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Si morir a causa de pasar por una vergüenza pura y dura fuese algo posible él estaría más que enterrado en estos momentos.

La situación podría ser peor, lo sabe más no deja de ser extrañamente incómodo el momento con la taza de té ya frío estando olvidada a un lado, su pierna derecha no deja de moverse de arriba abajo buscando así apaciguar un poco los nervios a la expectativa de la respuesta; sus dedos juegan entre ellos bajo su atenta mirada y durante un momento nadie dice nada.

Tampoco espera que esta persona diga algo apenas la bomba fue lanzada, de hecho, si él estuviera en su lugar probablemente la reacción sería peor porque ¿qué podría decir en realidad? ¿qué está bromeando? ¿qué es un tonto que trata de jugar una extraña broma? No es como si Shang Qinghua no supiera, ya que es un tonto y esta persona es lo suficientemente lista para reconocer cuando tratan de jugarle una broma y cuando no; consciente de que Shang Qinghua jamás jugaría con algo como esto.

—Realmente tu estupidez es admirable.

Y bueno sus palabras no le sorprenden. En realidad, era algo que ya esperaba.

—Pepino...

—No, es que no lo estoy diciendo como una broma o para tratarte de hacerte sentir mal —¿se suponía que estúpido era un alago? —. Es que me dices esto y lo primero que me viene a mi mente es la pregunta de si eres un idiota o un particular tipo genio.

Un poco de esto, un poco de aquello.

—No sabría decírtelo con exactitud —admite en un tono lastimoso. Al encontrarse con los ojos verdes que lo miran con interés siento que puede llorar—. ¡No me mires como si fuera un bicho raro!

—Eres un bicho raro, Avión. Estás embarazado—bien, no hay forma en que pueda refutar eso ¡pero que al menos no lo diga así! —. No solo eres un hombre embarazado, eres un hombre embarazado en una novela de semental.

¡Ah, tonto! Si esto desde hace mucho tiempo dejo de ser una novela de semental por tu culpa cuando sedujiste a mi protagonista.

Las fuerzas que tiene para evitar decir algo que pueda irritar a Shen Qingqiu son abismales, él lo ayudara en lo que necesite, lo sabe, pero es preferible hacer las cosas rápido a enojarlo y que este se haga del rogar. No tiene tiempo para eso.

—Esto ahora es más un BL que una novela de semental, hace mucho dejo de serlo es decir acabaste con el harem de Luo Binghe, un harem que me tomo años hacer.

—Terrible harem, por cierto, ridículamente grande incluso para este tipo de novelas.

—¡Se supone que los harems deben ser grandes!

—Pero no tienen que llevar una cantidad tan irreal de esposas, es decir, ¿al menos recuerdas un diez por ciento de las aventuras con mujeres que tuvo el Luo Binghe original?

Decir que las recuerda es una tontería, llego a escribir las escenas de papapa casi que en automático. Probablemente existen más esposas olvidadas en los borradores que posiblemente jamás recuerde.

Frente a él Shen Qingqiu suspira, los ojos verdes mirándolo con seriedad tras dejar su elegante abanico adornado con bellos y delicados patrones de lo que serían ramas con magnolias florecientes a un lado.

—Pero volviendo al tema, no entiendo cómo es que terminaste así. Ni siquiera en las situaciones más bizarras de las situaciones que hemos vivido en este borrador se dieron indicios de que algo como el embarazo masculino fuera posible.

Los ojos de Shen Qingqiu lo escanean de arriba abajo, su tono con obvia intriga. —O es posible si el Shang Qinghua original-

—El Shang Qinghua original fue escrito como un varón completamente, yo te doy fe de ello. Por lo que no hay forma de que esto se diera de manera natural.

Un narciso que brota en invierno; svsssDonde viven las historias. Descúbrelo ahora