Oportunidad

284 44 1
                                    

Hinata

—Hey, ¿Hina? ¿Está todo bien?

Sacudo la cabeza alejando aquellas imágenes de la mente.

—Si —volteo a verlo—. No es nada Omoi-san —intento restarle importancia—. Además, no me llames así —espeto al instante.

No debía olvidarlo, nadie tiene que hacerlo.

—Oh, lo siento —frota su cuello consciente del error.

Exhalo—Esta bien, solo ten cuidado por favor —intento sonreir—. Realmente me encuentro bien.

—Pues eso no es lo que parece —interviene Karui—. Y tampoco te atrevas a negarlo.

Bajo la cabeza a mis pies incapaz de contradecir.

—Lo siento chicos —miro ha ambos—. Yo de verdad, solo... No volverá ocurrir, no me distraere —musito con seguridad.

Sin embargo, no creía ser capaz de hacerlo.

Los nervios no se iban de mi lado, mucho menos la ansiedad, felicidad y sobretodo, el miedo.

Salta del árbol donde descansaba—Esta bien, no tienes que disculparte Hinata. No te culpamos, es normal que te sientas así después de tanto años, ¿O no Karui?

No tenían remedio. No al oír mi nombre de nuevo.

—Mientras no tengamos problemas ni olvidemos por qué estamos aquí, no los hay —impone.

—Chicos... —no hay manera en que pueda verles de frente sin sentirme culpable.

«Si supieran lo que sucedió»el cosquilleo en mis dedos se presenta recordando aquella familiar sensación.

Si tan solo pudiera decirles y no sentirme así...

Admiro mis compañeros de equipo, no podía hacerles esto. No cuando estaban hasta el cuello por mi y con las mismas de perder al mínimo error, equivocacion o roce posible.

«Pero no pueden saber lo que ocurrió»determino consciente de las. consecuencias.

A pesar de todo, está situación es personal, ajenas a ellos dos.

—Ahora entiendo lo que es al amor —habla mientras mastica el dulce en su mano.

Sonrío ante su comportamiento.

No podía arruinarlo, no ahora que hemos llegado demasiado lejos.
Desaprovechar esta oportunidad, sería imperdonable.

—¡No hables con la boca llena! —reprocha cruzada de brazos—. ¡Eres un cerdo Omoi!

—Es que esto... —fija la vista al palillo casi vacío—. Está tan sabroso, la comida aquí... ¡Es triste que Killer Bee-sama se esté perdiendo de esto!

—En lugar de preocuparme por Hinata, debería preocuparme por ti —añade molesta.

«Killer Bee-sama...»alzo la vista el cielo sobre las nubes que se mueven por el viento.

Solo así puedo asegurarme que esto que ocurría no es un sueño ni alguna técnica ilusoria, completamente real.

—Bien, es mejor que sigamos practicando. Ha terminado su descanso de cinco minutos —anuncia el Jounin de pronto a pocos metros de nosotros.

Desciendo la cabeza, claro que esto es tan real como el jounin que nos asignaron como instructor temporal.

El ninja que nos vigila las 24 horas del día sin pestañear como sombra.

Traga el último dulce—Bien, por qué no lo dejaré fácil está vez —desenfunda la katana iniciando a correr.

Imitó su movimiento deteniendo la hoja de su arma a tiempo, aplicamos fuerza mientras nos miramos enfrentando metal contra metal.

Deber HyugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora