20. La noche de anoche Pte. 1

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-¿Labial rojo? Si te vas con alguien me avisas- dijo guiñándole el ojo a su amigo.

-Con todo esto me siento realmente bien, unos besos no le hacen mal a nadie ¿no?- respondio. En cuanto estuvieron listos tomaron el primer taxi que paso frente al edificio, despertando el interes en los hombres que "las veian".

-Al club "Nuba" por favor.



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La musica a todo volumen y las luces volvían la noche mas divertida y pasional. Gente de todos lados disfrutaban de la hermosa noche Parisina. Coqueteos, miradas y gestos no faltaban entre los jovenes.

Dos mujeres se acercaron a los dos hombres que aun esperaban sus tragos en la barra. Eran hermosas incluso Minos llego a pensar que tal vez eran modelos, una conversacion amena inicio una lo que podia se una venturosa noche. Kardia se acerco mas hacia la joven de cabello rubio, esbelta y con un gran busto, Minos por su parte se quedo hablando con la joven de menor estatura, pero con unas curvas bien proporcionadas y cabello negro lacio. Los cuatro venian tomando algunos tragos, desordenando sus estabilidades y aumentando la temperatura. Por supuesto que algunos besos y caricias no se hicieron esperar.

-¡GERALDINE ESPÉRAME!- grito una voz no tan aguda como se esperaria de una mujer. Kardia aparto a la rubia e inmediatamente giro su mirada de donde provenía el grito. Visualizo a una mujer de cabellos celestes algo desesperada llamando a su amiga. En cuanto la vio se quedo nuevamente hipnotizado; su cabello esmeralda, sostenido por una coleta larga que acariciaba su espalda desnuda, tan tersa a la vista. Su escote cerrado terminaba en un lazo que se ajustaba a su nuca, mostrando su cuello elegantemente y ni mencionar el final, el vestido daba una perfecta imagen de sus piernas y su trasero realzado aun mas por los tacones aguja que traía. Un flequillo que encajaba a los laterales de su pequeño rostro la hacían verse hermosa y fina, sus ojos maquillados levemente, haciendo que lo que resaltara fueron sus carnosos labios escarlata, un deleite a simple vista. Kardia no sabia si esa mujer venia del cielo o del mismo infierno.

-Pense que estabas en el baño y sali a buscarte- respondió el mayor.

-¿En serio? Yo también pensé que estabas allí, pero no quiero perderme ahora, hay mucha gente.

-Minos, ¿ya viste quien ahi?...¿eh? ¿Minos?- volteo al costado para llamar la atención de su amigo pero todo se fue al diablo cuando lo vio avanzar hacia aquellas mujeres dejando molesta a la chica con la que estaba hace un rato. 

Si bien habia tenido previas oportunidades para reconocer su belleza hoy se le hizo sublime. Una falda suelta azabache que ajustaba su delgada cintura con una camisa blanca amarrada y su cabello totalmente suelto le daban un aura de inocencia y rebeldia a la vez. Llevaba unos borcegos con una plataforma media, cualquier prenda en ella se veria perfecta. Sus ojos delineados y con sus pestañas arqueadas hacian sobresalir honorablemente sus orbes azules adornados por ese elegante lunar. Minos aspiro un dulce aroma, esa chica no tenia semejanza con nadie, era simplemente perfecta en cualquier aspecto, a Minos no le cabia duda que haria todo lo posible para conquistarla.

-En verdad el destino nos esta uniendo- las chicas miraron incrédulas al albino, al parecer una buena noche de "amigas" había culminado. Y sobre todo por el idiota de cabello azul que venia atras.

-De todos los clubes de TODO PARÍS, en serio, ¿no tenían otro lugar?- cuestiono albafica algo irritado.

-Pense que empezabamos a llevarnos mejor.

-Pero eso no significa que tengamos que cruzarnos siempre ¿no?

-Créeme, ni yo me lo esperaba, pense que te gustaba quedarte en casa a comer o ver una pelicula.

-Las dos juntas y si me gusta, pero tambien quería despejarme.

-¡OYE TU!- la mujer que se encontraba anteriormente con Minos fui directamente a atacar al peliceleste- ¡Ve y consiguete lo tuyo pedazo de zorra!-la morena entro en cólera cuando vio como el albino hablaba tan cómodamente con aquella mujer, no dejaría que su presa le fuera arrebatada tan fácil. 

-¿Que crees...que estas haciendo?- contesto seriamente el diseñador, al ver que la mujer levantaba su mano en contra de Albafica. 

-Ah~- suspiro- su escena esta entretenida pero vine a bailar y divertirme ¿si? arreglen sus tonterias solos, yo me retiro-Albafica dio media vuelta y se fue esperando que su amigo también lo siguiera si no fuera por una mano intrusa que lo detuvo.

-G-geraldine...-viro hacia el extraño que había tomado su brazo, tenia los ojos brillosos como si hubiera recibido el mejor regalo de cumpleaños que pudieras darle a un niño. Y su sonrisa, alegre y traviesa.

-Vaya, me agarraste a tiempo- le devolvió la sonrisa. 

-¿Quieres tomar algo?

-¿No vendrá alguna loca a atacarme a mi también?

-Esas cosas solo le pasan a Minos, yo tengo mas suerte, por algo estas aquí- no respondió a eso y solo acepto la invitación, después de todo no había olvidado la apuesta. Los dos se apartaron del resto, instalándose en un pequeño cubículo que aunque no era tan privado, cualquier cosa que sucediera allí pasaría desapercibido. Pidieron sus respectivos tragos y para comenzar el ambiente fue Degel el que comenzo a hablar.

-Bueno, dudo que Minos haya dejado a Albafica, deben estar juntos, en todo caso si Albafica me llama tendré que irme- sus tragos ya estaban servidos a lo cual cada uno se dedico a darles un sorbo, aunque uno de ellos ya tenia unos cuantos encima. 

-Hoy en verdad fue un día de sorpresas, primero mi hermano y su pareja y luego encontrarte a ti, en verdad...eres hermosa- las mejillas de Degel ardieron ante ese cumplido que mas que un simple coqueteo sonó a una confesión sincera.

-¿Hermano?-pregunto cambiando de tema, a la vez que cruzaba sus piernas que hacian que su sensualidad aumentara. El contrario trato de mantener la compostura.

-Asi es, vino con su novio, y ahora que lo recuerdo...me recuerda un poco a ti. Se llama Cal..., no, Camus.

-¡¿CAMUS?!- llamo la atencion de algunos con el grito que dio al escuchar aquel nombre.

-Lo sabia, ¿el es algo tuyo no?

-Es mi hermano menor, pero no entiendo que hace aquí.

-Créeme ni yo me esperaba que ellos vinieran.

-Debo saber donde esta, por favor- suplico ya olvidandose la diversión de la noche.

-De acuerdo te llevare, tranquila...

-¿Tienes tu auto aqui verdad? No conduciras en ese estado.

-No te precupes, estan en la casa de Minos y no es tan lejos, pero me alegra te preocupes mi- confenso con el habla entorpecida levantandose de su lugar.

-Por nuestras vidas. Vamonos.









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Holaa

aclaro que los borcegos son los tumbacerros nose como se les dicen en el lugar donde vivan.

Empezamos con un capitulo divido, no queria hacerlo muy largo y me gusta dejarselo picando

bueno nos vemos en otra act!





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