El héroe y la villana.

Kats Outta The Bag

Katsuki POV

"¿No crees que fuiste muy duro con el?" Ella preguntó preocupada pero el solo pensar en Deku poniendo sus manos en ella hacía hervir mi sangre. Incluso con la luna brillando sobre nosotros y las estrellas parpadeando en el cielo, el momento era arruinado con la sola mención del puto Deku. Pero cuando voltee a ver a la hermosa chica en mis brazos no pude evitar tranquilizarme tan solo con verla, ella podía hacer que mi corazón se acelerara y se calmara al mismo tiempo.

"No. No me importa si él creía que estaba en peligro, ¡lo cual es una estupidez! No hay forma que lo perdone por comportarse así. Nadie te pondrá las manos encima mientras yo esté ahí."

Sabía que me escuchaba sobreprotector pero cuando la escuché soltar una risita la voltee a ver. Todo el oro en el mundo no se podía comparar con el amor y admiración que brillaba en sus ojos dorados en ese momento.

Fue entonces cuando llegamos a la entrada de su apartamento. Sus brillantes labios rosados se acercaron a los míos, el aroma del perfume de la villana impregnó mi nariz mientras saboreaba el sabor a fresas de su bálsamo.

Nuestros labios se juntaron y podía sentir todas sus emociones en ese beso fugaz, su amor por mi y su preocupación por nuestra pelea, y la alegría de que ahora tuviéramos un obstáculo menos del cual preocuparnos. Antes de que pudiera en verdad disfrutar el momento ella se apartó con una sonrisa pícara en su rostro. "Tengo que entrar y tú tienes que regresar antes del toque de queda o nunca te dejaran salir otra vez."

Solté una carcajada, pero mientras una mueca sonriente se formaba en mi rostro lo único en lo que podía pensar era en acurrucarme con ella debajo de las sábanas. Dios, sonaba tan patético pero eso tenía las dos cosas que amaba más; dormir y Himiko.

"No, no me hagas esa cara." Sus ojos dorados parecían más afilados cuando apretó los labios e hizo un puchero. "¿Que cara?" Lamí mis labios mientras me inclinaba hacia ella, a solo centímetros de sus labios mientras ella colocaba una mano sobre mi pecho.

"Esa cara que dice 'quiero que grites mi nombre'. Créeme, no quisiera nada más que montarte después de la cantidad de sexualidad que demostraste esta noche, pero necesitas volver. Tienes entrenamiento en la mañana."

Gruñí porque sabía que tenía razón pero eso no significaba que me gustara. Maldije entre dientes antes de darle un rápido beso en el cachete y baje los escalones de un salto, el viento helado golpeándome al girar.

Himiko me miró con confusión en sus grandes ojos dorados mientras guardaba mis manos en mis bolsillos. "Metete, no me voy a ir hasta que escuche el cerrojo." Sabia que puse mi voz muy seria pero por algún motivo ella se rio. "¿Que?"

Ella sacudió su cabeza tristemente pero podía ver la expresión de diversión en su rostro al mandarme un beso antes de entrar a su apartamento, azotó la puesta y con un último 'thud' aseguro la puerta.

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Ahora de vuelta al infierno. No puedo creer que estoy diciendo esto pero extraño vivir con mis padres. Por lo menos en casa no me bombardearon con molestos argumentos y ruidosas preguntas pero no el dormitorio. Aquí todo lo que hacía era molestarme o se gritaban unos a otros, nunca había un momento de paz.

Estar despierto tan temprano apestaba. Arrastraba los pies sin vida sobre el piso de metal del cuarto de examinado, el resto de la clase venía detrás de mí tratando de no hacer ningún sonido. Puede que haya explotado un poco en la mañana pero qué podía decir, estaba cansado.

Gruño una serie de maldiciones entre dientes, ¿Quién nos hacía entrenar tan temprano en un sábado? Ni siquiera yo me presionó tanto. Más insultos dejaron mis labios mientras llegábamos a un salón con tres largas pantallas con Eraserhead y All Might parados frente a ellas.