Narradora
La joven ambarina se las arregló para curiosear por el establecimiento durante los descansos en busca del dueño de aquella familiar fragancia.
Así paso el tiempo y finalmente, la última clase había comenzado y la peliazul llegaba con diez minutos de retraso. – Maldita sea, jamás me acostumbraré a los horarios humanos... – se decía mentalmente.
– Oye tú, ¿eres de la clase 1-A? ¿no deberías estar ya en el aula? – se oyó una perezosa voz detrás suyo.
Había sido tomada por sorpresa nuevamente, comenzando a creer que era costumbre humana asustar a otros. – ¡S-sí señor! Lo siento, me perdí en los múltiples pasillos del establecimiento... – se excusó con nerviosismo, volteando lentamente para ver al dueño de aquella voz.
Una vez volteo por completo, divisó frente a ella a un hombre alto de larga cabellera azabache. – Tranquila niña, solo pregunte... soy el profesor de literatura, y también voy tarde, así que relájate... – habló inexpresivo para luego bostezar.
Aoi suavizó su expresión ante la despreocupación del mayor, e intentó contener una sonrisa de simpatía. – Si sensei... gracias –
– Como sea, dejemos de perder el tiempo – agregó mientras hacía señas a la joven de que entrase primero. – Tomen asiento jóvenes, ya empezó la clase. Muy bien yo soy su profesor de Literatura, Shota Aizawa, me gustaría oír sus presentaciones para así conocerlos mejor... –
Mientras el profesor comenzaba a llamar a los alumnos con total pereza en su hablar, para que se presentaran uno por uno como era costumbre con los jóvenes de primero, la ambarina tomaba asiento en uno de los escritorios libres junto a la ventana, la cual tenía una amplia vista hacia el campo de entrenamiento.
Por supuesto, prestar atención a las presentaciones de sus compañeros no eran de gran importancia para la chica, jamás había dado una pero le daba igual. Razón por la cual se dedicó a observar por la ventana como los alumnos mayores que se encontraban frente al edificio de aulas, realizaban sus rutinas de calentamiento antes de empezar a trotar por todo el campo.
La joven kitsune se preguntaba si ahí estaría Hitoshi, el humano que había conocido hace unas horas, mientras lo buscaba con la mirada. Pero algo detuvo su búsqueda rotundamente.
Entre todos los alumnos se encontraba alguien en particular, sus cabellos rubios desordenados y su rostro tan poco amigable, sin duda era aquel niño. – Con que ese aroma familiar era tuyo... –
Sin razón alguna sus latidos se aceleraron, y la inquietud logro dominarla al entender que no podía ser mera casualidad. Después de todo era claro que ella estaba ahí por obra de la deidad del sol, por lo que no le extrañaría no ser la única espíritu en ese lugar.
Al otro lado, en el patío de entrenamiento, los jóvenes de segundo se preparaban para empezar la clase de educación física.
– Oye Bro, hoy estas extraño, te veo demasiado tranquilo... es aterrador – decía Kirishima burlándose del rubio cenizo.
El de orbes rubíes no tardó mucho en fruncir el ceño ante la interrupción de sus pensamientos. – Metete en tus propios asuntos... – soltó con frialdad.
– Ya hermano, dinos que tienes, ¿acaso es una chica? – soltaba animado Denki.
Como era de esperarse, no le tomó mucho al rubio cenizo acabar perdiendo su poca paciencia al oír las palabras de Kaminari, quien logró que su tranquilidad de hace unos segundos se fuera al demonio. – ¡DIJE QUE SE METIERAN EN SUS MIERDEROS ASunt...! –
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Un azul Irresistible (Aizawa/Shinso/Bakugo x Reader/OC)
FanfictionBienvenida a tu nueva aventura mi dulce reader. Esta vez, serás una traviesa Kitsune, una espíritu zorro salvaje, que solo busca divertirse. Lamentablemente tu particular forma de ser te llevará a cometer un "pequeño" error y deberás ser castigada p...