draco lo felicitó por tener el mismo núcleo que él, comentando lo especiales que son los unicornios.

Al final fue el turno de Harry y los gemelos, porque Harry no quiso ir solo con "sus padrinos", quería distraer al fabricante para que fuera menos "lúgubre". El negocio tenía un polvoriento escaparate, con un simple cojín desteñido de color púrpura con una única varita. Al entrar la campanilla dio aviso que alguien ingresaba a ese lugar pequeño y vacío, habia una silla larguirucha que Eleanor sospechaba era poco cómoda. Podía apreciarse las miles de estrechas cajas amontonadas cuidadosamente hasta el techo.
El encargado, el señor Garrick Ollivander, hizo su aparición dramática saludando con su clásico " los estaba esperando" y mencionando las varitas de cada uno de los adultos presentes.
El anciano mago fabricaba varitas principalmente con 3 tipos de núcleo: pluma de fénix, pelo de unicornio y nervio de corazón de dragón, sin embargo, también tenía otro tipos de varitas fabricadas por sus antecesores cuyas maderas y núcleos podían diferir de lo clásico.

Harry sabía lo que podía suceder en esa visita, estaba expectante por recuperar su varita pero a la vez incómodo por el recordatorio que el fabricante haría de su historia, por eso decidió incluir a su familia, pidió que sus primos fueran los primeros en conseguir sus varitas.
- Bueno, ahora, ¿quién es primero?
Ambos gemelos dijeron a la vez: "Yo". Generando luego entre ellos una breve lucha de miradas.
- Yo voy primero. Hola señor Ollivander, soy Chris.
- Hola Chris... Déjame ver - decía mientras sacaba de su bolsillo una cinta métrica, con marcas plateadas - ¿Con qué brazo usas la varita?
- Soy diestro - respondió Chris.
- Extiende tu brazo... Eso es.
Midió a Chris del hombro al dedo, luego de la muñeca al codo, del hombro al suelo, de la rodilla a la axila y alrededor de su cabeza.
- Cada varita Ollivander tiene un núcleo central de una poderosa sustancia mágica. Utilizamos pelos de unicornio, plumas de cola de fénix y nervios de corazón de dragón. No hay 2 varitas Ollivander iguales, como no hay 2 unicornios, dragones o aves fénix iguales. Y, por supuesto, nunca obtendrán tan buenos resultados con la varita de otro mago - comentaba mientras tomaba medidas.
De pronto, la cinta métrica medía sola entre las fosas nasales del niño. El señor Ollivander en tanto, estaba revoloteando entre los estantes, sacando cajas, murmurando «Pino negro... Manzano... Roble»
- Esto ya está - dijo el fabricante, y la cinta métrica se enrolló en el suelo - Prueba estás.
Chris tomó la primera varita, al sostenerla se sentía fría, la movió y no sucedió nada, la dejó y tomó otra, sucedió el estallido de un frasco cercano. El fabricante se la arrebató y cedió otra, Chris la sostuvo y nada, se sintió ajena y la magia fue violenta al producirse una breve ráfaga de aire.
El fabricante exuberante de energía subió una escalera que corría como con rieles por la estantería. Tomó otras cajas y bajó, a la vez que notó que el niño había guardado perfectamente cada varita en su correspondiente caja.
- Gracias. Ahora prueba estás.
Chris repitió la búsqueda hasta que dio con una varita que al agitarla disparó fuegos artificiales como confetis.
- ¡Bravo! Madera de Pícea y pluma del ala de hipogrifo, 29 cm. Una varita con temperamento propio, debe ser firme con ella.
Chris asintió mostrándola al resto de la familia.

Vida en caleidoscopio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora