''Me estas controlando, causas en mi sensaciones que no cualquiera causaría''
De esa salida, su padre no se había enterado aunque cuando encontró todo el sistema roto pensó en que su hija se había escapado ese día pero, Martina le hizo creer lo contrario.Las semanas pasaban totalmente lento, y el mes de castigo no terminaba nunca. Jorge cumplió con lo que había dicho la última noche que tocó la habitación de Martina, a todos lados le seguía, y lo peor de todo es que ella compartía clases con Sandy, y el miedo cuando quedaba sola se apoderaba de su cuerpo... Ella no le hizo nada, nunca le lastimó.
La castaña corría por las puertas del Instituto para salir de ahí lo más rápido posible, pero Jorge estaba contra el auto con los brazos cruzados sobre su pecho.
Martina bufó, y pensó en la idea de ir caminando hacia llegar a su casa que no estaba lejos pero, el auto era de su padre, y lo necesitaba para ir a trabajar en la tarde así que, lo ignoró.
Le trababa la puerta y por eso, no pudo ignorarlo como su mente le reclamaba aunque, en parte quería que le hablara... Su voz era seductora.
— ¿No vas a decirme permiso?
Ella le ignoró, intentaba empujarlo pero, él era tan fuerte que eso no era posible.
—Oh, vamos... ¡Estuviste todo el día pegado como un gran dolor en el trasero! —Le gritó, y le empujó de nuevo, se movió dos centímetros pero, eso no servía para poder entrar al coche.
—Me gusta saber que soy la razón de tu malhumor.
—Eres un hijo de puta, ¿sabías eso? —Abrió la puerta trasera, y tiró su mochila, buscó la llave del auto y volvió a cerrar la puerta. —Muévete.Jorge negó con la cabeza, y acomodó sus lentes de sol. Era irónico, estaba nublado, no había Sol, el cielo estaba completamente gris, y el chico usaba lentes...Martina no entendió si lo hacía para conseguir más chicas porque se veía realmente bien o porque de verdad tenía un gran problema.
—Vale, te resumo esto: Mi papá se tiene que ir a trabajar con el auto, y yo estoy aquí sin poder salir porque un chico —Le señaló. —, está bloqueando la puerta. Así que, permiso. —Jorge se quedó inmóvil. Martina empezaba a perder la poca paciencia que tenía.
Jorge le sonrió, y le corrió un mechón de la cara, la castaña se movió de costado alejándose de él. Fue a la puerta del copiloto, y tiró de la puerta pero, no abrió. La soltó, y tiró de nuevo... Jorge tosió, y sacudió la llave del auto en su mano. Martina tocó su cintura, y vio que las llaves habían desaparecido.
—Imbécil. —Susurró.
Jorge soltó una risa y caminó hacia su coche. Martina corrió detrás de él, y le tomó el brazo dándole la vuelta para que lo mirara. Agarró su mano, y tiró de la llave, prácticamente, se la arrebató. Dio media vuelta, y Jorge llevó las mismas a la cintura de la chica y la devolvió donde antes. Sonrió de lado, y Martina le quitó los lentes y también sonrió.
—No te quejas de esto, ¿o no?
—Suéltame o te los rompo.
Jorge negó con la cabeza, y le acercó más. Un pedacito de la parte superior de los lentes se rompió, y Jorge se mordió el labio. Iba a soltarla, pero tenía mucho más lentes en su casa, y le gustaba el contacto que estaban teniendo.
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Let me die »Adaptada« »Jortini«
Teen Fiction«No vales la pena» «¿Porque no te matas?» «Vete con la imbecil de tu madre» La vida se vive una vez, y Martina tendra que aprender a sobrevivir entre la sociedad