Capítulo 16 - La verdad expuesta

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—¿Papá, tú qué carajo haces aquí y así? No estoy entendiendo nada, a ver, ¿Qué está sucediendo? Estás ajustándome —le grité asustada, sólo quiero ver que Max esté bien y entender lo que está sucediendo.

—No te preocupes cariño, sabrás toda la verdad, no te preocupes, solo es cuestión de que nos acompañes mientras los idiotas que controlaba Juca hacen todas sus porquerías esta noche. Ven con nosotros —responde mi papá.

—¿"Nosotros"? ¿Chris qué tiene que ver en todo esto?

—Ese señor está loco, apuñaló a una señora sólo porque... —murmura Johana que aún es inmovilizada por Chris.

—¡Silencio! —le ordena Chris sacudiéndola.

—Está bien Christopher, déjala que se vaya —le indica papá.

—Pero jefe, irá a buscar ayuda.

—Suéltala —le ordena otra vez mi papá.

—Sí jefe — asiente Chris y deja libre a Johana, ella retrocede aún alterada y empieza a alejarse.

—Vámonos —ordena papá.

—¿A dónde me llevas? ¿Y dónde está Max?

—¿Quieres saber dónde está? Entonces ven con nosotros y no lo vuelvas más complicado.

Chris me toma para evitar que yo escape mientras papá va acompañado por dos tipos más y nos dirige a una camioneta con una caja enorme dentro de ella, me obliga a entrar.

Max está allí con las manos atadas hacia atrás, Chris y papá también entran y cierra la caja, papá le da la orden a uno de esos tipos que nos lleve un poco más lejos y podemos sentir la camioneta avanzar.

—¿Max estás bien?—le pregunto asustada.

—Sí, no te preocupes —afirma.

—Ahora sí, quiero saber qué mierda está sucediendo, no me hagan esperar y hablen de una vez.

—Todo comenzó cuando mamá falleció. Ella era una mujer muy hermosa, siempre nos protegió, hasta que un día los malditos que lideraban la colonia aquí en Rio nos asaltaron, nosotros no teníamos ni un solo real y no nos creyeron. Le dieron dos tiros a mamá y mi hermano; me dejaron solo —murmuró papá bajando la mirada —. No me iba a quedar de brazos cruzados, así que le entré. Recién comenzaba el grupito que empezaría su propio comercio y tráfico de drogas, me prometí conseguir un arma sólo para explotarle los sesos a Jonatan y Tobías, y no estuve más felíz que ese día que lo logré; todo marchaba genial para mí, pero en nuestro grupo uno de ellos no sólo quería traficar drogas, también quería optar por órganos; pero matar niños no era algo que nosotros quisiéramos, así que se separó de nosotros y convenció a otros a sumarse a su nuevo y sangriento emprendimiento, pero Juan Carlos guardó un resentimiento conmigo por la muerte de Jonatan y Tobías y nos amenazó a no regresar a Rio, él tenía pruebas que me incriminaban por la desaparición de Jonatan y Tobías. Aunque a nadie le importaban esos idiotas, así como otros contactos que no tenían una buena reputación.
Yo no acepté, pero él me hizo una mala jugada e hizo que me secuestraran y sacaran del país, perdido en un extraño pueblo conocí una hermosa mujer, me enamoré de ella, y con el paso del tiempo me alejé de las cosas que antes había hecho, de mi ambición; yo quería un futuro con ella, un bebé estaba en camino, pero necesitaba dinero en ese momento para darle una vida digna, no podíamos estar en la calle, así que mi antiguo yo volvió a salir a flote. Pero Juan Carlos se enteró de todo, él pensó que con quienes armó planes habían cumplido con todo, el plan original era terminar con mi vida, así que durante años instaló espías por todos lados, especialmente cuando supo de mi triunfo en todo el lugar, mis tres casas, mi hermosa compañera y mi lujosa y adinerada vida de mierda. Juan tenía enemigos, así que armé alianzas para poder terminar con todo su clan, ya lo teníamos, pero escapó y su amenaza volvió, y ahora había arriesgado a mi familia. Pensé en olvidarme de todo, hasta que mi hija se arriesga a viajar a Rio después de ver a su novio con otra, se suponía que no volvería a pasar...

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