Hinata
—No deberíamos hacer esto.
Es verdad, no deberíamos y sin embargo, saltamos árboles tras árbol por un acto de pura impulsividad propia e inconsciente al segundo siguiente.
No, más bien lo definire como un acto necesario pero no justificable.
—Cargare con la culpa y si es peligroso, no duden en marcharse —alerto con la mirada a un punto alto a distancia.
No es nuestra misión, no es nuestro problema y sobretodo no es nuestra Aldea.
Aunque nadie se molesta en expresarlo en palabras.
—Tres personas, todas poderosas —informo a la par que un par de ojos extraños me enfrentan—. Nos han percibido —acelero el paso no teniendo caso ir con cuidado.
Gira el caramelo en la boca y rie, una risa nerviosa con un toque de temor.
Iguala la velocidad—¿Cuál es el plan? Realmente sigo pensando que no es una buena idea.
—Sencillamente por qué no lo es —justifica Karui enterrando sus ojos ambar a una dirección—. No tiene sentido.
Parte de ella lo veía como una oportunidad, una esperanza de lo que creía con fuerza. En tanto otra odiaba, ansiaba lo peor para el responsable de nuestra agonía.
Contraígo la manos—Lo se, no lo tiene —admito la cruel verdad.
Aún así, algo, una extraña sensación llamaba con fuerza que lo hiciera, que sería aquello que yo...
—No haremos actos imprudentes quiero creer —habla Karui sin disminuir la intensidad de mirada y empuñando su arma.
«Gracias Karui, solo espero tener razón»empuño igualmente el arma y amasando mi flujo de chakra.
—No, nuestras vidas van primero sobre todo —afirmo deteniendo el paso al gran árbol adelante y visualizando su única entrada.
Un estruendo horroroso, el sonido de quizás un par de costillas rompiendose tendrían sentido.
—Un poderoso doujutsu sin duda el que posees —dedos aprietan la garganta, uñas se entierran en la piel.
Curveo los labios—Y eso que no has visto todo.
Una corriente eléctrica se desata provocando que la mano sea abierta y yo liberada para un respiro. Todo se mueve, todo va tan rápido, todo es un desastre.
Percibo a distancia a Karui y Omoi peleando contra la mujer hecha de papel, ninjutsu o taijutsu no le afectaba. En tanto, miro atrás el cuerpo del chico aún en agonía con esas estacas enterradas por su cuerpo.
—No entiendo por qué peleas —masculle con tono de sorpresa y decaída—. Ni me conoces. Solo estás llevando a tus amigos a la muerte.
Aprieto los dientes tomando una estaca.
El pesimismo de este chico me sacaba de mis cabales. Ni siquiera se ha molestado en ver directamente el panorama ahogándose en su propia autocompasión, su culpabilidad.
—Pelea, eso tienes que hacer estúpido Jinchuriki —libero la primer estaca con una gran opresión sacudiendo cada parte del cuerpo.
Manos son liberadas en tanto dejo caer la estaca en la tierra, un tintineo agudo.
Dolor, inmenso y terrible dolor, inevitablemente caigo de rodillas con el estómago revuelto, la garganta aprisionada, la mente sacudida.
—Esos ojos —una pequeña babosa blanca asoma del cuello del ninja.
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Deber Hyuga
FanfictionEligir su propio destino desencadenó la creación de muchos más.