𝐹𝑂𝑅𝐸𝑉𝐸𝑅 | ᴊᴀᴄᴏʙ ʙᴀʀʙᴇʀ [✔]

ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ 1:ʙᴇɴ's ᴅᴇᴀᴛʜ

Capítulo 1:Muerte de Ben.

Lara

Tenía mi mirada fija, en tan solo un punto fuera de la ventana de mi habitación, me gustaba mirarla, puesto claro, la habitación del querido Jacob Barber estaba justo a un lado de la mía–Claro, nuestras casas están casi pegadas–Con sus cortinas grises cerradas.

Termine de abotonar mi blusa, puesto tenía que ir a la escuela, cosa que nunca me agradaba, pero lo toleraba por que de ella depende mi futuro.

Baje junto a mi mochila y unos cuantos libros en mis manos, tenía la manía de hacer todo a última hora y ordenar mis libros para el día siguiente no era la excepción.

-Ven a desayunar o se te hará tarde–Dijo mi madre poniendo un plato en la mesa, con huevos revueltos y dos tocinos.

-Espera, tengo que ordenar mis libros–Respondí haciendo lo antes dicho más rápido, a mamá nunca le gustó que fuera así.

-Te dije ayer que lo hicieras–Me contesto frunciendo el ceño y poniendo sus manos en la cintura como tetera.

-Lo olvidé–Force una sonrisa inocente, a lo que mi madre sólo movió su cabeza en un "no" desaprobando mi comportamiento.

-Bien, tengo que ir a trabajar, desayuna y portate bien–Se acerco a mi y me dio un beso en la frente, seguido camino y abrió la puerta, cruzando esta y desapareciendo de mi vista.

Suspire cansada por el movimiento de mis manos al tratar de ordenar los libros, dejando tirados en el mueble los que hoy no llevaría.

Camine al comedor y me senté en la silla frente al plato bruscamente. Empece a devorar lo que había en el plato, puesto el tiempo se me acababa y además no había cenado y tenía mucha hambre.

Después terminar lo que antes yacía en el plato, lo llevé al fregadero, tomé lo que quedaba de jugo de naranja y me dirigí a mi mochila, tomándola junto a las llaves para así salir de casa.

Me gustaba irme temprano para sentir la tranquilidad de la mañana.

Hoy sería un día bonito, esta nublado, hace frío–Ya que me encantaba el clima–Y no había muchas personas, sin duda, un día encantador a mi parecer.

...

Entre a la escuela, dirigiéndome a mi casillero, para aligerar la carga en mi espalda, tener tantos libros me iba a dejar con un dolor en la cadera, seguro el tiempo me lo cobraría.

Abrí el antes mencionado, dejando unos libros, como matemáticas, historia, tecnología, etc. Lo cerré cuando hube terminado de guardar los que no usaría estas 4 primeras horas.

Entonces, sentí una mano posarse en mi hombro, creía que tal vez era una persona que se equivocó de amiga o un toque accidental de entre tantos niños que habían aquí en la escuela empujandose uno a otro.