Limites

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Hinata

Un espasmo, un hormigueo, un presentimiento, una oscuridad tan absorbente que soy incapaz de manejar.

Respiro, doy bocanadas profundas en un ambiente distinto, mis pupilas se dilatan de la repentina iluminación que choca conmigo. Levanto la mano para protegerme de la molesta luz, regulo el oxígeno adentrándose a mi cuerpo.
Proceso, regularizo, descifró.

«¿Eh?»observo un cable conectado por debajo de mi piel introducido en la misma vena del brazo.

Pitidos, una ligera brisa, pasos lejanos, paredes blancas, un monitor a mi izquierda, sábana arriba, cama debajo, olor a higiene y antiséptico llegan a mis fosas nasales. Todo apunta un hospital.

Muevo las manos al rostro, palmeo las mejillas con dolor, giro el rostro la ventana. Orbes azules, un cabello rubio me devuelven la mirada.

—Fiuu... —dejo libre un suspiro de alivio.

Aún así no podía tranquilizarme, no sin saber todos los detalles ocurridos.

Deslizó el cuerpo a la orilla de la cama, piso un suelo frío y avanzó para ver de cerca el rostro de mi compañero totalmente dormido en una silla fija a mi dirección.

«Gracias Omoi-san»deposito los labios un segundo en su mejilla, un gesto sincero.

Las sombras debajo de sus ojos, el sabor salado en la boca y lo sucio de su ropa, sobretodo el no haber reaccionado radica no haberse marchado por nada de las instalaciones para estar lo suficientemente cansado.

Girando tomo el catéter del brazo, quitó la cinta de seda, cuidadosamente retiro la aguja y cubro de nuevo evitando la sangre emanar con la presión de mis dedos.

«Alguien viene»detecto lo imperceptible.

Una silueta resalta detrás de la ventana de la puerta para deslizarse sin previo aviso.

La respiración se me corta.

—Tiempo sin vernos —orbes peculiares enfocan sobre mi.

Trago profundo inmóvil contemplando la persona adelante, podría ser un mal sueño o una ilusión. Aunque engañarme no resultaría fácil ni lo mejor.

Pasible, da un paso adentrándose a la habitación y cerrar a sus espaldas.

—Y-Yo...

—Deseo una audiencia contigo para hablar, preferencia a solas.

La formalidad sale de manera tan natural que me deje helada por un momento.

«A solas»termino de repetir.

No es necesario decir que se refiere a mi compañero que duerme babeando sobre la almohada a pierna suelta.

Rota sobre su eje—Sera bueno que me sigas —abre la puerta saliendo—. No contamos con mucho tiempo.

Las estrellas en lo alto observan desde arriba sobre nosotros. La ausencia de viento o movimiento convoca un placentero silencio, una atmósfera segura y una acumulación de palabras en la boca.

¿Que tan importante es para desear verme de cara? El que haya hecho todos esos arreglos... ¿Por qué no soy capaz de leerlo aún después de tanto tiempo?

Presiona sus labios y los separa—Ire directo al grano —no pestañea—. Se lo sucedido con Hanabi —articula.

Sostengo la mirada contra la suya, tan inexpresiva.

Es un hecho que daba por sentado, la pregunta es por qué lo mencionaba.

—La cadena de sucesos fue lo que me llevo a una decisión —toma aire—. Le he dicho la verdad a Hanabi y a Neji sobre lo ocurrido años atrás.

Deber HyugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora