Capítulo 6:Katsuki POV
"¡Bro, levántate! ¡Sal de la cama Katsuki!" Escuche la voz ruidosa de Kirishima gritando y gruñó frustrado mientras rodaba sobre mi espalda. Cuando abrí la puerta vi su ceño fruncido marcado mientras me mostraba su teléfono. "Tu mama me ha estado llamando sin parar, me desperto."
Sentí mi garganta seca como si fuera un desierto y solo asentía con la cabeza, frotándome un ojo mientras me empezaba a despertar. Pude escuchar los pasos de Kirishima mientras se empezaba a alejar y pensé que este era el mejor momento para hacerlo. "¡Espera Kirishima!" Sentí mi garganta irritada mientras hablaba.
Escuche como se detuvo abruptamente mientras mis ojos se ajustaban a la luz del pasillo y vi su cabello rojo brillante y caído en vez de puntiagudo como de costumbre, sus ojos rojos me observaban igual de cansados que los míos, lo que hizo que sonriera auténticamente. "Lo lamento, no solo por despertarte sino también por mi actitud imbécil de ayer. Fue una mala mañana."
Mientras hablaba no pude evitar sorprenderme por cuan sentido me escuchaba, quise sonar más estoico como si no me importara que estuviera enojado conmigo pero no pude ocultar la culpa que sentía en mi voz. Dios, era demasiado temprano.
Pero la sinceridad funcionó al ver a Kirishima darme su mueca de siempre y asintió su cabeza felizmente antes de volver a caminar por el pasillo. Cuando escuche su puerta azotándose hice lo mismo antes de volver a mi cama, acostándome boca arriba y mirando fijamente al techo antes de decidirme a tomar el teléfono. Una foto de mi madre apareció en la pantalla, su mirada roja y enojada me daba escalofríos.
"Me va a matar, de eso estoy seguro. Especialmente cuando vea el chupetón en mi cuello." Pensé mientras dejaba un gruñido cansado antes de apretar el botón verde para contestar. El sonido de los gritos de mi madre y mi padre tratando de calmarla en el fondo salió de mi teléfono, como se notaba que no había visto que conteste el teléfono. Me preguntaba cuántas veces llamó desde ayer.
Deje salir un leve quejido mientras me enrollaba entre mis sábanas antes de decidir hablar. "Ma, apúrate. Estoy cansado y son las..." Miré momentáneamente mi teléfono para checar la hora cuando de repente apareció mi alarma. Eran las putas 6 de la mañana.
Trate de no alzar mi voz y mantenerla en un volumen bajo antes de hablar otra vez. "¿Por qué me estás llamando a las 6 de la mañana de todas formas?" Sentí como unas manos frías y huesudas apretaban mi corazón mientras veía como tomaba aire como hacía cada vez que se preparaba para gritar hasta que mis oídos explotaran.
"¡¿Tu me preguntas a mi que hago, pequeño bastardo?! ¿Qué es eso de que llegas media hora tarde a clases? ¿Y luego te castigaron pero nunca volviste a los dormitorios? Para cuando regresaste, ¿Qué horas eran exactamente?" Su tono acusante no quedaba con la voz maternal que intentaba hacer en estos momentos. Estaba seguro que si hubiera estado ahí ella habría entrado a mi cuarto a la fuerza y me gritaría con sus manos posadas sobre sus caderas mientras me daba una de sus miradas fulminantes.
Voltee los ojos mientras sentía como mis ojos se empezaban a cansar. "No lo sé, como la una de la mañana creo. Pero surgió algo en el centro, no fue la gran cosa así que no me molestes." Tome un gran respiro mientras los recuerdos de lo que pasó anoche me llegaban. El dulzor de sus suaves labios, su aroma a pétalos de rosas, sus ojos dorados llenos de lujuria. El solo recordar lo que pasó anoche era suficiente para hacer una tienda de acampar en mis pantalones.
"¿No fue para tanto? ¡¿Estas mal de la cabeza?! Después de las juntas de hoy tendremos una platica." ¿Abrí los ojos confundido, de qué demonios estaba hablando? "¿Que junta?" Mi madre soltó una risa furiosa antes de decir palabra con palabra como si yo fuera estúpido.
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El héroe y la villana.
RomanceCuando Katsuki Bakugo fue tomado por los villanos, conoció a una chica que era a la vez impresionante e intensa, ahora semanas después ella todavía seguía en su mente. Después de una fatídica mañana se encuentra con ella y descubre que el sentimient...