Un narciso que brota en invierno; svsss

5.0

Semanas han pasado desde que le contó a Mobei-Jun la verdad sobre su estado y tal como se lo imaginaba ha terminado siendo víctima de cuidados más rigurosos de los que tenía en un principio.

Con Mobei-Jun llevándole a visitar a Mu Qingfang a Qian Cao para que este le dijera qué se podría hacer respecto a la situación de Shang Qinghua lo que ocasiono un pequeño caos por el que después fue reprendido por su shixiong cuando tuvieron un breve momento a solas, al final él terminó pagando las debidas consecuencias por las acciones de su marido gracias a un Mu Qingfang que sabe en donde pegar.

No se terminaron deshaciendo del feto como Mobei-Jun en un inicio quería debido a que el médico de Cang Qiong el cual parece estarse acostumbrando a tratar con tormentosos demonios le termino por explicar la situación usando un tono que denotaba irritación.

—Mobei-Jun, no puedo sacar "la cosa" del cuerpo de mi shidi, ya que no contamos con conocimientos previos sobre una situación similar. Interrumpir el proceso de gestación cuando el feto está dentro de su núcleo dorado puede llegar a tener graves consecuencias para él que es quien hace la función de madre.

Con una mirada afilada acompañada con una sonrisa de comemierda que el hombre no pudo —o quiso— disimular, agrego con el mismo tono condescendiente. —A menos que el Señor del Norte desee exponer a su consorte a una cirugía de la desconocemos su efectividad y no se garantizan resultados favorables, lo más sensato es continuar con el embarazo por el momento.

Si Mobei-Jun no acabo con Mu Qingfang fue gracias a que él es la única esperanza que tienen para resolver todo este embrollo en el que se han metido sin saber cómo.

Lo único que obtuvieron al final del día fue una dieta especial creada por su shixiong en la que se indica cuáles cosas puede comer y cuáles no, bastante peculiar si le dejan opinar pues hay unas cuantas comidas exclusivas de los demonios que está seguro el hombre agrego en parte para cobrarse todos los dolores de cabeza que Shang Qinghua le ha hecho pasar durante los últimos meses.

Si pudiera le reclamaría por su poca profesionalidad, pero lo más probable es que le termine añadiendo algo como escarabajos del mar negro a su receta si le alega algo por lo que opta por callar. Es mejor resignarse que correr más riesgos.

Cuando por petición de una muy insistente mirada de Mobei-Jun pregunto la razón de esa dieta —ya el demonio estaba lo suficientemente ofendido para dirigirle la palabra al otro por lo que sí, termino insistiéndole a su pareja que preguntara como un niño pequeño a su madre—, Mu Qingfang solo dijo que debía mantener un balance entre las comidas de ambos reinos, ya que al ser un híbrido en condiciones especiales no saben con exactitud que es lo mejor para consumir por lo que aposto por una dieta con raciones de la gastronomía del bajo mundo que fueran aptas para su estado.

Si él veía que aquello le hacía daño lo mejor era dejarlas de lado, pero estas mismas comidas son las que se les recomienda a las mujeres con sangre demoniaca cuando están en embarazo por lo que existe la posibilidad de que fuera beneficioso para su salud.

Muy para pesar de Shang Qinghua quien se vio obligado a comer cosas extrañas como la carne de rinoceronte albino y setas del pantano de Feng aquella dieta termino por dar los frutos esperados pues la debilidad que azotaba su cuerpo, así como los frecuentes desmayos mermaron desde que comenzó a consumir los alimentos recetados.

—Qinghua ya no parece un cadáver.

Esas fueron las palabras de su marido una noche antes de irse a dormir después de que el autor le contara con cierto entusiasmo el avance de su libro ese día.

Su rey siempre tan carente de tacto y amabilidad.

A veces desearía ponerle algún tipo de bozal tal como a esos perros enormes que tienen algunos como mascota en su mundo original pues de esta forma podría evitar que Mobei-Jun y su bocotá le metieran en problemas con los demás. Si lo piensa detenidamente Mobei-Jun se parece bastante a uno de esos perros, el demonio es grande, imponente y un peligro potencial si no sabes como educarlo, pero con los debidos cuidados puede ser bastante dulce.