07 Parte I

89 5 0
                                    

''Give me love like her, cause lately i've been waking up alone. Paint spotted tear drops on my shirt, Told you i'd let them go.''-Ed Sheeran.

El lunes a la mañana fue una tortura para Martina.
La noche del domingo, ella deseo que el tiempo se detuviera ahí, y que sea siempre de noche, o que el fin del mundo se produjera en ese mismo momento pero nada pasó.
Mercedes le llamó al teléfono unas diez veces y Martina, contestó a la décima vez.

La rubia le contó que Sandy no estaba en el Instituto, le había preguntado a la mayoría de los Estudiantes, y ella también recorrió la escuela entera, y no se encontró con ella, ni con sus clones.

Martina seguía teniendo medio, su estómago se retorcía cada vez que pensaba en aquello.
Después de veinte minutos de dar vuelta por toda su habitación, buscó ropa para cambiarse.
Un pantalón negro y una remera del mismo color que decía “New York City”, tomó sus converse blancas, y se las colocó.

En cinco minutos empezaría su clase, y recién salía de la casa, no iba a llegar. Sus ánimos estaban por el suelo, y la idea de que si llegaba a ir le lastimarían, no era buena. Así que todo estaba en su contra.

Acomodó su morral, la cinta que le atravesaba el pecho, le molestaba… Y sus anteojos, igual. Aún no le dieron los nuevos lentes de contacto que encargó, los otros estaban por algún lado del salón, era imposible encontrarlo.

Tenía los ojos de su madre, y esa era una de las tantas razones por las que no le gustaban. Le recordaban a ella, y eso significa sentir pena, dolor, y sufrir porque no está más.

Entre pensamientos, y discusiones con su mente, llegó a la escuela.

Hace quince minutos que la clase había empezado.

La mandarían a castigo si entraba ahora pero, prefería eso antes de encontrar a Sandy con sus clones intentando pegarle.

Cuando sintió una mano en su hombro, un escalofrío le recorrió el cuerpo de arriba abajo. Se tensó, rogó que no fuera Sandy, y así fue…

Era Jorge. Martina rodó los ojos cuando le vio con una sonrisa maliciosa en la cara. Movió su hombro quitando la mano de él.

—Has venido, perrito. —Le acarició la cara y le sonrió.

Y ahí fue cuando Martina empezó a temblar.

Estaban en medio del pasillo que conectaba a todos los otros.

Por uno de estos, salió Sandy con sus clones, quienes estaban vestidas con su uniforme de porristas.

Sandy se acercó a su novio, y le besó, se veía ambas lenguas jugar una con la otra. Jorge le tocó el trasero, levantando su vestido, y ella, llevó sus manos por debajo de su remera.

Se despidieron, y Jorge miró a Martina una última vez para luego, darse media vuelta e irse por un pasillo.

—Que valiente que resultaste ser, Martina. —Dijo Sandy caminando alrededor de ella con los brazos cruzados por su pecho.

Martina respiró profundamente.

« No. Por favor. No. »

—De todas maneras, si hoy no venías al Instituto, te iríamos a buscar.
— ¿Qué van a hacerme?
—Algo que te quedará marcado de por vida, cielo.


{…}


La mochila de Martina estaba tirada en el piso cuando Mercedes la encontró. Cuando alzó la vista vio a Jorge caminando con sus manos en los bolsillos, tomó el morral de su amiga y caminó hacía él. Le pegó con el mismo en medio del pecho.

El chico levantó la vista, y encontró a la rubia con el ceño fruncido. Después miró hacia lo que sostenía, y entendió que estaba buscando a su amiga.

Jorge negó con la cabeza, y levantó los hombros. Siguió caminando.

— ¡Para ahí! —Le gritó.

Caminó donde él.

—Sabes dónde está, y me lo vas a decir, Blanco. —Se le acercó.

Jorge rió con ganas, y se alejó.

—Rubia, no sé donde está…

Mercedes soltó una carcajada, y cuando él empezó a caminar de nuevo, ella lo tomó del brazo, y le detuvo.

—Me dices donde está, o yo lastimaré a tu novia hasta que se quede sin su cabellera. —Le guiño un ojo, y Jorge negó con la cabeza con una sonrisa en la cara.


{…}


Jorge la condujo hasta el lugar donde le dijo que estaba. Cuando llegaron, encontraron a Sandy sacando una navaja pequeña de su bolso, y le apuntó.

Martina tenía moretones en la cara, y en el cuello, en los brazos, y su remera estaba toda rota, sus zapatillas pasaron a ser grises al igual que su pantalón.

Tosía con dificultad detrás de las vallas de la cancha de futbol.

La boca de Mercedes cayó hacia el suelo al igual que la que Jorge.

Mercedes soltó el bolso y salió corriendo en busca de su amiga, empezó a gritarle a Sandy hasta que ella se dio media vuelta.

Martina estaba casi inconsciente en la tierra.

— ¡Te acercas y se la clavo! —Gritó Sandy con furia.

La rubia paró en seco, y casi cae.

Tenía lágrimas en los ojos, se dio media vuelta para ver a Jorge pero, él ya no estaba. Se había ido.

—Maldito imbécil. —Susurró.
— ¡¿Qué haces aquí?! ¿Quieres sufrir también? —Dijo Sandy y volvió a pegarle una patada a Martina.

Jorge llegó por detrás de Sandy, y la abrazó. Susurró algo a su oído, y tiró la navaja lejos. Ahí fue cuando Mercedes corrió hacia Martina. Al llegar, se tiró a su lado, y tomó su pulso.

Respiraba.

Cuando subió la mirada, los cuatro ya no estaban.

Una lágrima cayó por la cara de Martina.

—Quiero morir. —Dijo, y luego tiró la cabeza para atrás.

Let me die »Adaptada« »Jortini«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora