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22. Yo gané.

"Cuarenta y cuatro...cuarenta y cinco...cuarenta y seis..."

-No llegaras ni a la  número cien y estarás durmiendo- Minos viro hacia su costado contemplando la expresión de aburrimiento de su acompañante.

-¿No deberías tener tu vista al frente?- respondió el peliceleste con irritación.- Ademas contar las luces de la autopista es mejor que ver tu cara.

-Creí que habíamos mejorado algo...¿o que? ¿solo te comportas así conmigo?- cuestiono cansado de su actitud. Albafica ya comenzaba a arrepentirse de la apuesta con Dégel 

-Solo quería pasarla bien y mira...sabrán los dioses donde están Geraldine y tu amigo.

-Kardia sera un idiota pero no dejaría que algo malo le sucediera a ella. Ademas son adultos, saben lo que hacen, sea que sea lo que vayan a hacer- cambio de dirección hacia un camino mas frondoso.

-Si, claro- respondió sin percatarse del cambio de rumbo.

- ¿Quieres apostar? estoy 99% seguro de que Kardia no tuvo ni un poco de tu amiga esta noche.

-¿En verdad? Pues no me queda mas opción que apostar por lo contrario- lo miro como si demostrara seguridad pero en el fondo sabia que tenia probabilidades elevadas de perder.

-¿Y que es lo que gano si acerté?

-Bueno eso lo decidirá el que gane en el momento que sepamos quien es el ganador.

-Perfecto- contesto el mayor volviendo su vista al frente con una expresión satisfactoria.

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-¿Y cuanto mas tenemos que esperar?- pregunto el pelirrojo mientras se acostaba de manera estrepitosa en la cama de un cuarto de un hotel al cual no quería venir.

-Solo hasta que Minos me llame para volver- contesto estando de espalda mientras revisaba su celular en caso de algún mensaje perdido.

-Vaya...¿en verdad tu hermano pensó que te daría mi virginidad tan fácil?- confeso recordando lo molesto que se oía con Milo en el teléfono.

-Es normal que se haya preocupado, después de todo quien se resistiría a mis encantos- contesto llevando su cabello hacia atrás de una manera seductora que no le movió ni un pelo al contrario.

-Lo que digas, solo quiero terminar esto rápido, tengo sueño sabes- respondió luego de llevar una almohada hacia su cara.

-Uf, en ese caso podríamos aprovechar el tiempo, petit - en un rápido movimiento el rubio se saco la remera que traía puesta y se posiciono delicada pero rápidamente sobre su novio. Ya a centímetros de su cara retiro la almohada dejando ver la expresión de coraje del menor.

-Ya te dije que así no, baboso- con toda su fuerza reunida le dio un almohadazo dejando al griego semidesnudo un metro lejos de el. Tenia suerte de que la cama fuera matrimonial-

-Sabes algo, tienes mas fuerza de la que aparentas. Eso me dolió.

-Mm, parece que el de pelos de pastor ingles te esta llamando- señalo el teléfono de su pareja con una llamada entrante.